La alimentación macrobiótica más que una dieta semanal de alimentos predefinidos es el resultado de una serie de principios o pautas generales que aplicamos a la elección y elaboración de nuestro menú. De su aplicación surge la dieta diaria.
Uno de estos principios es el tema de la entrada de hoy. Con él nos será más fácil saber qué hacer de comer y nos aseguraremos un aporte de los principales nutrientes, evitando así el desequilibrio hacia la comida que no nos alimenta.
El principio o pauta a aplicar es muy sencilla. Se trata de clasificar los alimentos en 3 grandes categorías. Metafóricamente hablando el principio consistiría en ordenar la gran cantidad de recursos a nuestro alcance (todos los alimentos) en tres cajones. El orden facilita la acción. Tener todos los alimentos repartidos en 3 cajones hará más fácil la elaboración del menú. Veamos cuáles son esos tres grupos.
ALIMENTOS PRIMARIOS
Los alimentos primarios son la base de la alimentación, lo que nos sustenta, aquello que nos mantiene vivios en una situación de emergencia como podría ser una guerra. Son la base que figura en el centro de incontables culturas como por ejemplo el trigo, la cebada y la avena en Europa, el arroz en Asia o la quinoa y el amaranto en latinoáamérica. Incluye también las legumbres y otros alimentos como la patata, la yuca y el taro (patata de Japón). Los alimentos incluidos en esta categoría comparten las siguientes características: las podemos obtener en nuestro entorno cercano, son económicos, nos permiten sobrevivir, aportan nutrientes, se pueden almacenar, podemos prepararlos de muy diversas formas y tienen un sabor dulce que nos nutre y satisface. Nuestro organismo sabe lo que es y qué hacer con ello; durante 10.000 años la humanidad ha estado alimentándose de estos alimentos.
ALIMENTOS SECUNDARIOS
Los alimentos secundarios son aquellos que añadimos a los primarios en pequeñas cantidades. De esta manera damos variedad a los platos y los complementamos nutricionalmente. Aquí se incluyen productos derivados de los cereales, algas, fruta, proteína animal (carne, pescado, huevos), frutos secos, semillas y condimentos… En esta categoría surge la controversia de los produtcos animales, ¿tomar más o menos carne, pescado, huevos, etc? La costumbre nos lleva a tomar casi a diario este tipo de alimentos, pero recientes investigaciones y las culturas más longevas del planeta nos sugieren que los tomemos en pequeñas cantidades. Puedes ampliar este tema consultando las entradas del blog tituladas:
ALIMENTOS DE PLACER
Los alimentos de placer satisfacen otras dimensiones de nuestro ser. Es importante mantener un equilibrio global y no sólo de una sola parcela como podría ser la física. ¿De qué sirve un cuerpo sano si nos enfadamos al no poder tomar nuestro dulce de infancia favorito o decimos “no” a una cena de amigos por ser en un restaurante? Macrobiótica no trata sólo de un cuerpo sano, sino de una totalidad sana y en equilibrio. En ocasiones una parcela de nuestro ser, por ejemplo la física, ayuda a equilibrar otra, como por ejemplo la psicológica o la social. Tened en cuenta que el equilibrio del que habla la macrobiótica moderna se refiere al equilibrio global. Por esa razón en el menú diario se incluye una pequeña cantidad de “todo lo que tú quieras”. Sólo dos apuntes más sobre esta categoría: (1) Si es posible elige la máxima calidad; (2) Si estás tratando alguna enfermedad reduce la cantidad y/o espera hasta estar mejor.
El realizar está división en 3 cateogrías ya nos orienta bastante acerca de cómo elaborar nuestro menú diario. Si queremos avanzar un paso más, entonces podemos aplicar porcentajes a cada una de ellas. El consultor macrobiótico Verne Varona recomienda las siguientes:
- 70-75 % de alimentos primarios. Lo podemos desglosar en 35% verduras, 30% cereales integrales, 5-10% legumbres
- 25-30 % de alimentos secundarios. Lo podemos desglosar en 5% productos derivados de los cereales, 5-10% proteína animal, 15-20% otros alimentos secundarios (algas, aceites, frutos secos, fruta, bebidas, etc.)
