Son posts que tratan una dolencia en particular, como por ejmplo: estreñimiento, cáncer, fibromialgia, etc. Y como estos pueden ser tratados desde la macrobiótica.
En el telediario de la 1 de TVE de hoy, se ha emitido una noticia en la que se hacía eco del descubrimiento por científicos canarios de dos proteínas contenidas en la leche de vaca que causa alergias alimentarias. Aquí cuelgo un extracto de la noticia.
Científicos canarios descubren dos proteínas claves en el desarrollo de alergias alimentarias (3 agosto 2012)
Esta noticia nos recuerda que la leche de vaca no es un alimento para ser consumido en grandes cantidades por los seres humanos, al igual que no lo es la leche de rata, perros u otra especie animal. ¿Por qué nos empeñamos en consumir leche de vaca a pesar de las alergias y otras molestias que nos provoca como se puede comprobar en esta noticia? Desde la macrobiótica recomendamos reducir su consumo e incluso no tomar leche en absoluto. Existen alternativas para sustituir el hábito de tomar algo líquido en el desayuno o la merienda. Tenemos las bebidas vegetales como los preparados de arroz, avena o soja. Este tipo de bebidas cada vez más podemos encontrarlas en las grandes superficies y supermercados más pequeños. En Mercadona e Hiperber ya podemos encontrar bebida de avena o de arroz a un precio muy razonable (1,40 €). En las herboristerías encontramos más variedad por si queremos explorar los distintos tipos de marcas.
Si has notado que en ocasiones, o frecuentemente, te sienta mal la leche, puedes probar 2-3 semanas con las bebidas vegetales. Una dieta macrobiótica sin leche a menudo reporta mejoras instantáneas de nuestro estado. Prueba y déjate guiar por tu propia experiencia. Una vez mi hermano me comentó:
La gente no come legumbres pensando lo sanas que son… proteínas de alto valor biológico, minerales, vitaminas, etc. Pero sí lo hacen con la leche y los productos lácteos. El marketing es muy agresivo y emparejamos los productos lácteos a las cualidades que nos venden mediante anuncios.
Se me está yendo la creencia de lo mucho que alimentan los productos lácteos.
Jane Plant, científica inglesa de reconocido prestigio internacional, nos recuerda en su libro “Tu vida en tus manos”, donde establece una relación entre el cáncer de mama y el consumo de lácteos, que la leche de vaca no es sólo un alimento con proteínas, hidratos de carbono y grasas, sino que en ella existen gran cantidad de sustancias químicas que provienen de los antibióticos con que se tratan a las vacas, de las hormonas que se les administran para aumentar la producción, incluso del pus que se genera en las ubres debido a las condiciones en las que están siendo mantenidas. Al mismo tiempo, nos recuerda que la leche de vaca es muy diferente a la leche humana.
Al comparar la leche humana con la de vaca, encontramos que la leche de vaca tiene el triple de proteínas, las mismas grasas, menos hidratos de carbono, casi 5 veces más calcio, 9 veces más fósforo, 3 veces más calcio y potasio, 2 veces más cloro, el mismo hierro y 3 veces más cantidad de solutos. Las diferencias entre la leche humana y la leche de vaca deja ver que son dos alimentos diseñados para cosas diferentes: una es para desarrollar personas, la otra terneros. La tradición y el marketing ha convertido este cruce de especies en algo natural, pero aunque mentalmente pueda estar asumido, a nivel fisiológico el organismo protesta.
La dieta macrobiótica tiene el objetivo de facilitar que el organismo mantenga un equilibrio compatible con una larga vida, es decir, es la dieta de la longevidad. Realizando los ajustes oportunos, este mismo enfoque puede utilizarse para recuperar la salud. No quiero decir que la dieta vaya a curar por sí sola una enfermedad, pero sí que va a tener un papel crucial en la recuperación. A este respecto podéis consultar la entrada sobre alimentación y cáncer titulada Alimentación anticáncer, entrevista a Odile Fernández.
