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Menos carne y más vida con macrobiótica

Alimentos ricos en metionina, ausentes en macrobiótica
Productos de origen animal, presentes en poca cantidad en una dieta macrobiótica mediterránea

En la reposición de un documental en la 2 de Rtve encontré la inspiración para escribir esta nueva entrada. El reportaje trataba sobre la longevidad. ¿Qué factores pueden hacer que vivamos más o menos tiempo? La dieta era uno de los principales. Como consultor macrobiótico el tema me resultaba muy atractivo, así que seguí viéndolo.

Me llamó mucho la atención uno de los investigadores entrevistados. Se llamaba Gustavo Barja de Quiroga, y era profesor de la facultad de biología de la Universidad Complutense de Madrid. Gustavo argumentaba que había estudiado durante años los antioxidantes como la solución para prevenir el envejecimiento, pero que tras décadas de estudio se había dado cuenta que la clave no radicaba en ellos sino en los radicales libres. Cómo prevenir la aparición de los radicales libres, y no como frenarlos una vez hayan aparecido; esa era la clave. Sería similar a lo que hemos escrito en pasadas entradas acerca del calcio y la osteoporosis: Dónde está el calcio en macrobiótica. No se trata de cuanto calcio tomar, sino de qué factores nos hacen perderlo.

Por lo tanto, este biólogo de la Complutense, centra actualmente sus estudios en la aparición y actividad de los radicales libres.

¿Qué son los radicales libres?

Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que tienen un electrón sin pareja. Ese átomo o molécula recorre el organismo en busca de una pareja para su electrón suelto. Cuando encuentra otra molécula estable, le roba un electrón para alcanzar su propia estabilidad electroquímica, pero de este modo desestabiliza a la molécula a la que le ha robado el electrón. De este modo, se produce una reacción en cadena que destruye nuestras células. Estas reacciones se previenen mediante sustancias antioxidantes, como por ejemplo: el beta-caroteno, la vitamina E, la vitamina C o los flavonoides.

La actividad de los radicales libres sucede incluso en un cuerpo sano, pues el cuerpo los produce para luchar contra virus y bacterias, pero el problema llega cuando estos se producen en grandes cantidades y durante muchos años, en cuyo caso la acción de las sustancias antioxidantes no sería suficiente para frenarlos.

¿Qué factores aumentan la producción de radicales libres?

El profesor Gustavo Barja, destaca el papel del consumo excesivo de carne y en concreto de uno de sus componentes, el aminoácido metionina. Según Gustavo, la metionina podría estar contribuyendo a una producción excesiva de radicales libres. Se ha demostrado que la restricción de metionina incrementa la longevidad en ratas.

Pero, si la metionina es una aminoácido esencial ¿por qué su restricción favorece la longevidad?

Mendoza García (2010), escribe en la revista Encuentros en la biología (vol.3; nº131), editada por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, que una restricción moderada en el consumo de metionina nos reportaría efectos beneficiosos, ya que conllevaría una reducción de la producción de radicales libres en todos los órganos (hígado, riñones, cerebro, etc.). Por otro lado, una restricción drástica conllevaría descenso de peso y otras consecuencias negativas. Destaca que una dieta vegetariana o vegana, las cuales comparten muchas características con una dieta macrobiótica,  reportaría cantidades suficientes de metionina. A continuación se muestra el contenido de metionina de diferentes alimentos (mg/100g alimento crudo):

  • Carne de cerdo 321
  • Carne de pollo 800
  • Salmón 469
  • Leche vaca 86; frente a 19 de la leche humana
  • Huevos 416
  • Trigo 196
  • Lentejas 194
  • Acelgas 8, brócoli 61, coliflor 44
  • Manzana 3, melón 6, uva 23
  • Almendra 518, semillas de calabaza 617, pistachos 367

El autor sugiere una dieta vegana para el consumo de unos niveles óptimos de metionina, aunque existan alimentos como los frutos secos o alguna fruta en particular como la sandía (648 mg) que tienen niveles altos de metionina, estos se consumen en poca cantidad o de forma temporal.

