En las escuelas de macrobiótica apenas se habla de la pérdida de peso.
¿Por qué?
Quizás porque la gente interesada en macrobiótica no suele tener sobrepeso, suelen ser “hippies” delgados, el tipo de personas que se interesan por las cosas alternativas. Las personas con sobrepeso suelen ser más relajadas, conformes con lo que les rodea (ver: La personalidad del macrobiótico estricto).
Quizás porque la pérdida de peso se vea como un objetivo secundario, banal, una forma de venderse a la moda o a la imagen, cuando lo que importa es la salud… Es común oir que la macrobiótica se centra en la salud y “si el cuerpo necesita perder peso, lo perderá”.
Quizás porque no es el tema estrella en la medicina china, donde se habla de las energías yin-yang, de los cinco elementos… La pérdida de peso en ese contexto parece algo demasiado terrenal.
Sea por la razón que sea, los consultores macrobióticos nos vemos obligados a profundizar por nuestra cuenta en el tema de adelgazar, y para ello, a mi me gusta recurrir a libros como los de L. Jimenez, Juan Revenga o Julio Basulto.
Estos autores se centran en la dimensión nutricional (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, calorías, etc.), y prescinden del aura oriental de la macrobiótica, pero al final los alimentos que recomiendan no difieren, o no deberían hacerlo, de los que recomienda la macrobiótica.
Os muestro algunos ejemplos:
En libro Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable, L. Jiménez resumen todo lo expuesto en cinco reglas básicas:
- Evitar carbohidratos refinados y alimentos altamente procesados
- Muchas verduras, vegetales y fruta
- Cantidad suficiente de proteínas
- Añadir frecuentemente grasas, mejor las más saludables
- La dieta no es una penitencia
Del libro Adelgázame, miénteme, de Juan Revenga, me ha parecido suficiente citar varios puntos del índice:
- Come más vegetales
- Come menos alimentos superfluos
- Come menos alimentos procesados o con medallas
- Usa la cocina
- Compra en mercados
- Planifica tu alimentación
- Come en la mesa
- No cuentes calorías
En el libro Secretos de la gente sana, Julio Basulto y María José Mateo citan y defienden las tres reglas básicas del conocido autor Michael Pollan:
- Coma comida. Se refiere a comida real, evitando alimentos muy procesados o con mucha carga química. Muchos de estos alimentos tienen grasa no saludable, harinas blancas e ingentes cantidades de azúcar.
- No demasiada
- Sobre todo vegetales
Lo interesante de la macrobiótica es que te aporta una dimensión extra, no solo la nutricional (de la que a veces adolece y hemos de buscar formación complementaria en otras escuelas o universidades), sino el estado de tu condición, tu constitución, el efecto de determinados alimentos que a la nutrición le pasan desapercibidos, los alimentos que calientan/enfrían o los que secan/dan humedad, o los alimentos que van bien para un órgano determinado… elementos que, aunque no estén presentes en el paragdigma médico de occidente, sí que lo están en el paradigma médico oriental, utilizado con éxito durante siglos.
Aunque el lenguaje utilizado por la macrobiótica sea distinto al de la nutrición oficial, ya que ambos profesionales han recibido entrenamiento distinto, las recomendaciones últimas no deberían de ser muy diferentes si las cosas se están haciendo bien (ver el post: Macrobiótica vs Nutrición, o el efecto MasterChef).
Por todo ello, me he propuesto crear el modelo macrobiótico para adelgazar, estableciendo así diferencias con el modelo de la macrobiótica estándar de Michio Kushi, del que podéis ver una pequeña explicación en el vídeo de abajo (Pincha aquí si no puedes verlo: Dieta Macrobiótica estándar).
Aveline Kushi’s – Dieta Macrobiótica Estándar from Macrobiótica Mediterránea on Vimeo.
La próxima semana presentaré el modelo macrobiótico para adelgazar. Mientras tanto, si tienes alguna experiencia interesante que relacione la macrobiótica con la pérdida de peso, me encantaría que la compartieses con nosotros, seguro que sería de ayuda para otros lectores.
Una lectora de Macrobiótica Mediterránea ha dejado hoy mismo un comentario relacionado. Lo hizo en la entrada Leccinoes de “El estudio de China” para perder peso. Lo reproduzco aquí:
Ya llevo 23 kg bajados con una dieta energética/macrobiótica. En realidad ahora peso 4 más, debido a que he dejado de fumar y me he permitido dulces navideños. De 97 a 79.
Eso sí, he tardado 2 años, con lo que no me he quedado fláccida y tengo el cutis perfecto. Tengo 47 años.
He consultado muchas veces esta web para aprender de dietética y no quedarme corta de proteínas. Muchas gracias por tus posts!
Hola mi nombre es iñigo he leído varios artículos relacionados con la activación de semillas , cuando en macrobiótica se recomienda totalmente lo contrario ( tostarlas ). Quería sabes su opinion Mario.
Muchas gracias , un saludo
Hola Íñigo, encantado de conocerte.
Tienes razón, en la macrobiótica de Michio Kushi se recomienda tostar las semillas. El motivo es hacerlas más digestivas. Deberían tostarse en casa, no comprarlas tostadas, ya que las compradas se tuestan en hornos muy fuertes que acaban con los nutrientes. En casa en empezar a oler su aroma ya se pueden sacar.
Según tengo entendido, las semillas en general (cereales, legumbres, semillas y frutos secos) contienen antinutrientes, que son sustancias que nos dificultan la absorción de los nutrientes. Los antinutrientes son conservantes naturales de la semilla. Cuando ésta cree que va a germinar (poniéndola a remojo) reduce estos antinutrientes. Es lo que se conoce también como activación de las semillas. Parece ser que las semillas y frutos secos, aparte de ponerse a remojo también pueden tostarse. Quizás es una cuestión a investigar pues, tiene sentido que se activen cuando absorben el agua pero no cuando se tuestan, que es lo contrario a coger agua.
Yo las pondría a remojo para comer tal cual y las tostaría para usarlas como aderezo cuando me interese que tengan más sabor.
Un saludo y gracias por tu pregunta, Mario