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La macrobiótica se ocupa del terreno

“Un sembrador salió a sembrar. Al esparcir la semilla, una parte cayó junto al camino; fue pisoteada, y los pájaros se la comieron. Otra parte cayó sobre las piedras y, cuando brotó, las plantas se secaron por falta de humedad. Otra parte cayó entre los espinos que, al crecer junto con la semilla, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno”

Parábola del sembrador. Lc 8:4-15

Muchas enfermedades surgen porque el organismo presenta las condiciones ideales para su desarrollo, de la misma manera que una semilla crece si las condiciones son favorables. La medicina actual se centra en las enfermedades ignorando el terreno, lo que contribuye a no encontrar remedios definitivos contra muchas de nuestras dolencias.  Si no disfrutamos de un terreno en buen estado, cualquier virus o bacteria puede causar estragos, y hay miles de ellos. La medicina actual no está equivocada, pero deja fuera una parte importante que la macrobiótica contempla: El terreno.

¿Cómo cuidar el terreno para que el propio organismo pueda combatir las enfermedades y/o ayudar al tratamiento médico si este fuese necesario?

Un terreno en buen estado goza de varias características, en este post y ayudados por el libro de Odile Fernández, Mis recetas anticáncer,  desarrollaremos 3 de ellas:

EL SISTEMA INMUNE

El sistema inmune es el ejército que nos protege de las invasiones externas así como de los rebeldes de nuestro propio bando. Un sistema inmune fuerte significa frenar a tiempo revueltas indeseadas. A lo largo del día estamos haciendo cosas que lo debilitan o lo fortalecen, veamos algunas de ellas:

  • Nuestras emociones influyen en el funcionamiento de algunas de las células inmunitarias. En un estudio con mujeres de cáncer de ovario se comprobó cómo el estrés, la angustia y la falta de apoyo social hacen que las natural killer (un tipo de célula de nuestro sistema inmune) sean poco activas y en consecuencia los tumores más agresivos. Por otro lado, las intervenciones psicosociales que enseñan a los pacientes con cáncer a manejar el estrés han demostrado ser muy positivas, mejorando la actividad de las natural killer y ofreciendo un pronóstico favorable de evolución del cáncer. 
  • Existen fármacos que, paradójicamente, inhiben a las células inmunitarias: corticoides, quimioterapia.
  • Otras sustancias estimulan al sistema inmune. Las sustancias más potentes hasta ahora encontrados son los betaglucanos, extraídos en laboratorio de las algas y las setas; incorpóralas a tu dieta!
  •  Una alimentación occidental, con gran cantidad de grasas, azúcar y alimentos procesados, inhibe el sistema inmune.
  • Una alimentación basada en alimentos naturales, rica en fruta, verdura, cereales, legumbres, frutos secos, etc. estimula el sistema inmune. En este sentido la macrobiótica representa un modelo de dieta adecuado.
  • La falta de ejercicio físico debilita el sistema inmune, mientras que el ejercicio moderado lo estimula. El ejercicio físico intenso que supone una carga excesiva para el organismo debilita el sistema inmune.
  • El apoyo social favorece al sistema inmune, por el contrario, el aislamiento lo inhibe.

LA INFLAMACIÓN

Un terreno inflamado de forma crónica favorece la aparición de enfermedades. La inflamación es un proceso natural y necesario para la reparación de nuestros tejidos, pero una inflamación crónica hace que los tejidos se irriten provocando síntomas molestos. Se ha demostrado que la inflamación crónica favorece la aparición del cáncer. ¿Qué provoca la inflamación crónica?

  • Infecciones crónicas como por ejemplo: infecciones del tracto intestinal por helicobacter pylori, prostatitis, enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa), virus del papiloma humano.
  • Exposición continuada a tóxicos: humo de tabaco, amianto, y otros.
  • La vivencia continuada de emociones como la ira, la envidia, el resentimiento, ansiedad o estrés.
  • Una alimentación basada en alimentos procesados ricos en azúcares, grasas saturadas, omega 6 y grasas trans. Una alimentación pobre en verduras y fruta.

