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La macrobiótica según John Kozinski

“Date algo de tiempo, de 6 a 9 meses,  y entonces conocerás la verdad del asunto”

John Kozinski

Hoy conoceremos al consultor macrobiótico John Kozinski. Para ello nos serviremos de una entrevista realizada en 2009 por The Macrobiotic Guide, una página web que desde 1998 sirve de ayuda a todo aquel que esté interesado en la macrobiótica. Hablaremos de esta página más extensamente en futuras entradas, ahora dejo paso  al video de la entrevista seguido de su transcripción (no literal en algunos de los pasajes para facilitar su lectura).

JK [John Kozinski]: Hola mi nombre es John Kozinski, soy profesor de macrobiótica y consultor. Viajo por los EEUU y enseño en el Instituto Kushi. He estado pasando consulta durante los últimos 30 años. Empecé con la macrobiótica hace 35 años. No tenía problemas de salud,  sólo estaba interesado en el desarrollo personal. Leí un libro de George Ohsawa y 2 meses después conocí a Michio Kushi. Desde entonces he estado estudiando junto a él. Empecé a estudiar el camino de la macrobiótica de muchas maneras hace 30 años; pasando consulta y enseñando. He estado siempre enseñando en el Instituto Kushi pero también viajo alrededor de EEUU… Chicago, New York, Connecticut, a veces a nuevos lugares.

TMG [The Macrobiotics Guide]: ¿Cómo ha cambiado la macrobiótica desde que tú empezaste?

JK: Lo que yo he entendido por macrobiótica ha ido cambiando. Al principio estaba más centrado en la filosofía y algo en la salud, posteriormente se ha centrado en la salud. Y creo que ahora mis enseñanzas continúan evolucionando a medida que compruebo lo que funciona para la gente y lo que no funciona. Creo que al principio fui un poco idealístico o ideológico acerca de lo que la gente necesitaba, pero ahora me he vuelto más práctico para entender lo que la gente necesita en cuanto a su dieta y su salud, y básicamente cómo hacerlo en la sociedad moderna. Pienso que el principal cambio es comprender que  la macrobiótica es la forma tradicional de alimentarse y de vivir, lo cual es a veces muy diferente a como se nos presenta. Nosotros tenemos que hacer que esa forma tradicional de vivir se ajuste a los tiempos modernos y a las condiciones modernas.

TMG:  ¿Cuáles son los retos para la macrobiótica?

JK: Los retos, por supuesto, son cosas simples como el cocinar. Es también cómo entender y cómo aplicar la macrobiótica. Una de las cosas que he visto a lo largo de los años es que la gente piensa que hay una dieta macrobiótica y un estilo de vida macrobiótico, cuando la idea original era que existía una aproximación macrobiótica a la dieta y una aproximación macrobiótica al estilo de vida. Pienso que la gente ha olvidado eso y la gente quiere usar una fórmula pero la fórmula no funciona para la gente, especialmente para la gente que vive en los tiempos modernos. Por tanto, tenemos que ser capaces de enseñar maneras prácticas de cocinar más naturalmente y entender el equilibrio.

TMG: ¿Qué importancia tiene la intuición?

JK: Pienso que la intuición y la lógica son polos yin-yang, por lo tanto tú tienes que usar tu intuición y entonces si tu intución no es correcta tienes que usar tu lógica. Pero creo que lo que es necesario es un mejor entendimiento de los principios del equilibrio, y cómo aplicar cosas como la nutrición, la comida, la energía vital y el estilo de vida. La gente puede usar una buena aproximación lógica y también una aproximación intuitiva, pienso que intuición y lógica son dos polos que nos sirven, pero confiar sólo en tus sensaciones a veces no funciona. Confiar en tu intelecto a veces tampoco funciona. Tú tienes que usar los dos. Pienso que conforme enseñemos mejor los principios del equilibrio, la gente lo entenderá mejor. Los principios del equilibrio se aplicarán para entender mejor la nutrición moderna, que no es a menudo bien entendida. Ha habido momentos en los que la gente ha practicado un estilo de alimentación macrobiótico muy simple, algunos de forma muy rígida, lo que ha llevado a una alimentación deficiente de ciertos nutrientes tras periodos iniciales. Por tanto, nosotros tenemos que entender la nutrición moderna desde los princpios del equilibrio, lo que pienso que es una nueva área.

