El alimento es nuestra mejor medicina, y todos los alimentos tienen efectos medicinales. Esto me fue demostrado durante una crisis en casa en 1964. Por aquel entonces, nosotros viviamos en Cambridge, Massachusetts. Una hermosa mañana de otoño, mi hijo de cinco años, Yoshio, estaba durmiendo una siesta en los dormitorios del segundo piso. Michio y yo estabamos abajo cuando oímos a Yoshio gemir. Subimos inmediatamente y encontramos a Yoshio retorciéndose de un lado para otro de dolor. Nunca habíamos visto a nadie actuar de esa manera antes, pensamos que podría haberse pinchado con una aguja.
Al sacarle la ropa, encontramos que parte de su intestino estaba sobresaliendo. Un segmento de un dedo de longitud estaba saliendo de su abdomen izquierdo. No sabíamos qué hacer, pero de forma instintiva corrí a la cocina y preparé un té bancha con una cucharadita de tamari, media ciruela umeboshi y un poco de jengibre fresco rallado. Mientras que Michio mantenía la boca de Yoshio abierta, yo le daba el té con una cuchara. En el instante en que una o dos gotas del té tocaron su lengua, el intestino de retrajo. Pasó muy rápido, como una serie de fotografías a cámara rápida mostrando como se abre y se cierra una flor. Todavía quedaba la mayor parte del té en la cuchara. Michio y yo quedamos sorprendidos de esta poderosa energía. Yoshio inmediatamente paró de llorar, se quedó dormido, y la hernia nunca regresó. Yo estaba muy agradecida e hice una reverencia al jengibre. En Japón, esta bebida se llama ume-sho-bancha, y es a menudo usada apara estimular la circulación y mejorar problemas del aparato digestivo. Aplicado externamente, en forma de compresas, el jengibre es usado a menudo para liberar el estancamiento y suavizar bloqueos en la parte baja del abdomen. Debido a que el jengibre calienta, lleva energía a todo el cuerpo. Pero nunca habíamos visto un efecto tan poderoso en tal corto período de tiempo.
Los dos parráfos anteriores pertenecen al libro de Aveline Kushi y Alex Jack (1985). Aveline Kushi’s Complete Guide To Macrobiotic Cooking .
He querido empezar esta entrada con un fragmento de un libro clásico de la macrobiótica de Kushi. Se cuenta un acontecimiento de la vida de Michio Kushi y Aveline Kushi, narrado por ésta última. En él se hace mención especial a los remedios macrobióticos.
Los remedios macrobióticos son bebidas, cataplasmas, condimentos o platos, preparados con alimentos que se utilizan con fines terapéuticos. A lo largo de su obra, Michio y Aveline Kushi, nos enseñaron una amplia variedad de ellos.
Ejemplos de estos remedios macrobióticos son los expuestos en las entradas Té de umeboshi y Qué son los remedios macrobióticos.
A partir de hoy tienes la posibilidad de encontrar una colección de estos remedios en la sección “Productos” del blog Macrobiótica Mediterránea. Una colección de 19 remedios que irán aumentando a lo largo del año.
Con los remedios macrobióticos le darás un toque terapéutico a tu alimentación. Algunos ejemplos de los que ya puedes disfrutar en esta colección son:
- Té agar-agar: para compensar la tendencia al estreñimiento
- Té ume-sho-kuzu: para compensar tendencia a la diarrea, mejorar la digestión o reducir el reflujo gastroesofágico.
- Té de daikon seco: para ayudar a expulsar el exceso de mucosidad.
- Compresa de sal: para calentar una zona del cuerpo y aliviar el dolor.
- Té de zumo de manzana con kuzu: para relajarse después de un día agitado y para aliviar dolores de cabeza en la parte posterior de la cabeza.
Utilizados puntualmente, y combinados con una alimentación saludable, te permitirán mantener y gozar de una salud de hierro.
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