Para evitar la inflamación crónica del organismo aquí hay algunas cosas que podríamos hacer:

  • Acudir al médico cuando detectemos algún tipo de infección para poner tratamiento cuanto antes y no cronificarla.
  • Controlar el ambiente al que estamos expuestos. Evitar en lo posible el humo de  tabaco, el humo de los coches y las radiaciones electromagnéticas.
  • Mantener un estado en calma. Si quieres saber algunas pistas de cómo conseguirlo puedes visitar la entrada Un enfoque macrobiótico de la forma y el espacio.
  • Evitar los alimentos inflamatorios, que son: la carne, los productos lácteos, los huevos, el aceite de soja, maíz y girasol, la margarina y mantequlla, el maíz, las patatas, las harinas refinadas, el arroz blanco, los helados, productos que contengan azúcar blanco, azúcar moreno, miel, sirope de arce y glucosa.
  • Introducir en la dieta alimentos antiinflmatorios: pescado azul, frutos secos y semillas, especias y hierbas aromáticas, verduras, algas y setas, fruta y bebidas como el té verde o el vino tinto.

EL pH

Un pH entorno a 7,35 favorece que todas las funciones de nuestro organismo se lleven a cabo correctamente. El pH, o nivel de acidez-alcalinidad, es una variable puesta de moda recientemente, ya que gente famosa está siguiendo una dieta basada en este valor (más en el post: La macrobiótica está de moda). Es una variable que se relaciona con las dos anteriores, pues un estado ácido inhibe el sistema inmune y favorece la aparición de inflamación.

¿Qué hacer para tener un pH entorno a 7,35, es decir, ligeramente alcalino?

  • Evita comer gran cantidad de alimentos acidificantes como son la carne, el embutido, los huevos, los cereales y el azúcar blanco.
  • Incorpora a la dieta alimentos alcalinizantes, especialmente las verduras de hoja verde. También otros alimentos como almendras, castañas, uvas pasa, dátiles y aceites de primera prensión en frío.
  • Cuida tu estilo de vida, evitando el estrés, el dormir poco y la falta de ejercicio.

Si quieres ampliar este tema puedes visitar las entradas siguientes:

En muchos casos las enfermedad no bajan del cielo, sino que son el resultado de muchos años de un terreno abonado para ello. Con la entrada de hoy hemos intentando tomar conciencia de ello y saber qué cosas podemos hacer para tener un terreno repleto de salud.

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Masticar: Una solución para el malestar emocional

macrobiótica y malestar emocional
Descubre qué sucede al masticar conscientemente cada bocado. La macrobiótica no es sólo nutrición.

Existen dos maneras diferentes de abordar el malestar emocional: (1) Dirigiendo nuestra atención hacia fuera. Es el modo que nos han enseñado desde pequeños. Te sientes mal, buscas la causa “ahí fuera” y la cambias. (2) Otra forma: Te olvidas de todo y te centras en ti mismo. Nadie nos habló acerca de ello cuando estábamos creciendo.

Jiddu Krishnamurti solía decir que la solución a un problema está en el problema mismo, no fuera de él. ¿A qué se refería con ello?  ¿Y que relación tiene con el acto de masticar?

Cuando nos sentimos mal, nuestra inercia es mirar hacia fuera, dirigir nuestra atención hacia todo lo que no es el malestar emocional. Miramos nuestras relaciones, nuestra situación laboral, nuestra economía, nuestra conducta,… todos son candidatos a los que colgar el cartel de “Soy la causa de tu malestar”. Si logro averiguar cuál es la causa y la arreglo, dejaré de estar mal. El método a veces funciona y a veces no. Lo curioso de todo es que nunca parece ser suficiente, ya que el malestar acaba por volver al cabo de un tiempo.

¿Existe algún remedio contra el malestar emocional recurrente? Krishnamurti apunta en esa dirección. Él dice: “No mires a ninguna otra parte, quédate con lo que es, es ahí donde está la solución”. Y para quedarse con lo que es uno ha de aprender a observar sin juicio. Para observar sin juicio podemos practicar con diferentes actividades, una de ellas es la masticación (además tendremos beneficios adicionales, ver última parte de la entrada).