TMG: ¿Cómo de importante es la medicina china en la macrobiótica?

JK: La medicina china es macrobiótica desde mi punto de vista. La macrobiótica no es japonesa, pero la macrobiótica fue practicada en Japón, en China, en Asia, en India. La medicina tradicional china pienso que es una aproximación macrobiótica, porque para mi una aproximación macrobiótica es una aproximación que utiliza los principios del equilibrio. Por tanto, hay un uso de cosas que vienen de China pero nosotros hemos de actualizarlas. El uso de las plantas medicinales puede ser muy útil pero si la persona sabe usarlas en una forma práctica aplicando los principios del equilibrio. Yo lo he usado un poco y lo he recomendado a otra gente. Hay un lugar para las plantas medicinales, lo ha habido desde hace tiempo. La macrobiótica original, antes de George Ohsawa, y había una macrobiótica antes de George Ohsawa, usaba plantas medicinales; usaba tes, plantas locales,… por tanto pienso que puede ser algo que puede aplicarse, ciertas personas lo están haciendo, lo podemos usar. Yo lo llamo macrobiótica tracicional, macrobiótica asiática. La medicina china era originalmente una medicina macrobiótica.

TMG: ¿Qué importancia tiene la práctica espiritual o conectar con el corazón?

JK: Bien, de nuevo depende de cómo definas la práctica espiritual. Hay gente que lo define como algo muy alejado de este mundo… lo que haces en un monasterio. Una de las cosas que aprendí de Michio Kushi años atrás es que todo es espíritu, todo tiene una cierta esencia, energía o vitalidad. Mucha gente piensa que la espirtualidad te conecta con algo que es más grande que uno mismo y pienso que es importante para la gente hacer una práctica que le conecte con algo que va más allá de ellos mismos y que cambie sus vidas día a día. Sentir tu corazón es para mi algo similar a seguir tu intuición. Es el sentido más profundo de hacer lo que tienes que hacer e ir donde tienes que ir. Me he dado cuenta, y eso lo hemos visto a menudo en las clases, que la gente cuando come mejor y vive saludablemente empieza a estar en contacto con algo dentro de ellos que les guía. Muchas veces hay prácticas útiles para ello como la meditación, otras veces las prácticas organizadas de la religión también pueden ayudar pero depende de la persona.

TMG: ¿Qué crees que NO es macrobiótica?

JK: No ser macrobiótico es no aplicar los principios del equilibrio. La gente intuitivamente puede ser macrobiótico, pero pienso que por ejemplo comer azúcar blanco y otros productos refinados no es macrobiótico si predominan en nuestra dieta diaria. La macrobiótica se basa en los principios del equilibrio y los principios del equilibrio significa que la parte central de nuestra dieta son los cereales y las verduras.

Si vuelves a a las culturas longevas estudiadas en Ecuador, Okinawa,… tienen un sentido intuitivo del equilibrio. [Para saber más acerca de la relación entre longevidad y macrobiótica puedes mirar la entrada “Longevidad, consecuencia de una vida macrobiótica“]. En culturas como China, Japón, India, hablan acerca de la longevidad. Para mi es otra definición de macrobiótica: el camino de la longevidad. Por tanto, no ser  macrobiótico es no aplicar los principios del equilibrio. Ello no significa que no puedas tocar algo que no es natural, sólo significa que si aplicas los principios del equilibrio comerás mayormente comida natural con un cierto sentido de equilibrio. Por supuesto, estamos trabajando en ello, por eso decimos que practicamos macrobiótica, no llegamos a la perfección sólo practicamos.

TMG: Un último consejo para la gente que empieza.