La macrobiótica tradicional dice: “La carne es demasiado yang, ve al centro, consume cereales”. Es una hipótesis simple, que no por ello menos verdadera que otras más complicadas, pero en una sociedad como la actual requerimos más explicaciones, pues la tecnología y nuestra capacidad de indagación así lo permiten. Esto es lo que sucede en el tema de la carne. Al recomendar un descenso en su consumo puede que te pregunten:

“¿Por qué tengo que comer menos carne?”

En mi opinión, la mejor respuesta viene de argumentos de la macrobiótica tradicional, más argumentos científicos (como el de la metionina), más la recomendación de observar la propia experiencia al reducir su consumo. De este modo, uno tiene más probabilidades de acercarse a la verdad.

 

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8 principios para una alimentación macrobiótica (II)

Está entrada es la segunda parte de 8 principios para una alimentación macrobiótica, entrada anterior. En aquella entrada se expusieron 4 principios para una alimentación saludable. Estos principios son las conclusiones extraídas por el doctor Colin Campbell, en su obra “El Estudio de China”. A continuación se exponen 4 principios más, que junto con los 4 anteriores, se completa lo expuesto por Campbell.

 

toxinas y alimentacion macrobiotica
Uno de los 8 principios para una alimentación macrobiótica, es que una dieta sana neutraliza las toxinas

PRINCIPIO 5: La nutrición puede controlar considerablemente los efectos nocivos de las sustancias químicas

Las enfermedades pueden viciarse por sustancias tóxicas, pero estas están respaldadas por una dieta desequilibrada. La alimentación animal es desequilibrada aunque todos los productos sean biológicos. La actividad de las sustancias cancerígenas en nuestro organismo está controlada por lo que comemos. En macrobiótica es conocida la acción del miso en la prevención del efecto nocivo de las radiaciones electromagnéticas.

PRINCIPIO 6: La misma nutrición que previene la enfermedad en sus primeras fases (antes de su diagnóstico), también puede hacer que la enfermedad se detenga o dé marcha atrás en sus últimas fases (después del diagnóstico)

La buena nutrición maximiza la salud en todas las fases de la enfermedad. Una dieta basada en alimentos integrales y vegetales retrasa las enfermedades cardíacas, ayuda las personas obesas a perder peso y a los diabéticos a no tener que medicarse. Este principio explica el porqué adoptar una dieta macrobiótica puede hacer mejorar a la persona que padece una enfermedad.

PRINCIPIO 7: La nutrición que es beneficiosa para una enfermedad crónica puede serlo también para la salud en general

Una dieta basada en alimentos integrales y vegetales nos previene de enfermedades de todo tipo. Campbell describe que cuando estaba teniendo reuniones con los editores para publicar el libro, estos le preguntaron si podría recomendar una serie de medidas nutricionales para cada enfermedad, ya que un plan general para muchas enfermedades no era lo suficientemente comercial. Campbell, les dijo que no. Reconoce que, aunque las recomendaciones nutricionales específicas para cada enfermedad sean buenas para el marketing,  no son buena ciencia.

PRINCIPIO 8: Una buena nutrición crea salud en todas las áreas de nuestra existencia. Todas las partes están interconectadas

Nuestra salud depende de nuestro entorno. El entorno más inmediato es lo que comemos. Cambiando nuestro modo de comer abrimos la posibilidad a un cambio en entornos más alejados, como por ejemplo, nuestras relaciones, nuestros trabajo o nuestro tiempo libre. Un consultor macrobiótico considera que el alimento no es sólo la comida, sino que es todo lo que nos llega. Utiliza la metáfora yin-yang para todo estímulo que le llega a la persona (input), y a partir de ahí, sugiere cambios que llevarían a un mayor equilibrio.  Los cambios pueden encadenarse: comida equilibrada aumenta la probabilidad de hacer ejercicio físico, que aumenta las probabilidad de pensamientos positivos, que aumenta la probabilidad de rodearse de buenos amigos…

Los ocho principios que hemos revisado en estas dos entradas, suponen argumentos a favor de una dieta macrobiótica. Son argumentos extraídos de investigaciones llevadas a cabo durante décadas.

