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Desayuno completo 2022:1

Aveline Kushi y Wendy Esko nos proponen unas gachas de arroz, una sopa de miso y unas verduras al vapor.
 
Muestro como preparar la sopa.
 

SOPA DE MISO CON WAKAME, ZANAHORIA, CEBOLLA Y TOFU
 
Para la sopa utilizo:
  • 1/4 de taza de cebolla picada
  • 1/4 de taza de tofu a cuadrados
  • 1/4 de taza de zanahoria, cortada fina
  • 1/8 de alga wakame, remojada y cortada
  • 2 tazas de agua (500 ml)
  • 2 cucharaditas de miso
Una vez que el agua está hirviendo, voy añadiendo los ingredientes conforme muestro en el vídeo. Los hiervo 1-2 minutos cada uno, hasta que añado el miso, lo mantengo a fuego muy bajo 2-3 minutos y listo.  Le puedes añadir cebollino u otro aderezo por encima.
 
ARROZ INTEGRAL CON CIRUELA UMEBOSHI
Para el arroz:
  • 1/2 taza de arroz integral
  • 2 tazas + 1/2 taza de agua (625 ml)
  • Pizca de sal
  • 1/2 umeboshi por ración
  • Snack de alga nori, varias hojas
Cocina durante 40 minutos en olla rápida. Adereza con snack de alga nori. Añade un trocito de ciruela umeboshi a cada ración.
 
VERDURAS AL VAPOR
El menú se completa con verdura al vapor, que puede ser kale, acelgas, o bien, col. Ten en cuenta que el arroz y las verduras al vapor no aparecen en el vídeo.
 
Acompaña los platos con té kukicha. 
 

NOTAS
[1] Kushi, A. y Esko, W. (1987). Macrobiotic Family Favourites. Tokyo and New York: Japan Publications, Inc. P. 88.
 
 
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Macrobiótica como la síntesis de Este y Oeste

Este Oeste Macrobiotica

La macrobiótica hoy es una síntesis única de influencias de Occidente y de Oriente. Supone una forma de vivir de acuerdo con la perspectiva más amplia posible, el orden infinito del universo. La práctica de la macrobiótica es el entendimiento y la aplicación práctica de este orden a nuestro estilo vida, incluyendo la selección, preparación  y formar de tomar nuestra comida diaria, así como  la orientación de la conciencia. La macrobiótica no ofrece una sola dieta para todo el mundo, sino un principio dietético que tiene en cuenta las diferencias en clima y geografía, en edades, sexos y niveles de actividad, y las siempre cambiantes necesidades personales. La macrobiótica también acoge la variedad y riqueza de todas las culturas y herencias del mundo.
 
Michio Kushi y Alex Jack 
 

NOTAS

[1] Fotografía: Portada de la revista East West Journal, Vol. 20 nº10 Octubre 1990. Revista fundada por estudiantes de Michio Kushi en 1971.
[2] Cita: Kushi, M. y Jack, A. (1983). The Cancer Prevention Diet. New York: St. Martin Press. P. 17.

 

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Por qué la macrobiótica se asocia al cáncer

El problema del cáncer nos ofrece la posibilidad de repensar seriamente nuestro entendimiento de la salud y la enfermedad.
 
Michio Kushi 
 

El boom de la macrobiótica en los años 80 se debe, en parte, a la demanda de asesoramiento por parte de las personas diagnosticadas con cáncer. No fue una operación de marketing ni una campaña intentando convencer a las personas de su eficacia. Fueron las personas enfermas las que lo pedían.
 
No es una una enfermedad “fácil” y tampoco lo era en aquellos años. La medicina no sabe aún cómo vencer al cáncer en el 100% de los casos. Lo intenta controlar. En algunos casos lo vence, en otros lo paraliza durante unos años, y en otros no tienen nada que hacer. Como dice Ken Wilber, la prescripción del tratamiento médico se sigue haciendo incluso en los casos en que se sabe que no funciona para mantener al paciente orientado hacia las autoridades médicas competentes, impidiendo así que busque otro tipo de tratamientos alternativos [2].
 
La macrobiótica ofrecía un modelo distinto. El modelo funcionó en algunos casos y más tarde se convirtieron en artículos de revistas y después en libros que dieron a conocer la macrobiótica a gran escala; al menos en el contexto americano. 
 