JK: Para la gente nueva sugeriría que encuentren algunas guías en algún libro, consultor o profesor para experimentar esto porque entonces puedes experimentar sus beneficios. Para algunas personas las guías de algunos libros podrían ser muy estrictas, quizás necesiten otros alimentos más ricos, incluido más pescado y grasas, pero la dieta básica estará formada por cereales, verduras, legumbres y una pequeña cantidad de otros alimentos como pescado, fruta, frutos secos y semillas. Date algo de tiempo, de 6 a 9 meses, y entonces conocerás la verdad del asunto. Es útil entender como funciona, pero para mi no es más importante que su experiencia.

Para más información sobre John Kozinski puedes visitar su web: macrobiotic.com

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Las fases de la enfermedad en macrobiótica

Estamos acostumbrados a creer que la enfermedad es algo que cae del cielo. Hoy estoy bien y mañana estoy mal. Vamos al médico y nos receta el remedio. Los síntomas desaparecen y nosotros seguimos con nuestra vida. Este es un modelo en el que la enfermdad se ve como algo que viene de fuera y nos invade de forma repentina. Aplicando una serie de remedios (medicamentos) nos libramos de ella.

En macrobiótica existe otra forma de ver la enfermdad. No es mejor ni peor que la anterior, cada una tiene su momento, sino que nos ofrece la posibilidad de frenar ciertas dolencias que con el modelo anterior es dificil su prevención y en ocasiones su curación. El consultor macrobiótico americano Verne Varona enumera una serie de fases por las que pasamos a la hora de caer enfermos. A continuación comentamos estas fases.

FASE 1: FATIGA

Estar cansados al final del día o tras un período de trabajo intenso puede ser normal. Sin embargo, muchas personas experimentan un continuo estado de fatiga que nada tiene que ver con la actividad realizada. Otros síntomas que podrían acompañar la fatiga son: tensión muscular, orinar con frecuencia, sudar de forma excesiva, irregularidad a la hora de ir al baño, sofocos repentinos y menos claridad mental.

FASE 2: DOLOR y SUFRIMIENTO

Tras la fatiga llega el dolor en forma de malestar muscular, calambres, respiración superficial, ritmo cardíaco irregular, ligera inflación general, fiebre, constipados, rango de movimiento articular restringido. Mentalmente uno podría experimentar depresión, preocupación y un sentimiento creciente de inseguridad.

FASE 3: ALTERACIÓN EN LA SANGRE

El desequilibrio del organismo aumenta llegando a la calidad de la sangre, la cual determina la salud de las células del cuerpo, los tejidos y órganos. Una baja calidad de la sangre provoca condiciones como alta o baja presión sanguínea, úlceras, anemia, deficiencias nutricionales, inflamaciones graves, enfermedasdes de la piel. Mentalmente podría acompañarse de  nerviosismo crónico, hipersensibilidad, timidez, y la tendencia a sentirse confundido. La macrobiótica siempre a resaltado la importancia de la calidad de la sangre en nuestro estado de salud.

FASE 4: EMOCIONES NEGATIVAS

El progresivo deterioro de la salud lleva a la aparición de emociones negativas, tales como enfado, depresión permamente, ansiedad, frustración, desesperación, apatía o cambios repentinos de humor. Estas emociones están relacionadas con la calidad de tu sangre, los niveles hormonales y los niveles de azúcar en sangre. Con el tiempo uno puede empezar a sentir más miedos y encontrar los nuevos desafios que le presenta la vida más díficiles. Se pierde flexibilidad mental y el cuerpo se vuelve más rígido y duro.

FASE 5: ENFERMEDAD DE LOS ÓRGANOS

A medida que los factores citados en los apartados anteriores van empeorando la salud, la calidad y el funcionanmiento de los órganos y glándulas del cuerpo empiezan a deteriorarse, lo cual provoca cambios estructurales en los mismos. Esta fase de la enfermedad incluye alteraciones como la diabetes, la artereosclerosis, piedras en los riñones, cáncer y otros tipos de enfermedades. Mentalmente aparece terquedad, prejuicios, rigidez mental y física, y pensamiento que lleva al autoengaño.

