Cualquier sopa que hagas te agradecerá que uses caldo en vez de agua.
Es muy difícil que una sopa preparada con caldo te salga mala. Irá especialmente bien para las personas de condición delicada, que necesitan más fuerza venida de la comida. Compensará un clima frío y, en general, gustará a todos más.
En macrobiótica puedes hacer caldos de muy diversos tipos: de verduras, de cereales, de algas, de verduras secas, de pescado, incluso de pollo.
Un caldo de pescado se elabora del siguiente modo.
He utilizado una cabeza de corvina. Puedes utilizar otro tipo de pescado, y otras partes. No te recomiendo salmón porque el olor que deja no es agradable.
El sabor es suave, no te confundas, no es una sopa. No le añadas sal, ni verduras ni suficiente pescado como para convertirlo en una sopa que guste. Es un caldo muy suave con el sabor al pescado de fondo. Recuerda, se usa en vez de agua para la preparación de sopas, aunque, en algunas ocasiones, los caldos pueden tomarse a modo de té como remedio macrobiótico.
NOTAS
[1] Ohsawa, L. (1974). The Art of Just Cooking. Isshiki, Japan: Autumn Press, Inc. P. 136.
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