Cualquier actividad que realicemos de forma consciente, observando, facilitará la observación de cualquier otra cosa que ocurra en nosotros (pensamientos, emociones, sensaciones físicas, movimientos). Podemos elegir realizar alguna práctica formal, como la meditación o el yoga, pero también podemos elegir una práctica cotidiana como lavar los platos, caminar hasta el lugar de trabajo, o bien, masticar.

Masticar conscientemente nos permitirá ser testigos sanadores de nuestro malestar emocional. Recuerdo que en una ocasión, estando en la escuela de macrobiótica Cuisine et Santé (Saint Gaudens, Francia) tuve una riña con uno de los trabajadores. Durante la comida siguiente me centré en la masticación, cada bocado, 50 veces, cada bocado, 50 veces, conscientemente… Para mi sorpresa fui testigo de la disolución del malestar. ¡Fue tan claro el efecto de masticar conscientemente! Fue algo tan físico y real; una nube de humo deshaciéndose en el cielo.

Masticar no sólo nos ayudará a sortear con éxito períodos de malestar emocional, sino que además nos aportará las siguientes ventajas:

  • Convertirá la comida ingerida en trozos diminutos, lo que aumenta su área expuesta a las enzimas digestivas de la saliva y los jugos gástricos, mejorando así la digestión y abosorción.
  • Se producirá más saliva, la cual contiene importantes enzimas que ayudan a extraer los nutrientes del alimento y neutralizar los parásitos contenidos en la comida (prevenimos así las caries o otro tipo de infecciones). Recomendada por estas razones en el super-ventas “La Enzima Prodigiosa” (pincha para ver un resumen del libro en este blog).
  • Favorecerá el predominio del sistema nervioso parasimpático por encima del simpático, lo cual le dice a todo el cuerpo: “Ahora toca hacer la digestión, nada de distracciones ni estreses”. Todo ello tiene un efecto relajante.
  • Compensará la falta de hidratación de alimentos como panes y galletas; alimentos densos que nos obligan a beber más de lo necesario.
  • Nos permitirá extraer los sabores de los alimentos integrales como cereales y verduras. Disfrutamos más de la comida.
  • Comeremos menos, pues al tardar más tiempo en ingerir la comida percibimos antes las señales de nuestro cuerpo diciéndonos que estamos saciados. Si comemos menos perderemos peso en caso de sobrarnos unos kilos. Para más recomendaciones para perder peso puedes ir a “Un método para perder peso con macrobiótica“.
  • Estaremos más tiempo en el presente, pues al estar atentos a la masticación advertimos cuando los pensamientos y/o imágenes mentales intenten llevarnos a cualquier otro sitio.

En la macrobiótica tradicional se recomienda masticar cada bocado alrededor de 50 veces. En mi opinión esa cifra hemos de tomarla como referencia y no de forma estricta. Detrás de esa cifra se esconde la recomendación más sencilla de “mastica bien lo que comes”. En este sentido, el consultor macrobiótico Verne Varona nos sugiere que no contemos las veces que masticamos,  pues puede llegar a obsesionarnos y a comer mecánicamente. En cambio, sugiere que elijamos un día a la semana, una comida, y que mastiquemos conscientemente cada bocado, sin prisa. Los efectos de esa comida irán calando en las comidas siguientes, casi sin notarlo, de forma natural.

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La enzima prodigiosa

Hace varias semanas mi hermano me recomendó un libro del que había oído hablar. “Te vas a reir” me dijo antes de comentarme dónde había oido hablar de él… “pero lo han nombrado en Gran Hermano”. La fuente no parecía muy fiable, aún así decidí darle una oportunidad y comprobar qué relación guardaba con la macrobiótica.

macrobiótica y alimentación

La enzima prodigiosa está escrito por Hiromi Shinya, un médico especialista a nivel mundial en la cirugía del colon. Debido a su trabajo ha podido ser testigo de cientos de intestinos… y entonces… se dio cuenta: el estado del sistema digestivo de sus pacientes estaba relacionado directamente con la salud de la que disfrutaban. El siguiente paso fue descubrir qué hacían los pacientes con intestinos sanos;  de ahí surgió La enzima prodigiosa. Estas son sus palabras:

