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Los pilares de una vida macrobiótica

Algunas cosas de las que hacemos a lo largo del día condicionan los contenidos de nuestra experiencia. Hace unos días advertí que si me aseguraba de realizar dos o tres cosas específicas al día, todo lo demás iba a ir mejor. ¿Qué cosas eran esas?

1. DORMIR

Me dí cuenta que si dormía cada día 8 horas, mi estado de ánimo era mejor, mi concentración y lucidez me permitían desempeñar mi trabajo con más eficacia, mi cuerpo llegaba recuperado a la siguiente sesión de entrenamiento. En el inicio del día, es decir, los primeros instantes después de abrir los ojos, llegaban sensaciones de bienestar, generales y difíciles de verbalizar. Estas sensaciones las recuerdo de la infancia y ahora han vuelto.

2. HACER EJERCICIO

El hacer ejercicio, en mi caso musculación, me estabiliza el ánimo, me permite estar más horas en la mesa de estudio, me abre el apetito, mi digestión mejora, incluso en los momentos de fatiga existe bienestar, el bienestar del cuerpo cansado al que se le permite descansar. Mediante el ejercicio físico entreno mi voluntad, pues cada repetición, cada serie, cada ejercicio supone tener que contestar a una pregunta: ¿A dónde quieres llegar?

3. CUIDAR LA DIETA

Cuando cuido mi alimentación existe más equilibrio y estabilidad en muchas otras áreas: en las relaciones personales, en mi humor, en mis pensamientos y emociones, en mi organismo. Para mi, cuidar la dieta significa comer cereales, verduras, legumbres… aquellas recomendaciones generales de la macrobiótica más algunos ajustes de mi caso particular.

¿Cuándo descuido mi alimentación?

  • Cuando por trabajo o falta de organización me salto comidas.
  • Cuando tomo azúcar refinado en dulces u otros alimentos.
  • Cuando me dejo llevar por un apetito voraz.
  • Cuando intento compensar emociones negativas con la comida; comiendo demasiado, rápido o sin masticar correctamente.
  • Cuando ceno muy tarde.
  • Cuando por prisas no me preparo un tentempié para pasar la mañana o la tarde y no como nada o cojo lo primero que pillo.
  • Cuando por distracciones no bebo lo que debo.

Al darme cuenta de que estas practicas han permitido cambios en los demás contenidos de mi vida me he concentrado en hacerlas bien. Ya no tengo que preocuparme por un montón de cosas, basta con centrarme en tres: dormir, hacer ejercicio y cuidar lo que como. Estas tres cosas permiten que exista paz, un buen estado de ánimo, sensaciones de bienestar, concentración y lucidez. A medida que vaya dominando estas 3 áreas, mi atención podrá dirigirse a otras áreas que aporten aún más equilibrio. Algunas de las que se me ocurren podrían ser: meditar, pasar más tiempo con la gente a la que quiero, pasear por el parque, la playa o la montaña, escribir un diario…

¿Cuáles son los pilares de tu vida?

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Lecciones de “El Estudio de China” para perder peso

Bill Clinton come macrobiótica
“¿Qué dieta está siguiendo?” le preguntaron a Bill Clinton tras una pérdida de peso importante. “Vivo básicamente de legumbres, cereales, verduras, fruta y evito los lácteos”

En una entrevista reciente en la CNN al ex-presidente de los EEUU Bill Clinton, este abordó la cuestión de los rumores acerca de su dramática pérdida de peso y el cambio en sus hábitos alimenticios. Cuando se le preguntó sobre qué tipo de dieta estaba siguiendo, respondió: “La respuesta más corta es que estoy siguiendo una dieta basada en plantas. Vivo básicamente de legumbres, cereales, verduras, fruta y evito los lácteos”.

¿PUEDO PERDER PESO CON UNA DIETA BASADA EN PLANTAS?

En el Estudio de China, el Dr. Colin Campbell responde de forma rotunda a esta pregunta:

La solución a la pérdida de peso es una dieta basada en plantas y en alimentos integrales, unida a una cantidad razonable de ejercicio físico. Esto supone un cambio a largo plazo del estilo de vida, mas que una solución de moda, y ello puede proporcionar una perdida de peso duradera mientras que minimiza el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.

