Me alegra comunicaros que el eBook de macrobiótica ya está en marcha. Doy las gracias a todos aquellos que habéis decidido participar en su creación a través de preguntas que, en muchos casos, han servido para seleccionar contenidos y descubrir nuevas formas de expresarlos. Dejaremos 10 días más para que todo aquel que quiera formular preguntas lo haga, y a partir del 7 de octubre nos dedicaremos exclusivamente a relacionar la información recogida y a escribir.
Vuestras preguntas aportan la esencia viva a este proyecto. Junto a esta esencia salida del diálogo también estoy utilizando material escrito (libros, apuntes), varios vídeos y mi experiencia personal en diferentes centros internacionales. Confiemos en que el resultado contenga lo esencial de cada cosa.
Como muestra de las cuestiones que me enviáis he seleccionado varias preguntas y sus respuestas. Ahí van:
¿Los tomates, pimientos y berenjenas como se las puede consumir… o debemos evitarlos?
¿Qué te dice tu experiencia? ¿Cómo te sientan? Prueba a no comerlos y comprueba si existe alguna diferencia. En caso de una condición delicada (enfermedad) recomiendo no tomarlos, pero estando sano los introduciría pero no en demasiada cantidad. En macrobiótica puedes encontrarte personas que le hacen la señal de la cruz, como si de un vampiro se tratase, mientras que otros lo incorporan en sus recetas, por ejemplo los libros de Montse Bradford. Se suelen saltear con aceite unos minutos cuando se añaden a una receta. En teoría cocinándolos al horno se compensaría su parte más yin pero yo no he notado diferencia, de todas formas noto su acidez.
¿Voy a tener carencias nutricionales al dejar de comer tanta carne y pescado?
Los procesos del organismo están muy entrenados para extraer los nutrientes de los alimentos que llegan habitualmente. Si de pronto empiezas a tomar productos nuevos que sustituyes por otros antiguos, el organismo no extraerá todo el alimento y entonces puede que sientas que vas a medio gas. Por esa razón se recomienda hacer una transición donde la sustitución de alimentos sea progresiva. Al menos que no sientas la necesidad de un cambio inmediato o que la salud del organismo esté en una situación límite, te aconsejo ir poco a poco.
Podéis acudir a las siguientes entradas para saber más sobre la transición: Transición de la antigua dieta a una macrobiótica, Transición hacia la dieta macrobiótica mediterránea
¿Por qué no se pueden comer frutas?
Se recomienda no comer frutas cuando estas no favorecen la adaptación al entorno. Las personas nos adaptamos porque comemos aquello que se cultiva en nuestra zona. Por poner un ejemplo extremo, un esquimal se moriría pronto comiendo frutas y verduras. ¿Qué hay en el polo norte? Animales. Por tanto alimentarse de aquello que existe de forma natural en un lugar sería favorecer nuestra adaptación al mismo. Lo que ocurre con las frutas es que existe un mercado donde aquí tenemos frutas de allí. Existen multitud de frutas tropicales (kiwi, piña, mango, etc.) que nacen en el trópico y son adecuadas para vivir allí pero no para un clima templado como el mediterráneo. Además hoy en día cogen las frutas verdes y se utilizan muchos productos químicos en su cultivo, lo que le resta calidad al alimento. También se argumenta que la fruta acidifica el organismo, pero según Christopher Vasey en “La importancia del equilibrio ácido-básico”, la fruta es un alimento ácido pero cuyo efecto en la mayoría de las personas es la de alcalinizar, por lo tanto el que la fruta acidifique el organismo podríamos calificarlo como “mito macrobiótico“. [La cuestión de la acidez de las frutas la veremos en una entrada próxima que completará las dos anteriores sobre el tema: Alimentos acidificantes en macrobiótica, Alimentos alcalinizantes en macrobiótica ].
De todas formas, yo no recomendaría eliminar del todo la fruta. En numerosos estudios se destaca el efecto positivo de su consumo. Trata de tomar aquella que aparece en el terreno de forma natural (no exportada), que se coge madura y que no se trata con pesticidas.
Con estas preguntas podéis comprobar el interés y la buena acogida que el proyecto eBook de macrobiótica ha despertado. Gracias una vez más por vuestro interés y colaboración.
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