La macrobiótica nos ofrece un modelo de la enfermedad que nos da herramientas para poder poner remedio antes de que llegue la enfermedad propiamente dicha, es decir la enfermedad que reconoce la medicina alopática y que se corresponde con la fase 5 propuesta por Varona.

Los remedios propuestos por Varona tienen en cuenta cómo funciona el organismo y cómo nos influyen los estímulos naturales como por ejemplo la comida y un buen descanso. Para cada fase de la enfermedad propone unos remedios específicos. Veamos:

SOLUCIONES PARA LAS DISTINTAS FASES DE LA ENFERMEDAD

Fase 1 – Fatiga:

  • Dedica tiempo para relajarte.
  • Cuida las horas de sueño
  • Incluye algunos alimentos integrales
  • Realiza ejercicio de forma regular pero en sesiones cortas. Para conocer más razones por las que practicar ejercicio físico puedes consultar la entrada “¿Por qué actividad física en una vida macrobiótica?
  • Tiempo para obtener resultados: varios días

Fase 2 – Dolores y sufrimiento:

Los síntomas podrán remitir en una o varias semanas

Fase 3 – Alteraciones de la sangre:

  • Se aplican los consejos del anterior punto de forma más estricta.
  • Recuperarse de esta condición puede llevar desde 1 semana a 4 meses.

Fase 4 – Emociones negativas:

  • Dieta equilibrada y sana basada en alimentos integrales
  • Utilización en caso necesario de complementos nutricionales. Un ejemplo de estos podrían ser los probióticos para mejorar la digestión
  • Regularización de los niveles de glucosa en sangre (para ver como influye en el estado de ánimo puedes visitar la entrada “Beneficios de una dieta macrobiótica“)
  • Ejercicio físico regular
  • Irse pronto a la cama
  • Meditar. Puedes encontrar algunos consejos en la entrada “Un enfoque macrobiótico de la forma y el espacio
  • Seguir hábitos saludables en general
  • Recibir apoyo emocional, quizás mediante alguna terapia psicológica, en caso necesario
  • Revisión de los valores y propósitos que nos guían en la vida
  • El cambio puede llevarnos de 2 a 4 meses

Fase 5 – Enfermedades de los órganos:

  • Para recuperar la salud una vez hemos llegado a esta fase se requiere un alto nivel de compromiso, lo que nos obliga a cambiar nuestra filosofía y modo de estar de el mundo
  • Una dieta equilibrada y cuidadosamente diseñada donde deben predominar los alimentos integrales
  • Complementos nutricionales específicos
  • Tratamiento con hierbas medicinales
  • Aprendizaje sobre cómo funciona nuestro organismo y cuáles son los hábitos saludables
  • Ejercicio físico diario
  • Apoyo psicológico profesional
  • Meditación
  • Esperanza e implicarse activamente en la recuperación

Para finalizar quisiéramos señalar que el modelo de “fases de enfermedad” aquí propuesto por la macrobiótica no tiene porque darse en todos los casos, pues existen enfermedades que a consecuencia de algún factor ambiental o hereditario llegan de repente. Lo útil del modelo de fases es que nos hace ver que no siempre tenemos porque esperar a que la enfermedad llegue, ni a que el médico nos recete los medicamentos, sino que podemos reconocerla en sus primeros pasos y poner remedio mucho antes de que se manifieste.

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Testimonio sobre cáncer de estómago y macrobiótica

Kitatani macrobiotica y cancer
Kit Kitatani atribuye su éxitosa recuperación a la macrobiótica. Fotografía: Kushi Institute, USA

Esta semana nos llega desde el Instituto Kushi de Estados Unidos el caso de Kit Kitatani, un hombre que en 1983 fue diagnosticado de cáncer de estómago y que considera que lo aportado por la macrobiótica fue indispensable para su recuperación.

Mireia Ellis,  subdirectora del Instituto Kushi, nos relata este caso. Os dejo con sus palabras:

Recientemente recibimos una consulta de alguien diagnosticado con cáncer de estómago, preguntándose si había gente que se hubiese recuperado de su misma enfermedad mediante el apoyo de la macrobiótica.