¿Qué ajuste habría que hacer en una dieta macrobiótica para ayudar en la recuperación de una enfermedad?
El consultor macrobiótico Verne Varona nos aconseja en primer lugar asegurarnos de que nuestra dieta actual y estilo de vida no agravan nuestra condición. Por ejemplo, vivir en un entorno lleno de ruido seguramente agravaría cualquier dolencia. Para saber como compensar la existencia de ruido podemos ver la entrada Macrobiótica para compensar los efectos del ruido. En segundo lugar tendríamos que comprobar que nuestro plan de recuperación cubra los siguientes puntos:
La dieta debe de ofrecer una buena nutrición. Con ello se refiere a que todos aquellos nutrientes que la ciencia ya ha identificado como esenciales para la salud deberían estar presentes. En algún momento del pasado se ha llegado a recomendar alimentarse únicamente de arroz integral de forma indefinida; tal cosa nos llevaría inevitablemente a la desnutrición.
Los alimentos que tomemos deben de ayudar a desintoxicar el organismo a través de diferentes medios (heces, orina, respiración, expresión emocional, sudor, movimiento).
La dieta debería contribuir a tener un nivel de glucosa en sangre estable. Evitando las subidas y bajadas de azúcar en sangre evitamos los altibajos emocionales, algunas enfermedades y los deseos incontrolables de tomar ciertos alimentos. Para ver una gráfica al respecto puedes ir a la entrada Beneficios de una dieta macrobiótica.
La dieta debería fortalecer tu sistema inmune. En futuras entradas veremos de que alimentos se trata.
A modo de orientación general, los porcentajes de los distintos tipos de alimentos que se deberían consumir en una dieta macrobiótica para sanar son los siguientes:
45% de cereales en grano
5% de productos derivados de los cereales (pan, pasta, cuscús, etc.)
35% de verduras
5% de legumbres o proteína animal
Pequeñas cantidades de “lo que te apetezca”, algas, bebidas y aceites
Otros aspecto importantes en una dieta para sanar son: (1) Reducir o evitar el consumo de platos precocinados, comida enlatada o congelada; (2) Masticar con atención; (3) Tomar pequeñas cantidades de alimentos fermentados, tipo chucrut.
Hemos de dejar de pensar en la alimentación como algo ajeno a nuestro estado psicológico y fisiológico. Lo que comemos influye en lo que pensamos y sentimos, y en el estado de nuestro organismo. Eso, por evidente que pueda parecer, no lo saben todos los médicos. Es nuestro deber comunicarlo. Es nuestro deber, por respeto a la vida, poner las condiciones necesarias para que el cuerpo cambie de rumbo. Así le oiremos decir: “Gracias, ahora sí que puedo. Ahora voy a curarme y tú seguirás viviendo y disfrutando de los tuyos. El mundo te va a cuidar”.
El último fin de semana de junio se llevó a cabo el I Congreso de Nutrición Consciente, celebrado en la Universidad Miguel Hernández de Elche, donde la macrobiótica fue mencionada repetidamente. Durante dos días varios ponentes expusieron sus puntos de vista acerca de cómo la alimentación influye en numerosos aspectos del ser humano. Uno de esos aspectos fue la génesis y desarollo de la enfermedad. ¿Cómo influye lo que comemos a la hora de desarrollar una enfermedad? ¿Cómo puede inlfuir en su recuperación?
Entre las enfermedades que nos aquejan hoy en día destaca al cáncer. El número de casos va en aumento, y cada vez es más común tener a algún familiar o conocido con este diagnóstico. Para conocer un poco más entre la relación cáncer y alimentación, y si existe algún tipo de alimentación anticáncer, hoy vamos a hablar con uno de los ponentes que participó en el I Congreso de Nutrición Consciente.
