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Macrobiótica para el dolor de cabeza

dolor de cabeza y macrobiótica
Alimentos que pueden iniciar un dolor de cabeza. La macrobiótica pone remedios

Recuerdo que de pequeño me dolía frecuentemente la cabeza. Tardé un tiempo en darme cuenta de que sucedía especialmente después de comer. No tardé mucho en dejar de tomarme aspirinas y otros analgésicos, ya que no me hacían nada. Cuando el dolor era grande cambiaba la forma de relacionarme con el mundo.

Mis padres me llevaron a varios médicos pero nada tuvo efecto. Años más tarde la aplicación de una teoría mucho más simple que las utilizadas por la medicina, facilitó el cambio de la realidad. En macrobiótica se clasifica los alimentos en yin y yang. Los alimentos yin son los que producen expansión (azúcar, miel, frutas) y los alimentos yan los que producen contracción (sal, carne, huevos). Los dolores de cabeza que padecía estaban localizados en la parte posterior de la cabeza y tenía la sensación de que algo me apretaba. Según la teoría macrobiótica este tipo de dolor estaba producido por un consumo excesivo de alimentos yang. Lo comprobé de inmediato: la reducción de alimentos yang reducían la aparición de los dolores de cabeza que me habían acompañado desde pequeño.

Demasiada carne, huevos, queso, sal… era la causa del dolor de cabeza. Ningún médico supo decírmelo porque no figuraba en el conjunto de teorías que usaban en su práctica profesional. No quiero decir que la teoría macrobiótica sea mejor que otras, sino que en ocasiones puede funcionar mejor que otras, y ya que es una teoría más sencilla y más ecológica, por qué no probar y ver si en nuestro caso funciona. No perdemos nada.

Como solución para un dolor de cabeza en general, producido tanto por causas yin como yang, Michio Kushi y Alex Jack  dan las siguientes recomendaciones:

  1. Toma cereales integrales en cada comida, pero evita el trigo de sarraceno y los productos horneados ya que son muy yang
  2. Puedes tomar sopa de miso todos los días, pero añade poco miso
  3. Toma cada día verduras variadas, evitando patatas, tomates y otras de origen tropical. Evita las verduras crudas
  4. Evita cocinar con mucho aceite
  5. Reduce el consumo de fruta. Si te apetece mucho puedes tomarla cocinada, seca o bien cruda con una pizca de sal
  6. Evita los frutos secos, aunque las semillas de sésamo y de calabaza puedes tomarlas
  7. Evita la comida animal, a excepción de pescado blanco, que puedes tomar una vez a la semana
  8. En cuanto a las bebidas, evita las estimulantes como té, café, alcohol, refrescos con cafeína, etc.
  9. No tomes nada a media noche o justo antes de acostarte
  10. Mastica bien, es muy importante. Intenta hacerlo 50 veces cada bocado.

Como remedio macrobiótico cuando se padece un dolor de cabeza como consecuencia de un consumo excesivo de alimentos yang, podemos tomar un vaso de zumo de manzana templado, o bien una bebida preparada con kuzu y zumo de manzana. Puedes prepararla de este modo:

Ingredientes:

  • 1 vaso de zumo de manzana
  • 1 cucharadita de kuzu
  • Dos cucharadas de agua

Elaboración:

(1) Pon a calentar el zumo de manzana; (2) Disuelve el kuzu con el agua; (3) Cuando el zumo de manzana esté a punto de hervir, añade el kuzu disuelto y mueve hasta que el zumo empiece a espesar; (4) Apaga el fuego y toma caliente

Para finalizar este post me gustaría resaltar que Michio Kushi y Alex Jack citan en su libro “The Macrobiotic Path to Total Health” un estudio español en el que se señala el consumo de ciertos alimentos como el desencadenante de migrañas. Estos son los alimentos: chocolate, queso, cítricos, plátanos, frutos secos, carne curada, lácteos, perritos calientes, pizza, aditivos, estimulantes refrescos y alcohol. El estudio estuvo realizado por  R.Leira y R.Rodríguez, se titulaba “Diet and Migraine” y aparecía en la revista Revue Neurol 24 (129):534-38, 1996.

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Experimenta macrobiótica

dinero y macrobiótica
Descubre que puedes con macrobiótica

Si estuvieras sin blanca y yo depositara diez millones de dólares en tu cuenta y te lo dijera, pero tú no me creyeras: ¿Qué ocurriría? ¡Absolutamente nada! Aunque serías diez millones de dólares más rico, continuarías viviendo y comportándote como si realmente estuvieras sin blanca. Y aunque el dinero estaría en tu cuenta, ni tú ni nadie obtendría ningún beneficio en absoluto de tu riqueza. La única forma de obtener beneficios sería que (1) creyeras que había depositado el dinero, y (2) empezaras a actuar en consecuencia y lo disfrutaras. Eso mismo te ocurre ahora. Estás totalmente equipado para alcanzar logros extraordinarios en cada una de las facetas de la vida que son importantes para tí, pero… debes primero creer que has sido equipado así y después debes actuar en consecuencia.