Inmediatamente me vino a la mente una persona que fue durante muchos años macrobiótico y apoyó al Instituto Kushi, Kit Kitatani, quien en 1983 fue diagnosticado de un cáncer terminal de estómago y al que le dijeron que solamente tenía entre 6 meses y 2 años de vida. Kit atribuye su exitosa recuperación a la macrobiótica.

Nacido en Japón, Kim tenía 51 años y trabajaba para las Naciones Unidas en Nueva York cuando empezó a tener problemas de salud, incluyendo problemas de sueño, fatiga,  apetito, y persistente escozor en su lengua.

Al buscar ayuda médica fue diagnosticado con una úlcera peptídica, pero los medicamentos no aliviaban sus síntomas.

En 1983 durante una endoscopia, los médicos descubrieron una enorme úlcera con un tumor en el centro. Al cabo de unos días le operaron y le quitaron tres cuartos del estómago. El tumor no penetró en la pared del estómago, lo cual hizo que los médicos se sintiesen optimistas y esperasen una recuperación completa. Después de un tiempo en el hospital recuperándose de la operación, justo antes de darle el alta los resultados de la biopsia mostraron que el cáncer tenía metástasis en el sistema linfático. Sus médicos a partir de entonces le consideraron un caso terminal.

Al volver a casa Kit comenzó con la quimioterapia, pero esta pronto tuvo que interrumpirse porque sus células blancas empezaron a disminuir. Su oncólogo determinó que su médula osea había parado de producir sangre, lo cual era muy inusual bajo las circunstancias de Kit. No había ningún otro tratamiento que los médicos pudiesen ofrecer.

Durante este período de pruebas, Kit y su mujer Akiko acudieron a un evento social, donde él encontró a Joyce, una nueva colega de las Naciones Unidas. Joyce estuvo luchando contra el cáncer la última vez que la vio. “Ella parecía un fantasma, se le había caído el pelo y nosotros pensábamos seriamente que pronto la perderíamos” Kit recuerda. Aún así ahora ella estaba radiante y maravillosa, lo cual despertó la curiosidad de Kit. Joyce le explicó como la macrobiótica le había ayudado en su recuperación.

Inspirado por la historia de Joyce, Kit compró libros sobre macrobiótica y encontró un consultor macrobiótico que acudía periodicamente a Nueva York. Unos meses después Kit y Akiko fueron a Boston para una consulta para Kit con Michio Kushi, durante la cual ellos se sorprendieron cuando Michio se volvió a Akiko y, sin ningun conocimiento previo sobre su condición, con precisión describió problemas de salud que ella estaba teniendo. Después de la consulta Michio y Kit dedicaron un tiempo a hablar sobre las Naciones Unidas y su tema favorito: la paz mundial. Aquello fue el inicio de su duradera amistad.

Siguiendo los consejos de Michio, Kit empezó a mejorar, y en el trancurso de 3 años el médico de Kit le anunció que el cáncer había estado ausente durante tanto tiempo que lo consideraba curado del mismo, y que Kit no iba a necesitar acudir más a la consulta.

Con la salud recuperada Kit volvió al trabajo para las Naciones Unidas, primero eligiendo un puesto como representante de las Naciones Unidas en Burma. Su trabajo para las ONU culminó con el servicio como representante-residente en Myanmar (1986-1990) y como asistente de secretario.

En 1994, Kit fundó “2050” una ONG dedicada a hacer el mundo un mejor sitio para promocionar la concienciación en la población japonesa acerca de los problemas sobre el medio ambiente, la población y la pobreza. 2050 también se centraba en aumentar el estatus de la mujer en los países en desarrollo a través de la educación y nuevas actividades.

Kit también es miembro del comité que asesora a la Fundación para la Paz y el Medio Ambiente. Él participa activamente en reuniones internacionales y charlas sobre temas globales en todo Japón al igual que en otros países alrededor del mundo.