Como conclusión, podemos decir que una dieta que aplique las recomendaciones macrobióticas:

  1. Está basada en plantas (cereales, legumbres, verduras, semillas, etc.)
  2. No recomienda el uso de suplementos dietéticos, estilo vitaminas, minerales,…
  3.  Tiene en cuenta la combinación entre alimentos, y también entre alimentos y la condición particular de cada persona
  4.  Como resultado de este tipo de alimentación, se “duermen” los genes relacionados con las enfermedades y se “despiertan” aquellos que las previenen
  5. Neutraliza sustancias tóxicas
  6.  Previene la enfermedad desde sus primeros estadios, y la mejora si se encuentra en fases más avanzadas
  7. Facilita el mantenimiento de un estado saludable y la prevención de enfermedades crónicas
  8. Crea salud en todas las áreas

Este último punto -La creación de salud en todas las áreas- facilita que encontremos nuestros lugar en el mundo, lo que a su vez promueve la salud a nivel más elevado, social o colectivo.

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8 principios para una alimentación macrobiótica (I)

estdio de china y macrobiótica
El autor concluye con 8 principios para una alimentación macrobiótica

Hace unas semanas escribimos sobre el libro “El Estudio de China”, podéis verlo en la entrada titulada Sinónimos de macrobiótica y El Estudio de China. Hoy me gustaría volver a esa obra para exponer 8 principios que nos guiarán hacia una vida saludable y macrobiótica. Son principios que Campbell extrajo de sus investigaciones acerca de la alimentación y la enfermedad.

De la aplicacion de los principios que en las siguientes lineas vamos a describir, se pueden derivar los siguientes beneficios según la ciencia actual:

  • vivir más
  • parecer y sentirse más joven
  • tener más energía
  • perder peso
  • niveles de colesterol más bajos
  • prevenir y revertir enfermedades del corazón
  • menor riesgo de cáncer de próstata, pecho, y otros tipos
  • conservar tu vista en los últimos años
  • prevenir y tratar la diabetes
  • evitar cirugías
  • disminuir la necesidad de fármacos
  • mantener tus huesos fuertes
  • evitar la impotencia
  • evitar una embolia
  • prevenir piedras en los riñones
  • evitar que tu bebe padezca diabetes tipo 1
  • aliviar el estreñimiento
  • bajar la presión sanguínea
  • evitar el Alzheimer
A continuación vamos a examinar los cuatro primeros principios, y continuaremos con los cuatro restantes en la próxima entrada. El estilo de escritura es breve y directo pues la información proviene de mis apuntes personales. Los principios, aunque el autor no lo define de esta manera, pueden considerarse 8 principios para una alimentación macrobiótica, pues es una alimentación que favorece que las funciones fisiológicas del organismo y la sostenibilidad del planeta.

PRINCIPIO 1:  La nutrición consiste en las actividades combinadas de infinidad de sustancias. El todo es mayor que la suma de las partes

principio 1 dieta macrobiotica
La macrobiótica tiene en cuenta la interacción entre las diferentes sustancias presentes en la alimentación

El cuerpo utiliza los nutrientes en su conjunto, no de forma aislada. Se producen miles de interacciones entre los tipos de alimentos y  los fluidos del organismo.

Aún no entendemos la complejidad de estas interacciones. Por ello, es importante una dieta variada, con alimentos y no con fracciones de los mismos (vitaminas, proteínas, minerales, etc.). No conocemos todos los compuestos ni todas las interacciones.