Numerosos estudios científicos confirman la cita de Campbell:

  • Estudio de Shintani, Hughes, Beckham y cols. publicado en American Journal of Clinical Nutrition 53 (1991). Personas con sobrepeso podían comer todo lo que quisieran de alimentos bajos en grasa, integrales y basados en  plantas. En 3 semanas perdieron una media de 6 kilogramos.
  • Estudio de Barnard R.J. publicado en Archives of International Medicine nº151 (1991).En el Centro Pritikin -centro que aplican la nutrición y el ejercicio para la prevención de enfermedades cardiovasculares- 4500 personas que estaban asistiendo a su programa de 3 semanas obtuvieron resultados similares a los del estudio anterior. A través de una dieta en su mayor parte basada en plantas y realizando ejercicio físico, el centro encontró que sus clientes perdían un 5.5% de su peso.
  • Nicholson, Sklar, Barnard y cols. publicado en Prevention Medicine nº29 (1999). En este estudio personas con diabetes son puestas bajo una dieta basada en plantas baja en grasa y logran perder una media de 6 kgrs. en 12 semanas.
  • Ornish, Scherwitz, Billings y cols. publicado en JAMA (The Journal of the America Medical Association) nº 280 (1998). Personas puestas bajo una dieta basada en plantas con el objetivo de  prevenir enfermedades cardíacas, pierden una media de 9 kgrs.después del primer año.

Estos estudios demuestran que una dieta basada en plantas nos ayuda a perder peso.

¿EN QUÉ CONSISTE UNA DIETA BASADA EN PLANTAS?

Por “plantas” entendemos:

  • Cereales
  • Legumbres
  • Verduras
  • Frutas
  • Semillas
  • Frutos secos
  • Algas

Y “basada” quiere decir que la mayor parte de la dieta está compuesta por los alimentos anteriores, pero estos no son los únicos que se incluyen. En la dieta también puede figurar pequeñas cantidades de productos animales como huevos, carne, pescado, etc.

¿POR QUÉ PUEDE QUE NO FUNCIONE LA DIETA BASADA EN PLANTAS?

La macrobiótica tal y como la entendemos en este blog, se puede considerar una dieta basada en plantas. Por esta razón hemos de señalar su utilidad si tu objetivo es perder peso. Pero antes de iniciar una dieta de estas características hemos de advertir tres aspectos que pueden anular sus efectos adelgazantes. Estos aspectos son:

  1. La ingestión de carbohidratos refinados, como por ejemplo: dulces, galletas, pastas y harinas blancas, etc. Los alimentos refinados son ricos en azúcares y almidón, en ocasiones también en grasas (galletas, bollería), lo que contribuye al aumento de peso Además el azúcar produce otros efectos adicionales que dificultan la pérdida de peso (ver la entrada “Supera la adicción al azúcar con macrobiótica“). Aunque alguien sea estrictamente vegetariano, si consume este tipo de alimentos refinados tendrá problemas para perder peso.
  2. La falta de ejercicio físico. El no practicar ejercicio físico de forma regular contribuye notablemente al aumento de peso y en consecuencia a la dificultad de perderlo cuando ponemos medidas para ello, como por ejemplo una dieta basada en plantas.
  3. Predisposión genética a tener sobrepeso. En estos casos se recomienda ser muy riguroso en la dieta y en el régimen de ejercicio físico.

Por último el Dr. Campbell recomienda que para perder peso se realicen cambios en la dieta y el estilo de vida de forma que se puedan mantener a largo plazo. Las dietas “rápidas” y famosas en muchas ocasiones acarrean problemas de salud: alteraciones renales o hepáticas, complicaciones cardíacas, cáncer, problemas óseos y otros. Considerar la pérdida de peso como una carrera no funciona; sólo hace que la persona que se pone a dieta tenga más prisa para terminarla y volver a los hábitos alimenticios que la puso en la necesidad de perder peso.

