Hace varias semanas, uno de los capítulos del famosísimo programa de televisión MasterChef, se emitió desde el Sha Wellness Clinic, clínica de bienestar que utiliza la alimentación macrobiótica como uno de sus pilares para el cuidado de la salud.
En el programa se describió de forma muy breve qué era la dieta macrobiótica. Durante la explicación, Lidia Folgar, una de las concursantes y nutricionista, criticó la falta de rigor científico de la dieta. A raíz de esos comentarios, un aluvión de críticas a la dieta macrobiótica surgió en diferentes medios. ¿De dónde salen todas esas críticas? ¿Quién las escribe? ¿En qué se basan?
En las siguientes líneas intentaré aportar algo de luz sobre el asunto.
En mi opinión esto fue lo que pasó:
1. Emiten el programa, con la breve explicación sobre macrobiótica más la crítica de la concursante.
2. El colectivo de nutricionistas respalda a la consursante con comentarios en redes sociales, artículos en páginas webs/blogs, y entrevistas en medios de comunicación.
3. Los nutricionistas, como expertos en dietas que son, tienen que mostrar una opinión al respecto. No van a profundizar en la macrobiótica, no tienen tiempo; las entrevistas o los comentarios son de hoy para mañana. Entonces, realizan una investigación “exprés” sobre macrobiótica, principalmente recurriendo a un texto elaborado por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid que habla de las Dietas mágicas.
4. Se crea una opinión acerca de la macrobiótica en función de los artículos escritos y las entrevistas realizadas.
De esta secuencia se desprenden varios temas que me dispongo a comentar en 6 puntos:
AUTOCRÍTICA
Comentan que la macrobiótica puede provocar carencias nutricionales (vitaminas, minerales, proteínas, etc.) siendo así peligrosa para la salud. Desde mi experiencia, como estudiante y profesor de macrobiótica, afirmo que tienen razón. Esto puede ocurrir y de hecho, no sería el primer consultor macrobiótico en admitirlo.
Verne Varona, John Kozinski o Montse Bradford son sólo algunos ejemplos de consultores relacionados con la macrobiótica que han reconocido, en un momento u otro de su carrera, las carencias nutricionales que podría suponer la dieta macrobiótica.
Yo mismo he escrito sobre ello en posts como:
A pesar de la macrobiótica come proteínas
Comer muchos cereales no es macrobiótica
La macrobiótica también necesita cambios
¿QUÉ ES LA MACROBIÓTICA?
En este punto es importante saber qué es la macrobiótica, porque, evidentemente, si consultores como John Kozinski han criticado la macrobiótica y han seguido desempeñando su función como consultor macrobiótico, es porque han podido diferenciar varios tipos de macrobiótica.
La macrobiótica que se crítica es la macrobiótica estricta, la macrobiótica que recomienda comer mucho arroz integral, nada de carne o huevos, pescado 2 veces al mes, y casi nada de agua.
La macrobiótica que se defiende, la macrobiótica moderna, es aquella que hace referencia a las costumbres de los pueblos antiguos, que consumían una dieta basada en cereales, verduras, legumbres, semillas y frutos secos, productos animales criados naturalmente y productos procesados artesanalmente como los encurtidos. Todo respetando en ritmo de las estaciones e incluso las diferencias en sexo, edad o tipos de trabajo.
En mi opinión, la macrobiótica tradicional (versión estricta) sirvió para que estudiantes y posteriormente consultores de macrobiótica construyesen los fundamentos de una macrobiótica moderna, carente de las carencias de las primeras versiones y con efectos positivos en la salud.
COMPETENCIA PROFESIONAL
Ambos profesionales, nutricionistas y consultores macrobióticos, recomiendan qué comer; eso lleva de forma casi inmediata a un conflicto de intereses.
En la sociedad actual se tiende a un solo profesional para una misma tarea. Si tienen que haber médicos que sea siempre el mismo tipo de médicos, si tienen que haber personas que asesoren sobre la alimentación que sea siempre el mismo tipo de personas,… Es la herencia romana de un mismo jefe de estado (el Emperador) y un mismo dios (Cristianismo). Se mira con recelo al “otro”. Sólo tenemos que preguntar cuál es la opinión de los médicos sobre las medicinas alternativas. Aún así, muchas personas en nuestros días buscan las medicinas alternativas, no para sustituir a las primeras, sino para obtener una visión más completa de la realidad y así tener más herramientas para cambiarla.
Macrobiótica y nutrición están ahí para recomendar a la gente qué comer y ambos pueden decirle al paciente argumentos en contra del “otro bando”. A lo largo de mi carrera me he encontrado personas que no han solucionado sus problemas con la nutrición y sí con la macrobiótica. Pero también he encontrado los casos opuestos, que la macrobiótica no les funcionó pero sí la nutrición. ¿Quién soy yo para negar esa realidad? El hecho de reconocerla creo que me hace más útil para mis pacientes.
