Con la llegada del verano empiezan a cobrar protagonismo las ensaladas. Aparte de la ensalada típica que conocemos en España, preparada con lechuga, tomate, aceitunas, pepino y otros ingredientes, la macrobiótica nos enseña otras alternativas. Una de esas alternativas es la que vamos a ver hoy: La ensalada prensada.
Durante mi estancia en el Instituto Kushi de Becket (USA) dos o tres veces a la semana teníamos en el menú ensalada prensada. La forma de prepararla ya la habéis visto en el vídeo del principio del post (si no lo ves pincha en el siguiente enlace: Ensalada prensada).
Para completar el vídeo os escribo los pasos de esta receta macrobiótica:
- Cortar finamente 1/4 de col lisa, 1/2 cebolla y 2 zanahorias
- Ponerlo todo en un bol y añadir 1/2 cucharada de sal
- Mezclar la sal y masajear la verdura hasta que empiece a expulsar agua
- Poner un peso encima durante 30 minutos o hasta 2 horas
- Escurrir (pero NO enjuagar) y emplatar
ALGUNAS NOTAS SOBRE SU ELABORACIÓN
- La presión y la sal hace que las verduras expulsen el agua que contienen. Variando estas dos cosas obtenemos resultados distintos.
- Si las verduras expulsan demasiada agua pueden quedarse muy secas o fibrosas, para evitarlo hemos de reducir el peso que le ponemos encima. Aunque expulsen el agua las verduras han de quedar jugosas.
- Si no expulsan suficiente agua puede que nos hayamos quedado cortos con la sal o con el peso. Cambiar una u otra y observar los resultados.
- Puedes utilizar otros ingredientes para preparar ensalada prensada: manzana, hojas de rábanos, rábanos, pepino (sin las semillas), col rizada, nueces…
- Podemos añadirle otros ingredientes para darle un toque aromático: gotas de limón, vinagre de arroz, vinagre balsámico, mirin, comino, albahaca, …
BENEFICIOS DE TOMAR ENSALADA PRENSADA
- En primer lugar enriquecemos nuestra cocina con otra forma de preparar las verduras. En macrobiótica es importante tener un buen repertorio ya que las verduras son una parte central de la dieta y esta ha de ser variada y divertida.
- La ensalada compensa el calor (yang) del verano; de esta forma que estaremos más equilibrados con el medio, lo cual se traduce en una mayor sensación de bienestar.
- El prensado supone una forma suave de cocinado que permite que la verdura prensada sea más digestiva que la cruda.
- El tiempo de reposo permite a la verdura empezar procesos de fermentación que favorecerán nuestra digestión y contribuirán a mejorar nuestra flora intestinal.
- La presencia de la ensalada prensada en nuestro menú compensará otros alimentos más pesados como podrían ser las harinas y los productos animales.
- Esta forma de preparar las ensaladas es ideal para quien sufre de gases y quiere seguir tomando verduras, pues los gases que provoca son menores que con la verdura cruda.
- También es recomendable para quien tiene un exceso de líquidos, ya que la verdura previamente prensada ha expulsado parte de su contenido en agua.
Con esta entrada espero haber contribuido a enriquecer la cocina macrobiótica de un verano que ya está a la vuelta de la esquina.
Interesantísimo como siempre, Mario.
Pero quería comentarte que hace poco el dueño de una tienda de productos macrobióticos de mi ciudad que es entendido en la materia nos comentó que en macrobiótica se comen pocas o ninguna ensalada. (Por el asunto que comentas sobre los alimentos fríos.)
Hablábamos en esa conversación de las ensaladas de algas concretamente combinadas al estilo japonés con sésamo y algas.
¿Qué opinas del tema?
Y ya de paso, no sé si es mucho pedirte una receta de ensalada de algas que te guste particularmente. 😉
Saludos.
Hola Nacho:
Es verdad que en macrobiótica tradicional se comen pocas o ninguna ensalada. De hecho, la mayoría de mis profesores no recomienda lo crudo, ya que quita fuego digestivo. Sin embargo, en ocasiones vemos que es necesario. El cuerpo lo pide para compensar otras cosas. También en determinados momentos son buenas para depurar una dieta anterior con exceso de grasas y proteínas animales.
Vamos a intentar resumir:
1. No se recomienda tomar en cantidad y todos los días. De hecho muchas personas sin ser macrobióticas ni estar interesadas en la alimentación dicen que las ensaladas por la noche les sientan mal. Lo ligero de las verduras nos hacen pensar que son fáciles de digerir pero no es así. Por ello, tomar en poca cantidad.
2. Pueden caer bien en los días más calurosos o después haber pasado unos días con comidas muy concentradas. En esos momentos, si uno conoce bien a su cuerpo este se lo pedirá.
3. La ensalada prensada es un buen recurso para pre-cocinar las verduras y quitarles aquello que las hace “irritables”.
4. Los estudios sobre alimentación anticáncer parecen recomendar algunos alimentos crudos, entre ellos mucho verde en forma de batidos y ensaladas. Este asunto aún no lo tengo claro. No sé hasta que punto es lo crudo o es lo verde, y también habría que tener en cuenta la opción intermedia: cocinado ligero, como por ejemplo lo prensado, lo escaldado y lo ligeramente salteado.
5. A la hora de no recomendar tomar mucha ensalada estamos hablando de personas con una alimentación centrada, más o menos macrobiótica. En caso de consumir muchos productos animales, alimentos secos y concentrados, etc. tomar ensalada sería mejor que no tomarla. Es cuestión de equilibrio.
6. Para tomar ensalada el mejor momento es al principio de la comida, antes de tomar sopas o alimentos cocidos, así se digerirá mejor.
En cuanto a la ensalada de algas me pillas porque habitualmente no tomo ninguna, pero recuerdo una que preparaba en Amsterdam. Llevaba pepino partido a rodajas grandes, takuán (pickle hecho con daikon), alga wakame y zumo de limón. ¿Cómo prepararla?
(1) Partir el pepino a rodajas de 1 ó 2 centímetros, sin pelar del todo, añadirles un poco de sal y prensarlas durante 20 min
(2) Poner las algas a remojo hasta que estén bien hidratadas
(3) Partir el takuán a tiras finas. El takuán venía ya preparado y le daba un gusto muy bueno. También se le podía echar pickle de jengibre que ya venía hecho, era de una marca macrobiótica, creo que mitoku. Aquí, en España, yo no lo he visto. En vez de eso se le podría poner tiras de pickle de zanahoria o rabanitos por ejemplo.
(3) Mezclar el pepino, las algas, el takuan u otro pickle y el zumo de limón al gusto.
Era muy sencilla y no estaba mal pero seguro que podéis mejorarla, informarme si dais con una BUEEENA ensalada de algas 😉
Un abrazo!