Si te interesado/a en perder peso a través de una alimentación macrobiótica puedes visitar también los posts:

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Lista de Daniel Reid para una alimentación macrobiótica

Daniel Reid es un famoso autor estadounidense que escribe sobre filosofía oriental y curación a través de medios naturales. Uno de sus libros más famosos es “El Tao de la Vida Sana”, en el cual nos habla sobre los métodos de desintoxicación. Hacia el final del libro y en forma de resumen escribe sobre los hábitos alimentarios de una manera resumida, en forma de lista, para poder pegarla en la nevera de la cocina… Y yo me dije, ¿y por qué no en el blog de Macrobiótica Mediterránea?

LISTA DE HÁBITOS ALIMENTARIOS RACIONALES

Basado en el libro de Daniel Reid, El Tao de la Vida Sana

1. PROHIBIDO CIRCULAR A MÁS DE 80

No comer a menos que uno tenga hambre, y cuando se coma, quedarse al 80%. Si comemos demasiado aunque todo sea ecológico y de buena calidad arruinará nuestra digestión. Esta recomendación coincide con lo que nos aconsejan las personas centenarias de la isla japonesa de Okinawa. Más consejos de personas centenarias en la entrada Longevidad, consecuencia de una vida macrobiótica.

2. SENCILLEZ

Tanto al cocinar en casa como cuando vamos a un restaurante,  las comidas han de ser sencillas. Ello contribuirá a facilitar nuestra digestión y por tanto nuestra salud. Todo eso no quita que algún día queramos disfrutar de los sentidos y comer al estilo Ferrán Adriá.

3. NADA DE ACEITES HIDROGENADOS

Los aceites hidrogenados son aquellos que han sido modificados (añadiéndoles hidrógeno).  De esta manera se pueden fabricar margarinas (porque el hidrogeno hace que los aceites vegetales sean sólidos) y otros productos industriales (bollería, platos precocinados, etc.).

Odile Fernández en su libro “Alimentación Anticáncer” nos cuenta que “son grasas difíciles de digerir y sobre todo muy inflamatorias y muy dañinas para nuestro cuerpo. Estas grasas producen un incremento en la incidencia de cáncer, diabetes tipo 2, obesidad, infartos de miocardio y tromboembolismos”. No es de extrañar que Daniel Reid contemple el evitar este tipo de grasas como uno de sus puntos principales.

4. ADAPTAR EL PLATO A LOS ALREDEDORES

Adecuando lo que comemos a lo que tenemos alrededor, sea clima, condiciones laborales, relaciones personales, etc. conseguiremos el equilibrio. Hoy en día se suele oir que nuestra alimentación ha de ser equilibrada, comer un poco de todo. Pero la experiencia nos dice que esa no es la solución, muy por el contrario algunos de nuestros males están causados por ese “un poquito de todo”. Los seres humanos hemos sobrevivido porque hemos sido capaces de alimentarnos de aquello que crecía o se criaba donde viviamos. Un esquimal come focas, ballenas, etc. no come lechugas porque no crecen en su hábitat y además si las comiese moriría en dos días. Alimentándonos de acuerdo a nuestro hábitat y a la estación en que nos encontramos, estamos más conectados con la Tierra y esa conexión nos trae salud y bienestar.

5. CONSUME ALIMENTOS SIN COCINAR

Tomar por lo menos el 30-50% de nuestra dieta diaria en forma de alimentos sin cocinar, más en verano, menos en invierno. Esta recomendación contradice a la macrobiótica tradicional que apenas toca los alimentos crudos, pero hemos de rendirnos a la evidencia científica y recomendaciones de otros autores dedicados a la salud.

Dentro de esta categoría de alimentos sin cocinar podríamos incluir: verduras apenas escaldadas unos segundos, pickles/encurtidos (para saber como hacer en casa ir a Sandor Katz, experto en encurtidos), ensalada prensada (ver un ejemplo en Ensalada prensada para verano), ensaladas, fruta y frutos secos crudos.

6. NO A LOS EDULCORANTES ARTIFICIALES

Evitar estrictamente el consumo de todo tipo de edulcorantes artificiales. Limitar de forma rigurosa el consumo de azúcar blanco que tiene un efecto adictivo y contribuye a la aparición de oscilaciones bruscas en el estado de ánimo, obesidad, diabetes y otros trastornos derivados de la acidificación del organismo. Para conocer más sobre este tema puedes visitar la entrada Macrobiótica sin aspartamo.