Os presento a Odile Fernández. Odile es una mujer de 34 años, médico de familia y madre un niño que en las charlas observa inquieto como su madre habla a un montón de gente. Odile fue diagnosticada de cáncer de ovario con metástasis en 2010. Tras el shock que supuso la noticia de su diagnóstico comenzó a buscar toda la información referente a la relación cáncer-alimentación. Su formación en medicina supuso una gran ayuda para tal empresa. Descubrió que existe una íntima relación entre el cáncer y una alimentación deficiente -relación ampliamente documentada por estudios científicos- pero al mismo tiempo se dio cuenta que la alimentación apenas se tenía en cuenta en el tratamiento convencional. Tras el tercer ciclo de quimioterapia y cuidando al máximo la alimentación, el cáncer había desaparecido. El deseo de Odile de compartir lo aprendido la llevó a crear su página web Mis recetas anticáncer así como a impartir talleres y conferencias sobre el tema, actividades que compagina con su trabajo como médico de familia.
Después de esta breve presentación pasemos a darle la bienvenida a Odile Fernández a Macrobiótica Mediterránea.
MARIO: Hola Odile, me encantó oirte hablar durante el I Congreso de Nutrición Consciente en Elche y por esa razón consideré oportuno compartir con mis lectores algo de ti, por eso esta entrevista. Durante tu ponencia todos los asistentes estuvieron atentos y las preguntas surgían sin parar ¿Es así allá dónde vas?
ODILE: Síiiiii. Es un tema que suscita muchas preguntas, pues en general estamos muy desinformados sobre cual es la alimentación anticáncer y procáncer. A mí me encanta que me hagan preguntas, pues eso significa que ha llegado el mensaje. Y cuando algo te llega te surgen múltiples dudas.
MARIO: Tu experiencia con el cáncer te ha llevado a formarte sobre un tema que hoy en día parece estar descuidado en el tratamiento convencional: la dieta. ¿Qué consejos puede esperar una persona con cáncer de su oncólogo? ¿Recomendarías ir más allá de lo que le recomiende su médico? Y en ese caso ¿dónde acudir para profundizar en el tema del cáncer-alimentación?
ODILE: En general, los oncólogos cuando un paciente les pregunta qué puedo comer para curar la respuesta es: “Come lo que quieras”. Y no, esto no es así, no puedes comer lo que quieras. Hay muchos alimentos que estimulan el crecimiento del cáncer y otros muchos que ayudan a curarlo. Si los oncólogos informaran a sus pacientes los tratamientos se tolerarían mejor y serian más efectivos. Pero unas veces por desconocimiento y otras por falta de tiempo los oncólogos no dicen nada y los enfermos interesados deben estar peregrinando en busca de información.
>> Cuando yo tuve mi cáncer e intenté buscar información ví que había muy pocas cosas publicadas y en muchas ocasiones eran poco científicas. En internet por ejemplo muchas veces la información que encontramos está sesgada y en otras ocasiones es totalmente incierta. Lo mejor es buscar en pub med, que es la base de artículos científicos más completa que existe. Pero cuando tienes cáncer no tienes tiempo de sumergirte entre tanto texto. Necesitas algo rápido y práctico.
>> Una vez superado el cáncer decidí escribir la guía que a mi me habría gustado que me diesen en el momento que me dijeron que tenía cáncer. He intentado escribir un libro práctico, claro y sencillo que resuma cual es la alimentación anticáncer.
MARIO: El diagnóstico de un cáncer es un mazazo que puede llevar a cualquier persona a la resignación. Aparte de la gravedad de la enfermedad también existe un estigma social que aún acentúa más el miedo al cáncer. Desde tu experiencia ¿qué aconsejarías a una persona a la que le acaban de diagnosticar un cáncer?