Desde que Kit se recuperó del cáncer, ha estado compartiendo su historia sobre el papel que desempeñó la macrobiótica en su recuperación, y cómo ello continua ayudándole en su buena salud. Mientras trabajaba para la ONU fundó la Sociedad Macrobiótica de las Naciones Unidas, donde trabajadores de la ONU pueden discutir los principios y prácticas macrobióticas.

Kit y Akiko tienen una casa en Becket, cerca del Insiituto Kushi, y cuando lo visitan yo estoy siempre sorprendida de como ellos tienen la misma vitalidad y felicidad abundante como cuando los conocí por primera vez, décadas atrás. Verdaderos ejemplos de una Gran Vida, ellos son una inspiración para todos nosotros.

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Deficiencias en niños con una dieta macrobiótica

Hace unas semanas recibimos un comentario en la entrada Dónde está el calcio en macrobiótica. En este comentario, Nacho, al cual le agradecemos la confianza depositada en nosotros, decía:

Tenemos una niña de 6 años que está dando constantes estirones (normal a esa edad), aunque es delgada (sus padres también lo somos) en los últimos meses ha crecido varios centímetros pero solo ha ganado 400gr de peso cuando al menos “debía” haber ganado 2 kilos.

Su pediatra le ha recetado un suplemento de calcio y que “tome muchos lácteos”. A ella no le gusta la leche y hace tiempo que no toma leche de vaca (aunque sí algún derivado).

Mi pregunta es: nosotros tomamos habitualmente sopa de miso con alga nijiki, y a ella le gusta (aunque no comerse el alga). ¿Crees que una sopa de miso con la “sustancia” del alga nijiki tiene el calcio suficiente para la niña? ¿Tiene más calcio que un vaso de leche?

La pregunta me hizo reflexionar. La respuesta ya estaba lista pero como consideré importante el camino que me hizo llegar a ella, decidí publicarlo en forma de post, la reflexión y la respuesta en si, es lo que viene a continuación:

En 1984 se publicó un estudio en la revista científica The American Journal of Clinical Nutrition que analizaba la dieta en un grupo de niños de familias que seguían una dieta macrobiótica. Los resultados arrojaron importantes datos que confirmaban deficiencias en su alimentación. A continuación se muestra una de las tablas donde aparecen las diferencias entre el grupo de niños macrobióticos y el grupo control.

Macrobiótica en la infancia

En la tabla se observa que la dieta de los niños macrobióticos presenta menos niveles de energía calórica, proteínas, carbohidratos, calcio, hierro, riboflavina, vitamina B12 y vitamina C, y más niveles de fibra y tiamina.

En una parte del artículo podemos leer:

El presente estudio muestra que durante las edades de 2 a 10 años, la capacidad para crecer (especialmente en altura y peso) en niños macrobióticos está limitada, mientras que los niños cuyas dietas incluyen pescado, productos lácteos y grasas, ganan peso y altura más rápidamente que los niños que no lo hacen. Como se muestra en la figura, nosotros presentamos aquí la curva de crecimiento de 3 hermanos cuya edad es 3, 5 y 8 años de una familia macrobiótica casi vegana [para este post he adjuntado la gráfica del niño de 8 años], en la cual la madre introdujo  de pronto productos lácteos y pescado azul (punto A de la gráfica que sigue). En todos los niños un aumento en el peso y la altura fue observado tras la introducción de los productos lácteos y el pescado. Ese aumento de peso y altura fue repentino como puede observarse si lo comparamos con el crecimiento de otros niños (líneas de puntos), lo cual puede estar indicando deficiencias previas.