Lo que acabáis de leer es un fragmento del libro “Pasos simples hacia sueños imposibles”, de Steven K. Scott. Me vino a la mente cuando escuche los comentarios que mi hermano me hizo durante esta semana.

Después de estar unos días fuera de casa, mi hermano volvió a su dieta habitual, en la que los cereales ocupan un lugar central. Al encontrarme con él después de sus vacaciones me comentó:  “¡Mario, vaya diferencia de comer a no comer cereales habitualmente!  La gente tiene que probar la macrobiótica, no vale con decírselo. Tú no puedes saber lo que es sólo porque alguien te lo explique”.

En muchos de nosotros existe la posibilidad de tener más vitalidad y lucidez, de abrir los ojos y sonreir a la vida, de crear y de ser felices. La macrobiótica es una de las herramientas que nos acercan a ese mundo. Se destacan y ordenan aquellos elementos de la dieta y del estilo de vida que despejan el camino a nuestro máximo potencial. Pero para ello no basta con conocerlo, estudiarlo o acudir a un curso, sino que hemos de llevarlo a la práctica. Confía durante unos días en la macrobiótica, experimenta macrobiótica: aliméntate sano, acuéstate temprano, cuida tu hidratación, haz ejercicio, pasa tiempo en la naturaleza… y entonces aprecia los cambios y decide en función de esos cambios. Macrobiótica no es una ideología. Uno no es más o menos macrobiótico por comer más o menos arroz integral y sopa de miso, sino que uno es más macrobiótico cuanto más en sintonía está con el mundo.

Por ello la macrobiótica va más allá de los libros y cursos de macrobiótica, porque cualquier otro libro o curso  que te acerque al equilibrio también es macrobiótico. Un libro de cómo hacer ejercicio físico o cómo evitar las radiaciones electrogmágneticas o cómo apaciguar la mente… también son macrobiótica. Ese equilibrio lleva a una experiencia de la vida más rica y satisfactoria, y en la mayoría de los casos, más longeva.

La macrobiótica incluye la dieta pero va más allá, incluye el ejercicio pero va más allá, incluye la paz mental pero va más allá…La macrobiótica es saberse parte del universo y colaborar conscientemente en su evolución.

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Estrategias para aumentar la salud con macrobiótica

dieta macrobiótica y salud
Una alimentación macrobiótica nos ayuda a recuperar la salud

¿Qué comer cuando uno padece una alteración de la salud? En muchos casos dependerá del tipo de enfermedad. Por ejemplo, si alguien padece diabetes entonces se evitarán los dulces, los productos refinados… y se aumentará el consumo de productos integrales, frutas y verduras. En otros casos la enfermedad que padecemos no recomienda un régimen alimenticio particular. ¿Qué comer en esos casos? Esa es la pregunta a la que intenta responder esta entrada.

En la entrada “Una dieta macrobiótica para superar la enfermedad” describíamos los tantos por cien recomendados de cada tipo de alimento (cereales, verduras, legumbres, etc.) para diseñar una dieta macrobiótica cuyo objetivo fuese el superar una enfermedad. Aquí seremos más específicos, dando una serie de recomendaciones. Para ello nos dejamos aconsejar por Verne Varona, consultor macrobiótico de reconocido prestigio internacional.