Después de que descubrí que las características gastrointestinales reflejan el estado de salud de todo el organismo, pedí a mis pacientes que llenaran cuestionarios sobre su dieta y el estilo de vida. Lo hice para saber lo que era malo o bueno para el cuerpo sin la influencia del “sentido común” que tenía hasta entonces. Llegué a mis conclusiones tras observar mis resultados clínicos. Lo que sucede dentro del cuerpo humano es diferente a lo que ocurre en un experimento de laboratorio. La única forma de descubrir la verdad es preguntando directamente al cuerpo. (pág. 58)

La tesis principal del libro es la siguiente: En nuestro cuerpo existen miles de enzimas que son necesarias para mantenerlo vivo y sano (las enzimas son moléculas que permiten que se produzcan reacciones químicas). Las enzimas se generan a partir de una enzima madre, si la agotamos el cuerpo enferma y muere.

Hiromi cita como factores que agotan nuestras enzimas al uso habitual del tabaco y el alcohol, el exceso de comida, la ingestión de alimentos con aditivos, los ambientes estresantes, las radiaciones electromagnéticas y el uso de medicamentos. Por el contrario, los factores que nos ayudan a conservar nuestras enzimas son comer y beber (ahora veremos qué), hacer ejercicio, descansar, dormir y mantener el estado de ánimo.

¿CUÁL ES LA DIETA RECOMENDADA EN “LA ENZIMA PRODIGIOSA”?

En uno de los apéndices del libro su autor nos resume en qué consiste una buena dieta, la cual nos ayudará a mantener un cuerpo sano y vital. Os dejo con ellas:

1. UNA DIETA BASADA EN PLANTAS

Tanto desde la macrobiótica como de otras fuentes (ver la entrada “Sinónimos de macrobiótica y el estudio de China“) nos llega la recomendación de inclinar la balanza de lo que comemos en favor de las plantas. Hiromi Shinya reafirma dicha recomendación proponiendo una dieta en la que el 85-90 % de alimentos sean plantas. Dentro de esta cifra distinguimos:

(a) el 50% de granos integrales como arroz integral, trigo integral, cebada, mijo, quinoa, amaranto…y legumbres, incluidas judías de soja, garbanzos, lentejas, alubias blancas y negras.

(b) 30% de verduras verdes y amarillas, así como raíces, incluidas patatas, zanahorias, batatas, remolacha y algas.

(c) 5 a 10% de frutas, semillas y frutos secos.

Del 10 al 15 % de proteínas animales (no más de 80 a 100 grs. al día). Dentro de este porcentaje se incluye pescado de cualquier tipo, aunque mejor evitar los grandes porque pueden contener mercurio, las aves (en pequeñas cantidades), los huevos, la leche de soja, de arroz y de almendra. Mejor evitar las carnes rojas.

2. ALIMENTOS QUE AÑADIR A LA DIETA

Hiromi Shinya no es partidario del uso de suplementos de forma habitual, pero comenta que en algunos casos es necesario utilizarlos temporalmente para corregir estados crónicos de desnutrición. Propone el uso de:

  • Tés herbales 
  • Pastillas de algas (kelp)
  • Levadura de cerveza
  • Polen de abeja y propóleos
  • Suplementos enzimáticos
  • Suplementos multivitamínicos y minerales

3. ALIMENTOS Y SUSTANCIAS QUE EVITAR O LIMITAR EN TU DIETA

Puede que algunos de los alimentos a evitar te sorprenda. Aquí nos limitaremos a numerarlos, pues se trata de un resumen, pero ten en cuenta que en el libro el autor desarrolla y explica debidamente cada recomendación.