Gráfico sobre el estudio nutricional con niños macrobióticos

Al comprobar tales deficiencias los autores del artículo, Dagnelie y Van Staveren, se pusieron en contacto con varios consultores macrobióticos en Holanda y Estados Unidos (incluyendo Michio Kushi) y realizaron un informe conjunto en el que se incluían las siguientes recomendaciones para hacer la dieta macrobiótica más nutritiva para los niños:

  1.  Incluir en la dieta más grasas como fuente de energía. Entre el 25 y 30% de la energía debería proceder de las grasas ingeridas. Esto podría conseguirse mediante 20-25 g de aceite al día, o bien con el doble de cantidad de frutos secos y semillas.
  2. Los productos animales como el pescado son necesarios para obtener la vitamina B12 . Incluir de 100 a 150 g a la semana de pescado azul (atún, salmón, arenque, sardinas, etc.) podría proporcionar la cantidad suficiente. Sólo pequeñas cantidades de algas deberían ser consumidas porque estas contienen un análogo de la vitamina B12 que impide la absorción de la verdadera B12. Si estás interesado en este tema también puedes leer el post ¿Carece la dieta macrobiótica de vitamina B12?
  3. Se recomienda incluir en la dieta productos lácteos (150 a 250 g al día) como fuente de calcio, proteína y riboflavina.
  4. Finalmente se recomienda reducir la ingesta de fibra para los niños menores de 2 años, remplazando parte de los cereales integrales que se toman por otros productos con menos fibra.

El punto más controvertido de estas recomendaciones podría ser el de los lácteos, pues es bien sabido los efectos perjudiciales que su consumo puede acarrear. En palabras de la doctora Olga Cuevas  “se han descrito muchos problemas relacionados con los lácteos. Entre ellos podemos citar: problemas circulatorios; alergias; inmunodepresión; diabetes juvenil; enfermedades otorrinolaringológicas; asma; acumulación de mucosidades, especialmente en los órganos genitales femeninos y en el aparato auditivo”. Al mismo tiempo también se pone en duda que los lácteos sean una adecuada fuente de calcio ya que en poblaciones con alto consumo de lácteos encontramos altas proporciones de osteoporosis. También se alude a que la proporción calcio-fósforo de la leche de vaca no contribuye a una buena absorción del mismo.

¿Qué hacer respecto a los lácteos? ¿Contienen alguna sustancia que hace imprescindible su consumo como ocurre en el caso de la vitamina B12 y los productos animales? Parece que no, pues los nutrientes a los que se refieren los investigadores que hacen recomendable el consumo de lácteos los podemos encontrar en otros alimentos sin las contraindicaciones lácteas. Veamos uno a uno:

  • Las proteínas podemos encontrarlas en las legumbres y su combinación con los cereales, los huevos, carne, pescados, frutos secos, semillas, seitán y tofu entre otros.
  • El calcio lo podemos obtener del brócoli, el perejil, los berros, la col rizada, las algas (especialmente las hiziki), el sésamo y  las almendras. Aunque no se nos bombardee con publicidad acerca de su contenido en calcio todas estas fuentes tienen más calcio que la leche, ¿parece increíble, verdad? Si quieres saber más sobre las fuentes de calcio visita el post Dónde está el calcio en macrobiótica, y sobre la leche el post Macrobiótica sin leche.
  • Y por último, la riboflavina la encontramos en la levadura de cerveza, los cereales integrales, la carne, el hígado de animales y los huevos. Aquí habría que destacar que la riboflavina de la leche se reduce en un 20% por procesos como la pasteurización.

Todos estos datos nos sugieren 2 cosas:

  1. Examinar la dieta de nuestros pequeños y asegurarnos de proporcionarles todos los nutrientes que necesitan. A pesar de ser una dieta sin tóxicos (azúcar, alimentos procesados, aditivos, pesticidas, etc.), la dieta macrobiótica tradicional puede carecer de la cantidad idónea de nutrientes importantes para el crecimiento.
  2. Quitarnos de encima el fantasma de la leche y los lácteos. Hemos nacido rodeados de multitud de mensajes acerca de la necesidad de la leche y obrar en su contra nos lleva a lo que en psicología llaman disonancia cognitiva: estado de confusión y malestar porque las acciones contradicen las creencias. Renovar las creencias nos devolverá la paz.