- 5% alimentos de placer: una pequeña cantidad de todo aquello que te apetezca
Con principios como este hacemos la realidad un poco más manejable. Muchas veces me veo inundado de información y yo mismo me digo “Vale, lo entiendo. Todo esto es perfecto, ¿pero cómo diablos lo llevo a la práctica?”. En los años que llevo rodeado de libros he aprendido dos cosas que me ayudan: (1) Simplifica la teoría para llevarla a la práctica. La teoría es útil porque nos guía en un mundo real. Un ejemplo: Llegas a una ciudad nueva buscando una dirección, ¿te ayudaría una persona que te describiese al detalle el camino que has de hacer hasta llegar a tu destino, incluyendo lo que tienes que hacer en el caso de que… el semáforo se ponga en rojo, un viandante cruce la calle, llueva, no encuentres aparcamiento, pinches una rueda…? ¿O te ayudaría más alguien que en cuatro frases te dice cómo llegar? El segundo caso es lo que hemos hecho aquí, dividiendo los alimentos en tres categorías; y (2) Introduce los detalles durante la práctica, una teoría llena de detalles no nos indica de forma clara cuál es el camino. En una situación real los detalles caen por su propio peso. Siguiendo nuestro ejemplo, no haría falta incluir en las indicaciones qué hacer si un semáforo se pone en rojo o un peatón cruza la calle, automáticamente frenaríamos.
La teoría macrobiótica es una herramienta crucial para desenvolvernos en un entorno real y cambiante; léela, estúdiala, pero no dejes de vivir en la realidad.
Muchas gracias por el artículo!!
Estoy plenamente de acuerdo con un punto fundamental para mí: “Macrobiótica no trata sólo de un cuerpo sano, sino de una totalidad sana y en equilibrio” porque como dices, no nos debe desconectar de la familia o los amigos por no poder comer con ellos. Sabemos cuál es el centro porque lo experimentamos a diario, pero cuando un día, o dos en la próxima Navidad por ejemplo, hagamos alguna concesión, es muy fácil volver a encontrar el equilibrio. Sobretodo es confianza en uno mismo, en nuestro cuerpo y espíritu, saber retornar al núcleo e integrarse en el medio.
Hola María, muchas gracias a ti por el comentario. Sólo resaltar esa tendencia del ser humano a no ver la globalidad. No culpo a nadie, porque sé que es una característica necesaria y que nos a traído hasta donde estamos. La humanidad ha evolucionado gracias a ella. Pero en ocasiones la falta de globalidad se convierte en un muro justo en frente de nosotros. En ese momento espera a que abramos los ojos y miremos más allá del muro. En el momento que lo hacemos este desaparece y nos permite avanzar un poco más.
La macrobiótica es una herramienta que nos acerca a una alimentación consciente. El objetivo final no es convertirse en macrobiótico, sino en ser consciente. Cuando existe la conciencia las reglas ya no son necesarias.
es una entrada antigua, pero sigue siendo muy válida…
la he encontrado hoy, justo cuando comentaba con gente que se acaba de acercar a este tipo de alimentación, que para mí la manera que más me ha ayudado a ser coherente en la práctica de cocina ha sido ordenando los alimentos que traigo del mercado en 3 armarios (tus cajas) de la manera que comentas en esta entrada. Creo que la alimentación macrobiótica te da este tipo de coherencia. Gracias por tu blog, es realmente bueno!
¡Hola!
Muchas gracias por tus comentarios acerca del blog.
Me alegra saber que “mi teoría” sirve para manejar la realidad. Poder llevar a la práctica todas estas cosas es todo un reto hoy en día. Gracias también por poner tu granito de arena.
Saludos