  • Productos lácteos, como la leche de vaca, el queso, el yogur y otros alimentos lácteos
  • Té verde japonés, té chino, té inglés (limitarlo a una o dos tazas al día)
  • Café
  • Dulces y azúcar
  • Nicotina
  • Alcohol
  • Chocolate
  • Grasas y aceites
  • Sal de mesa (usa sal sin refinar)

Para saber más acerca de la leche y el azúcar, y el porqué no se recomiendan puedes visitar en este blog las entradas: “Por qué no-azúcar en macrobiótica“, “Supera la adicción al azúcar con macrobiótica“,  “Dónde está el calcio en macrobiótica“.

4. RECOMENDACIONES ALIMENTICIAS ADICIONALES

La dieta no sólo es aquello que ingerimos; existen elementos que pueden añadirle o restarle  “alimento” a nuestra comida. En este apartado incluye las siguientes recomendaciones:

  • Dejar de comer y beber de 4 a 5 horas antes de ir a la cama
  • Masticar cada bocado entre 30 y 50 veces
  • No comer entre horas excepto fruta
  • Come frutas o bebe zumos 30 a 60 minutos antes de la comida
  • Come granos y cereales sin refinar
  • Come más alimentos crudos o ligeramente al vapor. Calentar la comida más de 48ºC matará las enzimas
  • No comas alimentos oxidados
  • Come alimentos fermentados
  • Sé disciplinado con la comida que comes. Acuérdate que eres lo que comes

Hasta aquí hemos tenido una breve presentación del libro La enzima prodigiosa de Hiromi Shinya, la cual he creído interesante dada la gran fama del libro y sus similitudes con las recomendaciones venidas de la macrobiótica.

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¿Estoy sano según la macrobiótica? (2ª parte)

¿Estoy haciendo bien comiendo tantas verduras, legumbres, cereales… y prescindiendo de la carne, lácteos y otros alimentos socialmente aceptados? ¿Existen algunos criterios que me puedan dar una orientación acerca de mi estado de salud? No estoy enfermo, pero ¿cuánto de sano estoy?

La macrobiótica nos proporciona 12 indicadores de buena salud.  En la entrada anterior titulada “¿Estoy sano según la macrobiótica? (1ª parte)” vimos los seis primeros indicadores, hoy veremos los seis restantes.

FLEXIBILIDAD FÍSICA

“Sé flexible como un junco, y no tieso como un ciprés” reza un proverbio judío. En películas de artes marciales también hemos oído frases parecidas utilizando como ejemplo el bambú. La flexibilidad en todos los sentidos (física y mental) nos permite adaptarnos al entorno con más facilidad. Adaptarnos al entorno nos lleva al equilibrio y el equilibrio es siempre sinónimo de salud. Comer y llevar un estilo de vida macrobiótica nos llevará a un cuerpo-mente más flexible. Advertencia: También existen versiones rígidas de la macrobiótica que podrán llevarte a estar encerrado en casa por miedo a no poder encontrar aquello que quieres comer. Estáte alerta y sé flexible.

DOLOR

La ausencia de dolor es un indicador claro de buena salud. El dolor nos indica que algo va mal. ¿Hemos de limitarnos a acallarlo mediante medicamentos? Los medicamentos pueden ser una buena opción cuando es un dolor difícil de manejar, repetitivo e incapacitante.

Desde pequeños se nos ha enseñado a responder al dolor con algún tipo de medicamento. Socialmente existe pánico al dolor. Como ocurre a nivel psicológico, cuando no somos capaces de mirar algo directamente estamos condenamos a reptirlo (“Lo que se resiste persiste, lo que se acepta se transforma” dicho budista). Aceptar un dolor significa estar dispuesto a mirar lo que hay a su alrededor. ¿Qué he comido y bebido hoy? ¿Qué tiempo a hecho, me he adaptado bien? ¿Qué emociones he sentido? ¿Con qué personas he estado? ¿Qué pensamientos he tenido? En muchas ocasiones alrededor del dolor encontramos la solución para su transformación.

MEMORIA

Una buena memoria nos indica que las neuronas se comunican, que el sistema nervioso funciona sin fallos. Una buena memoria también es el resultado de un sueño reparador, una vida sin estrés y una alimentación natural, por ello recordar puede ser un indicador de buena salud.