PRINCIPIO 2: Los suplementos de vitaminas no son una panacea para la buena salud

Las partes (vitaminas, ácidos grasos, etc.) son importantes pero no de forma aislada, sino dentro del contexto total que es un alimento, y aún más, una comida. La administración aislada de nutrientes parece no ser tan afectiva como se creía. La macrobiótica nos ayuda a tener una visión más global de la nutrición. No solamente hay que tener en cuenta lo pequeño (vitaminas, minerales, etc.) sino lo grande (características del alimento que tomamos, de nuestro sistema digestivo, de nuestro entorno, etc.)

PRINCIPIO 3: Prácticamente no existen nutrientes en los productos animales que no pueden ser mejor provistos por una dieta basada en plantas

Un filete se parece más a cualquier otro alimento animal que a uno vegetal. Lo mismo pasa con los vegetales. Si comprobamos lo que nos aporta una dieta basada en plantas en comparación con una dieta basada en animales, advertimos que es mucho más sana la de las plantas.

Hay cuatro nutrientes en la alimentación basada en animales que no tenemos en los vegetales:

  • Colesterol
  • Vitamina A
  • Vitamina D
  • Vitamina B12
El colesterol es fabricado por nuestro cuerpo. La vitamina A la fabricamos a partir del betacaroteno en los vegetales. La vitamina D se fabrica si nos exponemos al sol 15 minutos cada 2 días. La vitamina B12 es la única que deberíamos tomar como suplemento (sobre la vit. B12 escribiremos en futuras entradas). Con la ayuda de un consultor macrobiótico, cobraremos conciencia de qué dficiencias podría acarrear una dieta vegetariana y como compensarlas.

PRINCIPIO 4: Los genes no hacen surgir la enfermedad por sí mismos. La nutrición juega un papel crítico a la hora de determinar qué genes son expresados.

Este principio nos lleva directamente al tema tratado en la entrada anterior Cómo la macrobiótica puede afectar a nuestros genes. Si estás interesado en él te recomiendo ver el documental que se indica en ella.
Los genes que provocan las enfermedades pueden estar “durmiendo” o “despiertos”, ello puede depender del entorno, en especial de la dieta. Una dieta rica en proteínas puede despertar genes que inicien el cáncer.

 

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Recetas macrobióticas con cereales (1)

Arroz integral a la macrobiótica
Arroz integral en olla exprés, conocimientos básicos de la cocina macrobiótica

Con la entrada de hoy abrimos una serie de entradas en las que exploraremos recetas básicas de macrobiótica, las cuales supondrán un colchón sobre el que comenzar a hacer nuestras adaptaciones personales.

En esta primera entrada de la serie vamos a dejarnos guiar por Michio Kushi y Alex Jack. Seguiremos sus sugerencias para cocinar de tres modos distintos un arroz integral. Sus instrucciones servirán de repaso a quien ya controla estos alimentos, y como introducción a quienes aún no le han cogido el tranquillo a la cocina macrobiótica. Recuerda que puedes encontrar más información de cómo cocinar el arroz integral en la entrada Pilar de la macrobiótica mediterránea: arroz integral

ARROZ INTEGRAL EN OLLA A PRESIÓN

Ingredientes

  • 2 vasos de arroz integral
  • 3 a 4 vasos de agua
  • 2 pizcas de sal marina

Elaboración

(1) Lavar el arroz y colocarlo en la olla a presión; (2) Añadir el agua y la sal; (3) Tapar y ponerla al fuego. Cuando alcance la presión  llevarla a fuego medio-bajo, justo para mantener la presión; (4) Cocinar durante 50 minutos; (5) Retirar del fuego, esperar a que la presión baje naturalmente; (6) Abrir, mover y servir