Por ese motivo, la macrobiótica es conocida como una dieta para el cáncer. Así lo afirma Laurent Fignon [3], un ciclista de los 90 que, para afrontar un diagnóstico de cáncer, aseguraba que debía realizar 3 cosas:
 
  • Respetar al pie de la letra su tratamiento
  • Cambiar su alimentación pasándose a la comida macrobiótica
  • Concentrar toda su energía en luchar contra la enfermedad, lo que implicaba ejercicios de concentración y autopersuasión. 
¿Qué encontraron los enfermos de cáncer de los 80 en los consultores macrobióticos?
 
Una dieta sin azúcar, sin harinas, sin alcohol, sin alimentos ultraprocesados, sin carne ni lácteos. Una guía para orientar sus vidas hacia menos estrés, más ejercicio y más contacto con la naturaleza.
 
Hoy en día gran parte de esas recomendaciones ya se dan desde otras instancias, incluida la propia medicina.
 

NOTAS
[1] Cita de principio de entrada. Kushi, M. y Jack A. (1983). The Cancer Prevention Diet. New York: St. Martin’s Press. P. 5.
[2] Wilber, K. (2014). Gracia y coraje. Madrid: Gaia Ediciones. P. 57.
[3] Fignon, L. y Ducoin, J. E. (2013). Éramos jóvenes e inconscientes. Cultura Ciclista. P. 19.
 
 
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Dieta estándar

 

Existe una”dieta estándar”, pero a largo plazo no será la adecuada para la mayoría de las personas. Después de todo, ¡nuestra condición cambia constantemente! 

Nora Corina, de Easy Macrobiotics.

 
El modelo que se utiliza para enseñar la macrobiótica es un modelo fijo porque es más fácil enseñar algo que esté bien definido. Sin embargo, para poder adaptarnos a un entorno cambiante, debemos de tener la capacidad de variar nuestra dieta. 
 
Para llevar a cabo tales cambios es necesaria una educación macrobiótica, es decir, saber cómo compensar con nuestra dieta situaciones tales como:
 
-Un día de calor o frío.
-Las influencias de las estaciones.
-Una temporada de estrés.
-Mucho ejercicio físico. O muy poco.
-Actividad intelectual intensa.
-Consumo esporádico de dulce, carne, lácteos o comida procesada.
 
Saber de macrobiótica nos permitirá conservar nuestro equilibrio gracias al papel mediador de la dieta entre nuestro organismo y nuestras circunstancias. Atender sólo a los elementos nutricionales de una dieta no es suficiente. Si queremos aprovechar todo el poder de influencia que tiene lo comemos sobre nuestro físico y psicología, hay que adoptar una perspectiva más global, más alejada del fenómeno nutricional o químico. 
 
No te quedes sólo con el modelo nutricional, ni tampoco con el modelo estándar la dieta macrobiótica. Ve más allá y profundiza en sus principios.
 

NOTAS
 
[1] Cita de Nora Carina: Creadora de la web easymacrobiotics.net, y de la cuenta en Instagram con el mismo nombre. Fragmento extraído del post titulado: Por qué no existe la forma de nutrición para todos y porqué los macrobióticos no lo son en absoluto. Enlace:
 
 
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Crema de polenta para desayunar

El vídeo muestra la forma de preparar polenta para desayunar.
 
Necesitas para preparar la polenta:
  • 50 g de polenta
  • 450 ml de agua
  • Pizca de sal
Necesitas para preparar el aderezo:
  • 20-30 g de pasas
  • Aceite de sésamo u oliva
  • 50 ml de zumo de manzana
  • Nueces tostadas o el fruto seco que te guste
Mueve la polenta a menudo para que no se pegue en el fondo de la olla. Cuece a fuego lento durante 30 minutos.
 
Mientras se cuece la polenta, prepara el aderezo. Después de saltear las pasas en aceite, añade el zumo de manzana y lo dejas reducir.
 
Sirve la polenta en un cuenco y añade el aderezo por encima.
 

NOTAS
[1] Receta adaptada a los criterios macrobióticos. Extraída del libro: Brown, M. (2015). Cereales. Semillas y legumbres. Barcelona: Editorial Planeta. P. 30.
 
 
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