ODILE: Lo primero que haría es darle un abrazo. Después le diría que el cáncer no es una sentencia de muerte, es una prueba más en la vida y una oportunidad de crecimiento y conocimiento personal. Es el momento de cambiar nuestra alimentación, nuestros hábitos de vida y la forma de relacionarnos con nosotros y con los demás. Es el momento de disfrutar de los pequeños momentos de la vida, rodearnos de amor y mantener una actitud muy positiva
MARIO: Entre todos los factores a los que tenemos que prestar atención cuando se nos diagnostica un cáncer está la alimentación que te has ocupado de desarrollar diseñando las charlas, los talleres y escribiendo tu libro titulado “Alimentación anticáncer“. ¿Qué información podemos encontrar en tu web? ¿Qué podemos aprender en tus charlas y talleres? ¿Qué tengo que hacer si quiero conseguir el libro “Alimentación anticáncer”?
ODILE: En Mis Recetas Anticáncer se habla mucho de alimentación, de cuales son los alimentos anti y procáncer y como debemos preparar esos alimentos a través de ricas recetas, pero también hablamos de emociones, de ejercicio físico… Tanto en el blog, como en los talleres y en el libro pretendo contar cuales han sido mis recetas anticáncer para superar la enfermedad pero siempre desde una base científica.
>> Si quieres un ejemplar del libro o asistir a un taller no tienes más que ponerte en contacto conmigo a través del email info@misrecetasanticancer.com
MARIO: Como sabes, desde este blog defendemos una dieta y estilo de vida macrobiótica. Utilizamos la palabra “macrobiótica” en el sentido de una dieta natural, ajustada a las características de nuestro sistema digestivo, que favorezca nuestra adaptación al medio y una vida longeva. Por un lado se reduce o evita el consumo de alimentos procesados, aditivos y productos refinados, y por otro lado se favorece el consumo de cereales en grano, legumbres, verduras, semillas y frutos secos. En este sentido ¿qué crees que podría aportar la macrobiótica al tratamiento del cáncer? ¿La crees compatible con lo expuesto en tu libro?
ODILE: Macrobiótica es un estilo de vida y alimentación muy adecuado para las personas con cáncer. Lo primero que propone macrobiótica es recuperar el equilibrio perdido para así sanar la enfermedad y creo que esto es muy importante. Además macrobiótica propone eliminar todos los alimentos cancerígenos como azúcar, alimentos refinados y procesados y eso es muy importante. Después añade algas, setas, vegetales… todos ellos reconocidos alimentos anticáncer.
>> Sólo difiero con macrobiótica en algunos aspectos. Creo que es necesario aportar más crudos a la dieta y eliminar la soja, salvo su forma fermentada.
MARIO: Se nos acaba el espacio en esta entrada, así que vamos con la última pregunta. Lo que nos cuentas es muy interesante y abre el apetito para más, por eso para acabar me gustaría preguntarte si existiría la posibilidad de que vinieses a Elche a impartir uno de tus talleres.
ODILE: Claro que sí. Yo encantada de ir a impartir un taller. Solo necesitamos sitio y fecha…. y gente interesada en aprender 🙂
¿Carece la dieta macrobiótica de vitamina B12? En algunos versiones más estrictas de dieta macrobiótica pordríamos decir que sí, pero no en versiones más modernas en las que se da cabida a una amplia variedad de alimentos y se tienen en cuentan los estudios nutricionales. Aún así echemos un vistazo a este asunto.
El doctor Colin Campbell, en su libro El Estudio de China, afirma que existen cuatro nutrientes que están presentes en una dieta con alimentos animales y que no están en una dieta basada en plantas. Estos cuatro nutrientes son:
Colesterol
Vitamina A
Vitamina D
Vitamina B12
Tres de estos cuatro nutrientes no son esenciales. El colesterol es fabricado por nuestro propio cuerpo. La vitamina A la sintetiza nuestro cuerpo a partir del betacaroteno existente en las verduras. La vitamina D se produce al tomar el sol unos 15 minutos al día. Sólo nos queda la vitamina B12.
