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Recordando a Michio 2020

Durante este año, con la llegada de la Covid-19, un pasaje relacionado con Michio Kushi me ha venido a la mente en repetidas ocasiones. Lo narra Bill Tara [1] y dice así:
 
Aveline me llamó una vez en Boston y me preguntó si podía llevar a Michio en coche para un viaje de camping. Estaba asombrado de oír en la misma frase las palabras “Michio” y “Camping”.
 
Resulta que dos estudiantes estaban preocupadas acerca del hecho de que Michio estaba trabajando muy duro y querían llevarlo  para un fin de semana en el campo. Michio, a regañadientes, accedió si yo acudía y era el conductor (ese era uno de mis trabajos en aquellos días). Acepté. 
 
Conseguí sacos de dormir y una tienda de campaña, solo por si acaso, y también todo el equipamiento de camping, y fui a recoger a los campistas. Michio se presentó con un traje de tres piezas, sin corbata (el look casual) ¡y llevaba un par de deportivos nuevos de color blanco-nieve! Las chicas aparecieron con bolas de arroz para un mes.
 
Conduje la mayor parte del primer día hacia el norte, intentando esquivar la lluvia y acabar en Maine. Michio vio su primer alce (¿Qué es eso?) y pasó la noche durmiendo en un saco de dormir con el traje cuidadosamente plegado encima de una roca, deportivos encima.
 
Al día siguiente estábamos conduciendo con un viento tempestuoso que provenía de la costa. Las chicas intentaban, lo mejor que podían, sacar a Michio del coche y llevarlo a conocer la espuma del mar y la belleza salvaje; él, respetuosamente, dijo que miraría desde el coche. Yo me uní a las chicas y volví tras una hora para comprobar cómo estaba. Él estaba durmiendo e intenté, sin éxito, entrar y no despertarlo.
 
Michio abrió sus ojos y dijo, “¡Qué sueño más extraño!”.
 
“¿De qué trataba?” pregunté.
 
Su expresión era muy seria, “He soñado que conocía a un hombre, el cual estaba enfermo y su enfermedad era muy rara. Nadie había visto antes unos síntomas tan raros; cambiaban constantemente. Por mucho que lo intentase, no encontraba ninguna cura”.
 
“¿Qué crees que significa?”.
 
“Significa que debo estudiar más” dijo, y los dos empezamos a reír, “Es un sueño sobre enfermedades”.
 
“¿Podemos ir a la ciudad y tomar un café?”.
 
A Michio le gustaban mucho los sueños. También tenía un gran sentido del humor.
 
Nunca he conocido a una persona que estuviese más centrado en su visión que Michio. Su dedicación fue incondicional, a veces miope, pero siempre yendo hacia delante. Su mente estaba constantemente en movimiento y enfocada en cómo podía expresar mejor la filosofía macrobiótica y demostrar su aplicación práctica. 
 
 
Para el próximo año el mundo necesitará muchas curas, busquémoslas como lo hacía Michio en su sueño. No solamente necesitaremos la cura para la Covid-19, sino para todo lo negativo que nos traerá aparejado (recesión económica, cambios de trabajo, restricciones sociales, etc.).  Tomemos ejemplo y estemos enfocados en nuestra visión, sea la que sea, si es para mejorar el mundo.
 

NOTAS
[1] Esko, E. y Jack, A. (2015). Remembering Michio. Beckect, Mass: Kushi Institute. Pp. 250-252.
 
 
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