RELACIONES SOCIALES EN ARMONÍA

La psicología positiva es una rama de la psicología que, desde los años 90, se encarga de estudiar a la gente feliz. ¿Qué cosas hacen aquellos que son más felices? Una de estas cosas es relacionarse con otra gente. La felicidad repercute de forma positiva en nuestra salud, por tanto, si nos relacionamos con gente existen muchas posibilidades de que estemos sanos. Además la psicología clínica también ha estudiado cómo influye el apoyo social a la hora de afrontar la enfermedad y los momentos difíciles, llegando a la conclusión de que estar rodeado por otras personas siempre es mejor.

SENTIDO DEL HUMOR

Las emociones negativas son antisaludables. El miedo, la inseguridad, el enfado,… y otras emociones negativas influyen directamente en el sistema nervioso central y en el sistema inmune. La ira se relaciona con la incidencia de trastornos cardiovasculares, el estrés se relaciona con trastornos digestivos, la impotencia con el cáncer; los ejemplos de la relación entre mente y cuerpo son numerosos.  Alguien con buen sentido del humor está libre de la carga que representan las emociones negativas, y por tanto, es más probable que disfrute de una buena salud.

PASIÓN

La pasión moviliza nuestra mente, cuerpo y espíritu en pos de un objetivo. Llena de significado nuestra vida y empuja a nuestro organismo a estar sano para seguir estando vivo. Queremos aprender, compartir, investigar y mejorar lo que nos lleva a optimizar todas nuestras habilidades. Las pasiones movilizan fuerzas escondidas capaces de producir milagros.

Hasta aquí hemos expuesto los 12 indicadores de salud que propone la macrobiótica. A continuación y con el objetivo de poder valorar de forma rápida si vamos por buen camino en cuanto a salud se refiere, he diseñado un test con el cuál valorar lo sanos que estamos. Ten en cuenta que  el test te proporciona una orientación, no la verdad absoluta.

TEST DE LOS 12 INDICADORES DE SALUD

Elige la respuesta que corresponda en tu caso y anota el número entre paréntesis, tendrás que sumarlos al final del test.

1. ¿Cuál es mi nivel de energía habitualmente?

  • Muy poca (1)
  • Poca (2)
  • Media (3)
  • Mucha (4)
  • Muchísima (5)

2. En cuanto al apetito que siento habitualmente

  • No suelo tener (1)
  • Poco apetito (2)
  • Apetito medio (3)
  • Mucho (4)
  • Muchísimo (5)

3. La regularidad a la hora de ir al baño es de:

  • 1 día/sem (1)
  • 2-3 días/sem (2)
  • 4 días/sem (3)
  • 5-6 días/sem (4)
  • 7 días/sem (5)

4. Paso las noches:

  • Con la sensación de estar despierto (1)
  • Durmiendo a intervalos (2)
  • Unas noches duermo bien y otras mal (3)
  • Normalmente bien (4)
  • No hay nada que me quite el sueño (5)

5. Emocionalmente

  • Me altero por casi todo  (1)
  • Raras veces me encuentro bien  (2)
  • Algunas veces me siento bien (3)
  • Estoy estable  (4)
  • No hay nada que me altere (5)

6. Tengo deseos irrefrenables de comer ciertos alimentos (chocolate, alguna bebida, etc.)

  • Todos los días  (1)
  • La mayoría de los días (2)
  • Algunos días  (3)
  • Casi nunca  (4)
  • Nunca(5)

7. En cuanto a mi flexibilidad me considero

  • Nada flexible (1)
  • Muy poco flexible (2)
  • Un punto medio de flexibilidad (3)
  • Flexible (4)
  • Muy flexible (5)

8. Siento dolor físico y molestias

  • Todos los días (1)
  • Con frecuencia, aunque no todos los días (2)
  • Alguna vez (3)
  • Raras veces, pero desaparecen en poco tiempo (4)
  • Nunca (5)

9. A la hora de recordar datos o información me doy cuenta de que:

  • Me cuesta mucho recordar, incluso palabras o datos sencillos y no lo consigo (1)
  • Me cuesta recordar pero si me doy tiempo e insisto al final lo logro (2)
  • Unas días recuerdo con facilidad pero otros días me resulta muy difícil (3)
  • Casi siempre recuerdo con facilidad (4)
  • La memoria nunca me falla (5)