Campbell comenta que la B12 es más problemática. La B12 la producen ciertos microorganismos presentes en el tierra y en los intestinos de algunos animales, incluidos los nuestros. La cantidad de B12 producida por nuestros intestinos no se absorbe adecuadamente, lo que hace recomendable tomarla en la comida. Tiempo atrás podíamos encontrar la B12 en algunas plantas, pero hoy en día, a consecuencia de la degradación de la tierra y de la limpieza y control sanitario al que se somenten los alimentos, es muy poco probable que se encuentre vitamina B12 en plantas.
En este sentido el famoso artículo escrito por Jack Norris, “Vitamine B12: Are you getting it?”, nos aporta una valiosa información sobre la B12, siendo de gran utilidad para aquellos que siguen una dieta vegetariana, vegana o macrobiótica. El artículo es una revisión de la literatura científica sobre la vitamina B12 y la dieta vegana desde 1980. Comienza con el siguiente testimonio:
En los últimos meses, me estaba sintiendo lento, tenía que acostarme un par de veces al día, encontraba difícil trabajar por las tardes y realizar ejercicio por períodos largos. Bajo la supervisión de Michael Klaper estaba tomando proteína en polvo, creatina, testosterona, nystatin, etc. todo lo no disponible. Estaba tomando levadura todos los días, por tanto yo sabía que no tenía deficiencia de vitamina B12. Entonces, un día, me encontré con el artículo sobre B12 (Vitamin B12: Are you getting it?) por accidente. No lo leí entero pero le eché un vistazo y me quedé con su insistencia acerca de que ninguna de las fuentes habituales son adecuadas. No me lo creí, pero tenía algunas antiguas pastillas de B12 en el frigorífico, así que me tomé una. El efecto fue casi inmediato y muy notable. Las he estado tomando casi todos los días, mi energía ha aumentado y me siento una persona de mediana edad en vez de un cansado y viejo anciano.
La deficiencia grave de B12 puede provocar un daño neurológico permanente, como por ejemplo ceguera, sordera o demencia. Fatiga o temblor en manos y pies también puede ser un síntoma. La B12 también contribuye a tener un sistema digestivo sano. La deficiencia moderada de B12 incrementa la acción de una sustancia denominada homocisteína, que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca. En este punto hay que resaltar que podemos estar usando B12 acumulada en el hígado durante 2-3 años, es a partir de ese tiempo cuando un aporte deficiente de esta vitamina podría pasar factura.
Norris afirma que ya existe un amplio consenso dentro de la comunidad cientifica, también dentro de los profesionales de la salud dedicados a las personas veganas, en cuanto a que los alimentos vegetales no aportan vitaminan B12.
Desde la macrobiótica tradicional se ha afirmado muchas veces que la B12 la podemos encontrar en alimentos como las algas o el tempeh. ¿Es eso verdad?
Según los estudios revisados por Norris, en las algas como la spirulina se ha encontrado un análogo, que se parece a la B12 pero que no es. Además compite con ella. En el tempeh no se ha encontrado B12 y en algunos casos en que sí, se atribuye a la contaminación bacteriana. Incluso algunos productos animales tampoco la contienen o no es aprovechable. Por ejemplo, los huevos tienen B12 pero no es absorbible, y los lácteos la pierden al ser pasteurizados. Todo esto no quiere decir que tengamos que comer comida animal, ya que podemos obtenerla mediante otros medios como suplementos o alimentos fortificados.
En cuanto a los suplementos el autor recomienda, si se sospecha de falta de B12, tomar 2000 microgramos al día durante 2 semanas y ver la respuesta del organismo. Al mismo tiempo podemos consumir alimentos fortificados, que son aquellos a los que se añade algún nutriente extra. El consumo de alimentos fortificados con B12 puede compensar su falta en la dieta.