ELLOS NO HAN ESTADO ALLÍ
Los nutricionistas a los que se ha preguntado acerca de la macrobiótica, o aquellos que han escrito sobre ella en sus blogs, no han estado allí, sólo han leído una veintena de líneas acerca de la macrobiótica. Durante varios años recorrí varias escuelas, realicé multitud de talleres… España, Francia, Estados Unidos, Holanda… Ellos no estuvieron conmigo. No saben que:
- La mayor parte de las escuelas se aleja de esas primeras versiones espartanas de la macrobiótica. Puedes viajar por medio mundo, de escuela en escuela, y no oír ni una sola palabra del sistema de dietas macrobiótica que va desde -3 a 7, argumento que se utiliza en la mayoría de las críticas.
- Se centran en las recomendaciones de la dieta macrobiótica estándar enriqueciéndola con aportes provenientes de la nutrición y de las costumbres de los pueblos antiguos.
- Se realizan ajustes constantes por adaptarse al ritmo de vida moderno.
- Puede recomendarse tomar pescado todos los días, o carne 1 ó 2 veces a la semana, o huevos biológicos, dependiendo del estado de la persona.
- Que se sirven postres y se cuida el que la dieta también guste.
- Que se complementa con la enseñanza de otras actividades también importantes para la salud como el ejercicio físico, el contacto con la naturaleza o la meditación.
¿YIN-YANG? ¿DE QUÉ VA ESO?
Existen multitud de formas de conocer la realidad. Un sistema de conocimiento tan antiguo como la Medicina China no ha salido de la imaginación de la gente, al igual que el conocimiento sobre los nutrientes no es ninguna historieta.
El Yin-Yang supone una ayuda que nos puede guiar para saber qué alimentos pueden ser los más recomendados en situaciones concretas, al igual que lo puede hacer la clasificación de los alimentos según su PH (alcalinidad-acidez) o su contenido en una vitamina particular. Para entender estas clasificaciones y poder usarlas en nuestra práctica profesional, tenemos que estar entrenados/educados sobre ello.
Muchas veces, y para entenderlo mejor, se sustituye Yin-Yang por Contractivo-Expansivo. Existen unos alimentos que tienden a contraer tu energía mientras otros la expanden. Por ese motivo, el azúcar te relaja, y la carne/huevos/pescado te permite combatir el invierno o compensar la actividad física intensa. La ciencia comprueba esos mismo efectos, pero da otra explicación. Puedes escoger la más acorde con tu formación o incluso contemplar las dos al mismo tiempo.
EL PORQUÉ DE LA FALTA DE RIGOR CIENTÍFICO
Ningún científico se ha ocupado de: 1) Definir lo que es la dieta macrobiótica, es decir, hacerla operativa, 2) Diseñar el método experimental (experimento), 3) Comprobar los resultados y 4) Concluir si es eficaz para X (perder peso, mejorar la calidad de vida del enfermo de cáncer, aumentar la energía, etc.). Esa es una de las razones de la falta de su rigor científico, así como todo lo que no se ha estudiado todavía, lo cual no quiere decir que no sirva.
Por otro lado, sí que encontramos estudios científicos que muestran beneficios para nuestra salud derivados del consumo de cereales integrales en grano, legumbres, verduras, algas, setas y otros muchos alimentos que se recomiendan en la macrobiótica. Del mismo modo, encontramos estudios científicos que refieren los efectos negativos del consumo de azúcar, harinas refinadas o diferentes aditivos en la dieta; alimentos que no se recomiendan la macrobiótica.
Conforme vayamos progresando en el conocimiento, creo que las diferencias entre la nutrición y la macrobiótica deberían disminuir, porque el objetivo de ambas disciplinas es mejorar la salud de las personas a través de su alimentación. No estoy aquí para defender ninguna religión, dentro o fuera de la ciencia, sino para crear herramientas útiles que ayuden a la gente. Escucho lo que la nutrición tiene que decirme, estaría loco si no lo hiciera. Pero también he de decir con humildad que, muchas personas en consulta han mejorado con la macrobiótica, a veces por dejar de consumir solanáceas, lácteos o verduras crudas, a veces por introducir en su dieta cereales integrales en grano o más verduras en vez de productos elaborados con harinas o platos precocinados.
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Blogs/Webs donde aparecen críticas a la macrobiótica a raíz de su aparición en MasterChef:
- Blog Mi vida con un catéter doble jota: “MasterChef con la comida macrobiótica y la evidencia son el yin y el yang“
- Blog El nutricionista de la general: “La dieta macrobiótica: una perspectiva sobre su origen, postulados, riesgos y beneficios“
- Página web de la revista Quo: “La dieta macrobiótica no tiene ningún rigor científico”
- Entrevista en la Cadena Ser: “¿Ha promocionado MasterChef una dieta potencialmente peligrosa?“
Me hace mucha gracia cuando leo cosas parecidas a: “la macrobiótica no tiene ningún rigor científico”, y hablo de la macrobiótica porque es el tema de este artículo pero sucede con cualquier tipo de alimentación que se salga de los cánones establecidos.
La nutrición que se estudia en universidades también podría decir que carece de rigor científico ya que, hasta la fecha, no hay nada claro ni estudios concluyentes al respecto (si alguien los tiene, por favor que me lo diga porque me interesaría muchísimo estar al tanto).
Buen artículo.
Saludos.