10. Respecto a mis relaciones sociales

  • Apenas tengo amistades, soy una especie de ermitaño (1)
  • Aunque tengo varias amistades el trato es siempre tenso y fuente de conflictos (2)
  • No tengo muchas amistades, pero en la mayor parte el trato es amable y satisfactorio (3)
  • Tengo diferentes amistades y normalmente el trato es cordial (4)
  • Tengo muchas amistades y el trato es siempre satisfactorio (5)

11. Mi sentido del humor

  • No existe, soy una persona seria que lo toma todo muy a pecho (1)
  • Aparece muy rara vez (2)
  • A veces tengo buen sentido del humor, otras no (3)
  • Normalmente tengo buen sentido del humor (4)
  • Siempre tengo buen sentido del humor (5)

12. En cuanto a mis pasiones

  • No tengo ninguna pasión, mi vida no tiene ningún significado (1)
  • Rara vez tengo alguna pasión con la que me siento lleno (2)
  • Mis pasiones vienen y van, a veces tengo, a veces no (3)
  • Normalmente estoy ilusionado con algo que me motiva y me hace feliz (4)
  • Siempre siento que tengo una vida llena de significado (5)

Haz el recuento de las puntuaciones de todas las preguntas. El resultado oscilará entre 12 y 60. Si tu resultado está cerca de 12 tu salud reclama tu atención para que te pongas manos a la obra y hagas algo para mejorar. Si tu resultado se acerca a 60 vas por buen camino, los criterios que te proporciona la macrobiótica indican que lo más probable es que tu salud esté a buen nivel, ello te permitirá aprovechar y disfrutar de la vida al máximo, ¡sigue así!

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¿Estoy sano según la macrobiótica? (1ª parte)

Salud y macrobiotica
¿Te consideras una persona sana? ¿Cómo saber se vas por buen camino? Veamos qué dice la macrobiótica

Para saber si estamos sanos podemos utilizar varios criterios que, en el caso de cumplirlos, diremos que estamos sanos. El criterio más sencillo es el de “ausencia de enfermedad”; si no padezco ninguna enfermedad es que estoy sano. La Organización Mundial de la Salud amplia el criterio y dice: “Si experimentas un completo bienestar físico, mental y social, además de la ausencia de enfermedad, entonces es que estás sano”. ¿Qué dice la macrobiótica al respecto?

12 INDICADORES DE SALUD MACROBIÓTICA

Durante mi estancia en la Escuela Macrobiótica ISANA, Ana López nos instruyó magistralmente sobre cuales eran las características de una persona macrobióticamente sana.  A continuación expongo parte de aquella clase junto con algunas notas personales y sugerencias del consultor macrobiótico Verne Varona.

1. ENERGÍA

La energía que tenemos a lo largo del día es el principal indicador de salud. La macrobiótica constituye un conjunto de conocimientos que se emplean para facilitar a las personas conseguir sus objetivos. ¿Qué sueño no requiere de energía para poder manifestarse? Conseguir un buen trabajo, ser un excelente profesional, conseguir la casa soñada o criar a los hijos requiere grandes cantidades de energía. Una persona sana, según la macrobiótica, dispone de la energía suficiente para realizar todo ello, pero no es una falsa energía (la que deriva de los estimulantes como café o azúcar) sino una energía real, resultado de una alimentación y un estilo de vida acorde con nuestra naturaleza.

Aprende a aumentar la energía de tus platos en el post La macrobiótica energiza lo que comes.

2. APETITO

En la zona donde vivo, las personas mayores suelen decir que el hambre es sinónimo de salud. Por el contrario, uno de los principales síntomas cuando alguien está enfermo es la ausencia de apetito. Todo el mundo lo ha experimentado al coger un catarro o tener unas décimas de fiebre. Por tanto, una persona sana tiene buen apetito, y no sólo por la comida sino por otro tipo de cosas como el sexo, la exploración intelectual o el conocer como le va a los de su alrededor.