Para aquellos que estén interesados en saber más acerca de la B12 recomiendo acudir a la siguiente página web dedicada a la alimentación vegana (la página que enlazo está en español):
Periódicamente me envían desde el Insituto Kushi información acerca de las actividades que allí están realizando. En ocasiones también me envían testimonios de personas que, mediante una dieta macrobiótica, han resuelto la mayor parte de sus problemas de salud. El mes pasado recibí uno de esos testimonios. Aún conociendo los beneficios que nos aporta una dieta natural, basada en cereales en grano, verduras y legumbres, no dejo de sorprenderme de algunos casos. Este es uno de ellos, por eso he decidido traducir el testimonio y colgarlo en esta entrada.
Dice así:
La mayor parte de mi vida he tenido una dieta poco saludable que consistía en comida rápida, refrescos y comida con mucha grasa y poca fibra. Al final mi dieta se apoderó de mí.
Al final de abril de 2012 vine a Kushi Institute como una mujer muy enferma, con una larga lista de síntomas, incluidos diverticulitis y otros problemas intestinales, vértigo, problema de visión, sonidos en el oído, muchos problemas menstruales, obesidad, artritis y depresión. En los cuatro años previos he pasado por tres hospitalizaciones y dos cirujías. Una de las cirujías fue una emergencia –una colostomía que me salvó la vida tras una perforación de instestino. La operación fue un éxito, pero incluso 6 meses después he estado sufriendo de depresión
Fui al Instituto Kushi porque my hermana mayor iba a ir para el programa Way to Health y me invitó. Aunque yo no tenía mucha esperanza en ese momento, quería ver si la macrobiótica podría ayudarme a remediar la larga lista de problemas de salud. Esta fue la mejor decisión que nunca he tomado.
Estuve en el Insituto Kushi dos semanas, primero hice el programa Way to Health, después continué otra semana con el programa Way to Health PLUS. Después de ambos programas mi estancia terminó. Había perdido cuatro kilos y estaba menos deprimida de lo que había estado en años.
Escribo esto unas pocas semanas después de volver a casa, e incluso en este corto espaio de tiempo, mi pérdida de peso ha continuado, y ya no estoy deprimida. De hecho, estoy feliz y emocionada con el futuro. Mi cuerpo se siente más fuerte. Ya no tengo diverticulitis y voy al baño sin problemas. Esto es increíble para mi porque durante años yo siempre he tenido problemas para ir al baño, o bien tenía diarrea o estreñimiento. El vértigo y los sonidos en el oído han desaparecido. Los problemas menstruales se han ido. Tengo mucho menos dolor por la artritis y siento que finalmente se irá después de alcanzar mi peso ideal.
En el InsitutoKushi también me di cuenta que el gluten formaba parte de mis problemas de salud y ahora tomo una dieta sin gluten.
Estoy muy agradecida a mi hermana por llevarme al Instituo Kushi, y también a los miembros del Instituto Kushi, los cuales fueron maravillosos, y grandes ejemplos de cómo la vida puede ser si comes de forma macrobiótica. Estoy en contacto con las personas que también hicieron el programa. Es muy bueno el tener amigos con los que compartir el mismo estilo de vida. Compartimos un montón de consejos sobre cocina y compras.
¡No puedo esperar a ver lo bien que me voy a senir después de otro año! Ahora, en vez de preocuparme por el futuro, yo estoy impaciente para ver cómo se desenvuelve.
Cuando yo estaba en el Insituto Kushi, Larry y Judy MacKenney, dos de nuestros maravillosos profesores, solían ponernos en círculo al final de la clase y decir “Todos los días, en todas las maneras, yo me estoy poniendo mejor y mejor”. Continuo diciendome esto, y para mi ha sido verdad – ¡Todos los días, en todas las maneras YO ESTOY poniéndome mejor, mejor y mejor! Gracias al Insituto Kushi por este maravilloso regalo. Vosotros me habéis dado la salud.
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