En octubre de 2012 se emitió en televisión española un documental sobre la longevidad: “El Misterio de los Centenarios”. El significado literal de macrobiótica es “una larga vida” o “el camino de la longevidad” y bajo ese término se agrupan un conjunto de prácticas (alimentación, estilo de vida, psicología, etc.) que nos hacen disfrutar más de la vida, tanto a lo ancho como a lo largo. En este documental podemos ver algunas de estas prácticas llevadas a cabo por centenarios de la isla japonesa de Okinawa, la comunidad adventista de La Loma (California), la isla de Cerdeña y la región francesa de Bayona.
El documental comienza con el pueblo japonés de Ogimi, en la isla de Okinawa. En este pueblo un tercio de la población tiene más de 65 años. En 1995 fue nombrado pueblo mundial de la longevidad. ¿Qué hacen en ese pueblo? ¿Podemos aprender algo de ellos? Aquí van algunas pistas:
ACTIVIDAD FÍSICA
Su estilo de vida es muy activo. La mayoría de ellos tiene su propio huerto al que le dedican una buena parte del día. También acuden a clases de gimnasia 4 veces por semana, donde a parte del ejercicio practican al arte de ser felices juntos.
Se mueven porque todos ellos tienen una razón para hacerlo. El gerontólogo Carig Willcox comenta a este respecto:
Todos los centenarios que he conocido aquí en Okinawa tienen una especie de razón para vivir, tienen lo que aquí se denomina Ikigai, algo como una fuerza que les hace levantarse de la cama todas las mañanas. Cuando tienes 100 años cada nuevo día es un regalo.
APOYO SOCIAL
En Ogimi la vida en comunidad es muy importante. Existen grupos de personas que se reúnen con frecuencia y donde se ofrecen entre ellos apoyo social, afectivo e incluso económico. Practican de este modo el arte de ser felices al igual que hacen en las clases de gimnasio.
El apoyo social está relacionado con menores niveles de depresión y enfermedades como las cardiopatías, el cáncer o el alzheimer, lo cual podría explicar su contribución a alargar la vida.
ALIMENTACIÓN
Su alimentación consiste en cantidades pequeñas de verduras, tofu, arroz y pequeñas cantidades de pescado y carne, muy similar a la propuesta macrobiótica. Craig Willcox afirma que su alimentación es un auténtico laboratorio de medicina preventiva, “es una dieta muy baja en calorías pero nutritiva y energética a la vez”. Y continúa:
Durante muchos años los habitantes de la isla no tuvieron acceso a alimentos más nutritivos, eran pobres y sus fuentes de calorías escasas. Cultivaban boniatos y se alimentaban de verduras frescas, sopas, tofu, judías, un poco de pescado y un poco de carne. Es la alimentación ideal para vivir mucho tiempo y con buena salud, es decir, con pocas probabilidades de contraer enfermedades o patologías propias del envejecimiento.
Además del tipo de alimentos que consumen también ha de destacarse el modo en que comen. Siguen la regla de Confucio: “Come despacio hasta llenar el estómago el 80%, después para”. Esta constituye una regla vital para disfrutar de una larga vida y buena salud.
Los centearios tiene importantes lecciones que enseñarnos, lecciones imprescidibles para dar nacimiento a un nuevo mundo donde la salud y el equilibrio predominen. Centenarios de distintos puntos del mundo están ahí con un mensaje, tengamos oídos para ellos. Makoto Suzuki, cardiólogo japonés dice:
Si seguimos con este estilo de vida las consecuencias pueden ser catastróficas, pues podría provocar un declive de la longevidad en todo el país y es ahí donde los centenarios deben jugar un importante papel. El estilo de vida de los centenarios que se puede calificar de tradicional, es de hecho muy beneficioso para la salud, creo que debemos enseñar la forma de vida y la cultura de los centenarios de Okinawa a los jóvenes en todos los niveles escolares. En la escuela primaria, en los institutos y en la universidad. Los centenarios tienen mucho que enseñarnos y deberían hacerlo no sólo en esta isla sino en todo Japón, incluso en países extranjeros.
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