  1. Consume cereal en grano, al menos 2 veces al día. En la macrobiótica tradicional el cereal más usado es el arroz integral. Puedes utilizarlo como cereal más frecuente y combinarlo o alternarlo con otros cereales como el mijo o la cebada. Para ver recetas con estos cereales puedes visitar las entradas Recetas macrobióticas con cereales (1), Recetas macrobióticas con cereales (2), Recetas macrobióticas con cereales (3)
  2. Toma verdura preparada con diferentes estilos: al vapor, en sopa, salteada en aceite o en agua o cruda. Incluye sobre todo las verduras dulces como cebollas, zanahorias, calabaza, col, maiz, etc. Estas verduras ayudará a reducir los deseos de dulce y relaja en caso de nervios.
  3. Usa de 1 a 2 cucharadias de aceite diariamente. Recordar que esta cantidad es para dietas destinadas a la recuperación de una enfermedad o estado de salud delicado. Si se goza de buena salud las cantidades aumentan. Puedes utilizar el aceite en ensaldas o para saltear cereales, verduras o legumbres. El aceite de oliva virgen extra o el aceite de sésamo pueden ser una buena opción.
  4. Consume una fuente concentrada en proteínas como legumbres o productos derivados de las mismas (tofu, tempeh). En verano una fórmula que funciona son las legumbres en ensalada. Se pueden utilizar para preparar patés o bien añadir una pequeña cantidad en sopas.
  5. Prueba las algas. Para la mayoría de la gente las algas son algo nuevo que la macrobiótica está introduciendo en nuestra sociedad, atrévete a experimentar con ellas o simplemente añade una pequeña cantidad (del tamaño de un sello) cuando vayas a cocer tus cereales o legumbres, así aportará minerales al agua de cocción.
  6. Procura que los platos sean variados en cuanto a sabores y métodos de preparación. La cocina debe serguir siendo divertida a pesar de estar delicados de salud.
  7. Sigue utilizando la sal, pero no la refinada sino la sal sin refinar que aporta una cantidad importante de minerales que ayuda a alcalinizar los alimentos.
  8. Come de cuatro a seis veces al día, así reducirás las probabilidades de comer demasiado. Eso sí,  no te hinches las cuatro/seis veces que te sientes a comer, sino toma pequeñas cantidades. De este modo también se reducen las ganas de tomar dulce.
  9. Disfruta de un té, infusión o café de cereales después de cada comida, así mejorará tu digestión y el cuerpo aprenderá que ha llegado el final de la comida.
  10. Come una pequeña cantidad de alimentos fermentados cada día. Los alimentos fermentados como el chucrut o los encurtidos (pickles) mejoran la actividad de las bacterias intestinales encargadas de digerir los alimentos. El miso es otro alimento que cumple la misma función. Puedes utilizarlo en la elaboración de sopas. Para ver recetas de sopas con miso ir a las entradas Recetas con sopas macrobióticas (1)Recetas con sopas macrobióticas (2)

Con estos diez puntos nos queda más claro qué hacer en la cocina cuando nuestra salud flaquea. En caso de necesitar instrucciones más específicas ya recurriríamos a los servicios de un consultor macrobiótico.

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Lo que comes hoy, habla mañana

macrobiótica y bocadillos enfadados
Si cocinamos enfadados, nuestra comida creará enfado

En el Instituto Kushi de Estados Unidos disponen de una amplia biblioteca de la que hice uso durante mi estancia. Allí estaban a nuestra disposición infinidad de libros sobre macrobiótica, medicina china, salud, cocina general, filosofía, etc. Tomaba notas de aquellos libros que me soprendían. Uno de ellos fue un libro titulado “Zen and the art of cooking” de Jon Sandifer, consultor macrobiótico afincado en Londres.

De entre mis notas personales sobre el libro me gustaría compartir con vosotros un apartado en el que se resalta la importanacia del cocinar como medio de expresión. La traducción literal del apartado sería algo así como “Autoexpresión en el cocinar”. Sandifer enumera seis puntos que a continuación comento:

MINIMIZA EL USO DE RECETAS

El no estar atento a las medidas permite la entrada de la intuición. En este sentido cocinar se considera un arte, al igual que un pintor se coloca frente a un lienzo en blanco y deja a la intuición hacer su trabajo (basado en un estudio y formación previa), del mismo modo hacemos nosotros con nuestros platos vacíos. Hace algún tiempo escribí en un antiguo blog el siguiente fragmento sobre las recetas: “Las recetas no son el punto final, sino el inicio que lleva a la propia creatividad”.

SÉ CONSCIENTE DE TU ACTUAL CHI

Tu energía pasa a los alimentos. Cocineros cansados producen comida cansada. Este punto me recuerda a la charla impartida por el monje budista Dorje Dondrub en el I Congreso de Macrobiótica Mediterránea (Univerdidad Jaume I, Castellón 2010). Nos mostró como el estado de todo aquel que entre en contacto con el alimento afecta a la calidad del alimento en sí. El agricultor que lo cosecha, quien lo transporta, quien te lo vende, y por su puesto quien lo cocina. Por eso comentaba que en los monasterios budistas uno de los puestos más cuidados es el de cocinero. “Allí no cocina cualquiera”. Con esto no quiero desanimar a nadie, sino dar un toque de atención para que estemos atentos a nuestro estado cuando nos disponemos a cocinar.

CONFÍA EN EL PROCESO

Que la ansiedad no te pueda. Aprende a tener la capacidad de estar en calma en el aparente caos. El proceso no se diferencia de los fines. Algo creado con nervios, por bueno que esté, transmitirá nervios. Al mismo tiempo el mundo es incierto, incluso una receta no sabemos cómo saldrá, y si eso sumamos que es la primera vez que la ahacemos, que tenemos invitados en casa, lo más probable serán los nervios. Aceptemos la incertidumbre y confiemos en el proceso, que salga como salga, nuestro plato transmita calma y confianza.