3. REGULARIDAD INTESTINAL

Hiromi Shinya, autor del famoso libro “La enzima prodigiosa”, del cuál hablaremos próximamente, comenta lo siguiente:

Durante décadas de práctica clínica, al dar consulta a literalmente cientos de miles de personas como endoscopista gastrointestinal, he aprendido que cuando el sistema gastrointestinal de una persona está limpio, el cuerpo de esa persona es capaz, con cierta facilidad, de combatir enfermedades de cualquier tipo. Por el contrario, cuando el sistema gastrointestinal está sucio, esa persona será propensa a sufrir de algún tipo de enfermedad.

El 80% del sistema inmune del organismo se encuentra en los intestinos, por ello mantenerlos limpios constituye una pieza clave para mantenernos sanos. El tiempo medio que tarda la comida desde que es ingerida hasta que se expulsa es de 16 a 22 horas en una persona sana; todo lo que se prolongue a partir de ahí da como resultado una acumulación de toxinas que compromete los mecanismos de defensa del organismo.

4. SUEÑO PROFUNDO

Durante el sueño pasamos varias fases. Existe la fase 1, 2, 3, 4 y 5. Las fases 3 y 4 son consideradas sueño profundo, y la fase 5 sueño REM (fase en la que soñamos). Estudios con ratas han demostrado que si se les priva del sueño profundo (fases 3 y 4) mueren a los pocos días  (Purves y cols., 2001). No están claras aún las razones por las que se duerme pero sí se sabe que su privación trae consecuencias fatales.

También son muy frecuentes los trastornos del sueño en afecciones generales como por ejemplo la fibromialgia. Estudios sobre el sueño han demostrado que si privamos a una persona de sueño profundo comienza a experimentar síntomas parecidos a los que se dan en la fibromialgia (estudio aparecido en el libro “Fibromialgia” de M. Martínez Lavín, 2006).

Una serie de recomendaciones sencillas para para facilitar el tener un sueño reparador:

  • Cenar temprano, mínimo 2 ó 3 horas antes de irse a dormir, recomendación frecuente en macrobiótica
  • Seguir horarios regulares para acostarse y levantarse
  • Estar en la cama solamente para dormir
  • Realizar ejercicio físico de forma regular
  • “Desconectar” de los quehaceres y problemas diarios minutos antes de irse a dormir
  • Procurar estar al sol al menos 15 minutos al día

5. ESTABILIDAD EMOCIONAL

Una alimentación equilibrada, compuesta en su mayor parte de alimentos centrales (cereales, legumbres, verduras, etc.)  contribuye a una experiencia psicológica equilibrada, mientras que si consumimos alimentos extremos como azúcar o productos químicos, nuestro estado de ánimo puede variar bruscamente. La salud responde más a la definición de un estado de equilibrio sostenido que a un equilibrio como resultado de oscilaciones bruscas de un polo al contrario.

Para más información al respecto visita los posts Beneficios de una dieta macrobiótica o Por qué no-azúcar en macrobiótica.

6. DESEOS O ANSIAS POR ALIMENTOS CONCRETOS

Los deseos intensos por un alimento concreto en muchos casos nos están indicando un desequilibrio dietético o nutricional. Una comida demasiado salada o concentrada dará como resultado un deseo intenso de consumir alimentos dulces, o bien un gran volumen de líquidos. No es que haya que evitar tomar aquello que nos apetece irresistiblemente, sino intentar modificar las condiciones que hicieron surgir el deseo.

Aparte de los desequilibrios dietéticos y/o nutricionales, los deseos intensos por alimentos concretos también pueden tener un origen psicológico. En ese caso, habría que advertirlo e intentar poner remedio  en la misma dimensión en la que se da el desequilibrio. Por ejemplo, ante estados de ansiedad intentaríamos equilibrar a la persona mediante ejercicios psicológicos:  ejercicios de relajación, meditar, reflexionar acerca de lo que nos preocupa, etc.

En el siguiente post atenderemos a los 6 puntos restantes y podremos seguir respondiendo a la pregunta de si estamos o no sanos según la teoría macrobiótica.

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