Ayer recibí una llamada de la biblioteca municipal: habían recibido un libro que pedí hace varios meses y del que ni siquiera me acordaba. El libro en cuestión se titula “La comida de la familia” y su autor es Ferran Adriá.
Hoy lo he estado hojeando y he encontrado muchas cosas que nos podrán facilitar,y mucho, nuestra labor en la cocina. ¿Por qué citar a Ferran Adriá en un blog de macrobiótica? Porque desde mi punto de vista el adoptar una línea, un rumbo o forma de verlas cosas, no impide que nos enriquezcamos con otras propuestas. De esta manera, y siguiendo nuestro rumbo, hacemos de nuestra macrobiótica una herramienta mucho más útil, una actividad mucho más interesante o una obra de arte mucho más atractiva. Ferran y su equipo han realizado un trabajo excepcional en cuanto a documentales y libros, en ellos existe mucha sabiduría culinaria. Aprendamos de ellos para dar forma a una macrobiótica nueva y fresca, más eficaz y adaptada a la vida moderna.
En el libro se nos cuenta qué comía el personal de elBulli -restaurante de Ferran Adriá que cerró sus puertas en 2011- antes de empezar a trabajar. En un restaurante su personal no come necesariamente lo mismo que va a servir, y este es el caso de elBulli. Los platos que allí preparaban no eran cocina de vanguardia sino cocina tradicional que cuidaban con esmero, pues reconocían la importancia de la comida en el rendimiento posterior. A este respecto se puede leer en la introducción del libro la siguiente frase (daros cuenta que hay mucho de macrobiótica en esta frase):
¿Por qué es tan importante la comida para el personal en elBulli? La respuesta es muy fácil: porqué estamos convencidos de que si comes bien, cocinarás bien.
Con el libro, Ferran no trata de inventar nada nuevo sino de proporcionar al público una herramienta para que se pueda comer cada día de forma variada, razonable y barata, más cerca de lo tradicional que de la cocina de diseño o la cocina rápida. El libro se estructura en menús e incluye consejos para su elaboración.
En cuanto a los ingredientes que se utilizan podemos encontrar alimentos que desde un punto de vista macrobiótico no utilizamos, como po ejemplo, la carne y los lácteos entre otros, eso no quita que hayan otras muchas cosas que nos puedan servir. Cuando avanzas en una materia, sea la que sea, raramente encontramos libros que nos sirvan el 100%. Siempre aparecen capítulos que, o bien ya sabemos, o no nos interesan o no se adapta a nuestras teorías. No importa, descartamos esos fragmentos del libro o los utilizamos como fuente de inspiración para la creación de recetas macrobióticas nuevas. Podemos utilizar una receta con solomillo para realizar un plato parecido con seitán, o en vez de utlizar nata elegimos una alternativa vegetal.
En la introducción se justifica que los menús que proporcionan son saludables ya que están compuestos de alimentos variados. Nosotros podemos añadir algo más, pues sabemos que un menú variado no significa que “todo vale”. A partir de nuestros conocimientos en macrobiótica y en nutrición moderna -que ya reconoce el efecto nocivo del azúcar, los lácteos y la carne por poner un ejemplo- ajustaremos y adaptaremos todo lo bueno que Ferran Adriá nos enseña.
Esta ha sido una entrada que anuncia la utilidad del libro para nuestra cocina diaria. Como lo acabo de recibir, no he tenido casi tiempo de profundizar en él, así que os pido unos días más para contaros más sobre un libro que promete.