ARROZ INTEGRAL HERVIDO

Ingredientes

  • 2 vasos de arroz integral
  • 4 vasos de agua
  • 2 pizcas de sal

Elaboración

(1) Lava el arroz y colócalo en una olla, mejor si es pesada; (2) Añade el agua y la sal. Cubre con la tapadera; (3) Pon la olla al fuego y cuando empiece a hervir ponla a fuego mínimo; (4) Hierve 45-50 minutos o hasta que el arroz haya absorbido el agua; (5) Retira del fuego y sirve

Arroz integral macrobiótico en olla convencional
Otra receta básica de la cocina macrobiótica: arroz integral en olla convencional

ARROZ INTEGRAL CON MIJO O CEBADA

Ingredientes

  • 2 vasos de arroz integral
  • 1/2 vaso de mijo o cebada
  • 4 ó 5  vasos de agua
  • 2 pizcas de sal

Elaboración

(1) Lava los cereales y colócalos en la olla a presión; (2) Cuando el agua esté caliente añade la sal, tapa la olla y cocina a presión durante 45 minutos; (3) Deja reposar durante 5 minutos y sirve.

Hasta aquí hemos tenido tres recetas básicas de como cocinar arroz integral. Una de ellas en olla a presión, otra en olla convencional y, finalmente, arroz combinado con otros cereales. Estas son recetas que cualquier chef macrobiótico ha de dominar porque serán la base de infinidad de platos.

Nota sobre las recetas de libro:

De la experiencia que tengo probando recetas de diferentes fuentes, he advertido que existen diferencias que pueden aguarnos la fiesta. Por ello, te sugiero que te las tomes en serio un par de veces como mucho, y a partir de ahí que sea tu experiencia la que te guíe, y no las instrucciones de un libro (son fantásticas para empezar, pero después quien tiene que vivir somos nosotros). En cuanto a las recetas de arroz integral, he comprobado que la relación agua-cereal depende mucho del tipo de olla y del tipo de arroz. Tened en cuenta que muchas de las recetas nos llegan de EEUU o de Inglaterra o incluso de Japón. Las ollas no son las mismas, el arroz tampoco. Quien no tiene el apoyo de un consultor macrobiótico cerca, puede recurrir a los libros y recetas en internet, y después seguir su instinto.

Recuerda:

Las recetas no son el punto final, sino el inicio que lleva a la propia creatividad

 

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Macrobiótica para reducir la obesidad infantil

Obesidad infantil y macrobiotica
La macrobiótica constituye una importante herramienta para la prevención de la obesidad infantil

Este miércoles la fundación Thao, que promueve los hábitos saludables en los colegios de varios municipios españoles, publicó en Barcelona los datos de un estudio acerca de la obesidad infantil. Los medios de comunicación se han eco de esta noticia durante este fin de semana, y hemos podido leer y/o escuchar titulares como estos:

La obesidad española ya se parece a la de EEUU

Obesidad infantil, un problema que no cesa

Un niño de cada tres sufre obesidad infantil

El estudio contaba con una muestra de 38.008 niños, de entre 3 y 12 años, de los cuales el 23,5% sufren obesidad. El estudio también nos informa sobre algunos hábitos de vida, entre los que destaca el alto sedentarismo. El 24% de los niños pasa hasta 2 horas al día viendo la televisión y jugando al ordenador. A pesar de que por zona de residencia nos corresponde una dieta mediterránea, los autores del estudio comentan que esta apenas se sigue, ya que el 75% de los niños sólo toma una pieza de fruta al día, y sólo el 62% toma verduras frescas o cocinadas una vez al día.

No sólo la obesidad infantil representa un problema por sí misma, sino que está relacionada con la aparición en edades adultas de  problemas óseos y musculares, diabetes e hipertensión.

¿Qué nos puede aportar la macrobiótica para reducir la obesidad infantil?

Los conocimientos que engloba la macrobiótica, constituyen una guía que nos ayuda a transformar nuestra vida en una más saludable, lo que incluye un peso ideal. Desde pequeños, nuestros hijos pueden acostumbrarse a una dieta sana, más equilibrada, sin exceso de aditivos químicos ni alimentos procesados. Una dieta que les permita estar lo suficientemente vitales como para poder concebir y hacer realidad sus sueños.