Hasta aquí la reflexión. Ahora pasamos a la respuesta final a la pregunta de Nacho. Como ya han pasado algunos minutos desde que la leímos vamos a recordar algunos datos: en los últimos meses la hija de Nacho sólo ha ganado 400gr cuando debería haber ganado 2 kilos; su médico le ha recomendado suplementos de calcio y comer muchos lácteos; y sus padres se preguntan si con el calcio de la sopa de alga hiziki habrá suficiente calcio para satisfacer sus necesidades nutricionales.

En cuanto al peso yo analizaría la cantidad y calidad de las proteínas y grasas que ingiere, prestaría más atención a eso que al tema del calcio, aún así aseguraros que en su dieta también se incluyen fuentes ricas en él, como el brócoli, el perejil, el sésamo o las almendras.

En cuanto al calcio contenido en el agua de una sopa cocinada con algas no he podido encontrar ninguna fuente donde figure. Es verdad que las algas contienen mucho calcio pero saber qué cantidad queda en el agua de la sopa es difícil, por ello recurriría a otras fuentes más fiables como las algas mismas u otros alimentos.

Muchas gracias por volcar aquí vuestras dudas y enriquecer así el mundo de la macrobiótica. Un saludo.

 

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Primeros cambios para probar la macrobiótica

azúcar blanco y macrobiótica
Reducir el consumo de azúcar blanco es uno de los primeros cambios que se recomiendan ¡Atrévete! ¡Hay un montón de alternativas sanas!

Siguiendo con la entrada anterior –La realidad de la macrobiótica– donde apostabamos por probar una alimentación macrobiótica y ver que pasa, me gustaría sugerir una serie de cambios. Realizar los cambios y entonces observar cuales son los mensajes que el cuerpo nos envía. En función de esos mensajes tomamos decisiones.

¿Qué primeros cambios podrían ir bien? Para responder a esta pregunta recurriremos a las enseñanzas de Verne Varona, conocido consultor macrobiótico. Éste afirma que para obtener los mejores resultados posibles hemos de empezar reduciendo los alimentos que provoquen inflamación, bajadas y subidas bruscas de azúcar en sangre, y aquellos alimentos que despierten un apetito intenso por otros alimentos extremos pero del polo opuesto. Esto no significa que tengamos que prescindir de los siguientes alimentos para siempre, pero si durante un período de prueba. Estos alimentos son:

  • Cualquier comida que contenga azúcar blanca o moreno
  • Zumo de frutas
  • Leche y productos lácteos, sobre todo los comerciales
  • Aceites refinados
  • Cafeína
  • Alcohol
  • Medicamentos (a excepción de los prescritos por el médico por alguna dolencia actual)
  • Picantes pesados
  • Harina y arroz blanco
  • Alimentos que contengan químicos: aditivos, colorantes, conservantes, etc.

Estos son sólo unos breves apuntes sobre la dieta que habría que completar con estos otros sobre el estilo de vida:

  • Al menos 30 minutos de ejercicio diario: andar, ir en bicicleta o nadar
  • Reduce la cantidad de comida que tomas en una sola comida e intenta comer más frecuentemente, en vez de 3 veces al día prueba con 4 ó 5
  • No comas, al menos, 2-3 horas antes de irte a dormir. Dormir es para descansar no para digerir
  • Intenta acostarte antes de las 12 de la noche y levántate temprano
  • Cuida el momento de comer, presta atención a la comida, la postura, el masticar. Evita ambientes muy ruidosos
  • Dedica tiempo para estar en un medio natural al menos una vez a la semana. Nos da energía y nos calma. Caminar descalzo por la playa también tiene efectos postivivos

Estos han sido unas cuantas sugerencias para ir empezando con la macrobiótica, que no es más que poner a nuestro favor procesoso naturales que nos ayudan a sentirnos más vitales, felices y realizados, en definitiva, ser Uno con el Todo.

Si quieres más consejos a la hora de empezar con la macrobiótica puedes visitar las siguientes entradas: Guía de macrobiótica en la revista integral, Transición de la antigua dieta a una macrobiótica, Transición hacia la dieta macrobiótica mediterránea.

 

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