PERMANECE EN EL MOMENTO PRESENTE

Que el cocinar sea tu meditación. Eso se traduce en observar pensamientos y emociones mientras se cortan las zanahorias, recuerdos mientras se cuece el arroz, preocupaciones acerca del futuro mientras se saltea la verdura… Observamos pero permanecemos con el cocinar, apenas nos alejamos volvemos a ese momento presente el que cogemos suavemente la cuchara y probamos cómo va nuestra obra de arte.

SUSPENDE EL JUICIO

Suspende el juicio sobre los distintos tipos de alimentos. Todo ingrediente es comestible y proviene de una misma fuente: Este planeta. Apreciarlo y adoptar un acercamiento flexible. Existen ocasiones en que lo más recomendable es hacer lo “no-recomendable”. De todas formas, deja por un momento los principios e ideales y decide si comer o no comer un alimento según el momento. De la misma manera hazlo para utilizar uno u otro ingrediente en tus platos.

¿CÓMO ESTÁS CUANDO COCINAS?

Evita cocinar cuando estás enfadado: “What you eat today, talks tomorrow” [Lo que comes hoy, habla mañana] Escribe Sandifer en su libro. Me pareció tan buena esta frase que decidí ponerla por título. Considera tus platos como aquello que contiene y transporta tu estado de ánimo.

Estos ha sido varios puntos que resaltan la importancia del “cómo” en la cocina macrobiótica. Cocinar no es solamente un labor mecánica en la que se combinan una serie de ingredientes para producir un resultado, sino una forma de comunicación cuya expresión material es un plato con comida pero cuyo efecto va más allá de lo visible. En macrobiótica cuidamos los ingredientes que no aparecen en las recetas.

Cocina con amor.

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Macrobiótica sin leche

En el telediario de la 1 de TVE de hoy, se ha emitido una noticia en la que se hacía eco del descubrimiento por científicos canarios de  dos proteínas contenidas en la leche de vaca que causa alergias alimentarias. Aquí cuelgo un extracto de la noticia.

 

Científicos canarios descubren dos proteínas claves en el desarrollo de alergias alimentarias (3 agosto 2012)

 

Esta noticia nos recuerda que la leche de vaca no es un alimento para ser consumido en grandes cantidades por los seres humanos, al igual que no lo es la leche de rata, perros u otra especie animal. ¿Por qué nos empeñamos en consumir leche de vaca a pesar de las alergias y otras molestias que nos provoca como se puede comprobar en esta noticia? Desde la macrobiótica recomendamos reducir su consumo e incluso no tomar leche en absoluto. Existen alternativas para sustituir el hábito de tomar algo líquido en el desayuno o la merienda. Tenemos las bebidas vegetales como los preparados de arroz, avena o soja. Este tipo de bebidas cada vez más podemos encontrarlas en las grandes superficies y supermercados más pequeños. En Mercadona e Hiperber ya podemos encontrar bebida de avena o de arroz a un precio muy razonable (1,40 €). En las herboristerías encontramos más variedad por si queremos explorar los distintos tipos de marcas.

Si has notado que en ocasiones, o frecuentemente, te sienta mal la leche, puedes probar 2-3 semanas con las bebidas vegetales. Una dieta macrobiótica sin leche a menudo reporta mejoras instantáneas de nuestro estado. Prueba y  déjate guiar por tu propia experiencia. Una vez mi hermano me comentó:

La gente no come legumbres pensando lo sanas que son… proteínas de alto valor biológico, minerales, vitaminas, etc. Pero sí lo hacen con la leche y los productos lácteos. El marketing es muy agresivo y emparejamos los productos lácteos a las cualidades que nos venden mediante anuncios.

Se me está yendo la creencia de lo mucho que alimentan los productos lácteos.

Jane Plant, científica inglesa de reconocido prestigio internacional, nos recuerda en su libro “Tu vida en tus manos”, donde establece una relación entre el cáncer de mama y el consumo de lácteos, que la leche de vaca no es sólo un alimento con proteínas, hidratos de carbono y grasas, sino que en ella existen gran cantidad de sustancias químicas que provienen de los antibióticos con que se tratan a las vacas, de las hormonas que se les administran para aumentar la producción, incluso del pus que se genera en las ubres debido a las condiciones en las que están siendo mantenidas. Al mismo tiempo, nos recuerda que la leche de vaca es muy diferente a la leche humana.

Al comparar la leche humana con la de vaca, encontramos que la leche de vaca tiene el triple de proteínas, las mismas grasas, menos hidratos de carbono, casi 5 veces más calcio, 9 veces más fósforo, 3 veces más calcio y potasio,  2 veces más cloro, el mismo hierro y 3 veces más cantidad de solutos. Las diferencias entre la leche humana y la leche de vaca deja ver que son dos alimentos diseñados para cosas diferentes: una es para desarrollar personas, la otra terneros. La tradición y el marketing ha convertido este cruce de especies en algo natural, pero aunque mentalmente pueda estar asumido, a nivel fisiológico el organismo protesta.

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