Montse Bradford, experta en alimentación natural y autora de varios libros dedicados a la cocina macrobiótica y a la nutrición infantil, comenta en uno de sus libros que, en la actualidad, los niños están comiendo demasiada azúcar, demasiada sal, muchas grasas saturadas, harinas blancas y refinadas, demasiados aditivos químicos, muchos alimentos procesados y  muy pocas verduras, frutas, cereales integrales, semillas y frutos secos. Continúa con una serie de recomendaciones que a continuación resumimos.

RECOMENDACIONES PARA INTRODUCIR UNA DIETA SANA A LOS NIÑOS

  1. Reducir el consumo de bebidas con azúcar, como por ejemplo: zumos comerciales, refrescos, infusiones u otras bebidas que preparamos en casa, etc.
  2. Evitar añadir azúcar a las recetas que vayamos a elaborar. Podemos encontrar recetas alternativas, disminuir la cantidad de azúcar indicada en las instrucciones, o sustituirla por otros edulcorantes como el sirope de arroz o pasas.
  3. Reducir el consumo de los alimentos procesados: comida precocinada, enlatada, dulces y snacks.
  4. Utilizar cada vez más productos elaborados con harinas integrales, como por ejemplo: pan integral, pasta de pizza integral, galletas integrales, etc.
  5. Evitar flanes, mousses, natillas y cremas empaquetadas, ya que llevan muchos aditivos y azúcar.
  6. Aumenta el consumo de alimentos frescos y naturales, de la estación en la que estés en ese momento.
Recomendaciones de macrobiótica para la obesidad infantil
Una dieta macrobiótica se extrañará durante las primeras semanas

Con estas recomendaciones uno puede empezar a modificar la dieta de los niños de forma progresiva. Hay que tener en cuenta que al principio existirá una tendencia a rechazar los platos nuevos. Existe un fenómeno denominado “la paradoja del omnívoro” que consiste en tener miedo a los alimentos nuevos.

¿Cómo evitar que los niños tengan miedo a los alimentos nuevos?

En primer lugar, yo no tendría prisa en que los niños cambiasen la alimentación, pues su comida son ellos, y rechazarla sería rechazarles a ellos, o al menos, ellos lo sentirían así. Podemos empezar presentado la comida nueva de forma frecuente, pero sin insistirles mucho si no quieren. Al cabo de unas semanas les resultará familiar y lo familiar empieza a gustar.

Hemos de evitar etiquetar los nuevos alimentos. No hemos de llamarles alimentos sanos, ni comida macrobiótica, ni alimentos integrales,… de la misma manera que no llamamos de ninguna forma a la dieta que tomamos habitualmente. Si utilizásemos etiquetas los niños verían lo etiquetado como algo ajeno, y lo ajeno no gusta.

El ver como otras personas comen con ganas alimentos nuevos, aumenta la probabilidad de que se prueben y gusten esos alimentos. Esto funciona especialmente si son otros niños los que comen los alimentos nuevos.

Otra forma de aumentar el gusto por los alimentos nuevos es reforzar su consumo. Podemos decirles: “Mamá va estar muy contenta si te comes la verdura” o “Si te comes la verdura tendrás mucha energía”. Para reforzar es importante no dejar en mal lugar a la nueva comida, hay que evitar frases como esta: “Si te tomas las verduras, podrás jugar al fútbol”.

Todas estas recomendaciones nos ayudarán a presentar alimentos nuevos a nuestros hijos, de forma que no experimenten ninguna ruptura traumática con sus antiguos hábitos. A medida que vayan notando los efectos positivos de una alimentación sana, el propio cuerpo desarrollará  una atracción natural por la comida que hace unos meses era “muy rara”.

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