7. MASTICAR ENTRE 30 Y 40 VECES

Una recomendación que Hiromi Shinya, autor de La Enzima Prodigiosa, también promueve. La masticación mejora la digestión, nos calma emocionalmente y nos permite disfrutar de los sabores. Reid añade:

El arroz integral, que es acidificante, en realidad se vuelve alcalinizante cuando se mastica por lo menos 100 veces, debido a la abundante insalivación en la boca con la enzima alcalina ptialina. Cuanto más mastiquemos, más se acercan al extremo alcalino de la escala y menos acidez producen en el estómago.

8. NO BEBER CUANDO SE COME

No beber zumos de frutas ni agua durante las comidas porque diluyen las secrecciones salivares y las gástricas, lo cuál retrasa la digestión y favorece la fermentación.

9. AGUA

Intenta beber por lo menos 6 vasos de agua todos los días, pero sólo entre las comidas. Ten en cuenta que el tipo de actividad que realices y el tipo de alimentos que comas variará tus necesidades de agua, pero para dar una referencia, entre 6 y 8 vasos es la cifra según autores expertos en salud como Christopher Vasey o Andreas Moritz.

Para saber más sobre el agua:

10. SIN PRISAS

Comer cuando se dispone de tiempo y tranquilidad para hacerlo. Cuánto más rápido comamos más lenta será la digestión. Para realizar correctamente la digestión el cuerpo debe encontrarse en el modo tranquilidad, el cuerpo funciona al igual que lo haría si estuviésemos descansando, disfrutando de una película o de una velada con nuestros amigos. Por el contrario cuando cuerpo se encuentra en el modo estrés todos los procesos digestivos se detienen. Situaciones como pelearse con alguien, correr, estar preocupado constantemente, etc. son momentos en los que el modo estrés está funcionando.

11. NADA SÓLIDO CUANDO ESTAMOS ENFERMOS

Cuando uno está enfermo, tiene fiebre o escalofríos, habría que evitar tomar alimentos sólidos. De esta manera le estamos dando al cuerpo la oportunidad de dedicar sus energías a la curación en lugar de tener que hacer la digestión. Tampoco habría que comer cuando uno está alterado emocionalmente (enfado, ansiedad, preocupación, etc.) ya que el sistema digestivo se bloquea, como hemos nombrado en el punto anterior.

Esta ha sido la lista que Daniel Reid nos ofrece en su libro. ¿Sabes de algún otro punto que a tu entender debería estar en la lista? ¿Que más haces tú para comer sano? No dudes en dejar tus comentarios y enriquecer así la información del post. ¡Ayúdanos a crear la lista de hábitos saludables de Macrobiótica Mediterránea!

 

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Sandor Katz, experto en encurtidos

Sandor Katz es un experto en la preparación de encurtidos (en inglés “pickles“, pronunciado /piquels/).

¿Qué son los encurtidos?

Son alimentos que puestos bajo unas determinadas condiciones (normalmente agua y sal), comienzan a fermentar dando como resultado un alimento distinto al de origen. En España son encurtidos conocidos los pepinillos, las olivas, las alcaparras, las berenjenas de almagro y otros según las zonas geográficas. Aunque hay otros alimentos que también son el resultado de la fermentación, como por ejemplo el queso o el vino, la palabra “encurtidos” se reserva para una serie de verduras como las que ya hemos dicho.

En macrobiótica se recomienda consumir una pequeña cantidad de encurtidos cada día, ya que son beneficios para nuestra digestión, aparte de ser un método más de preparación de las verduras que le da variedad a nuestro menú.

En el video de hoy podéis aprender a preparar encurtido de col y zanahoria. Sandor Katz da unas instrucciones muy claras que podéis coger nada más con ver el vídeo. Para los que no se atreven con el inglés aquí resumo comentarios más importantes.

  1. En la receta que nos presenta utiliza col cortada muy fina, zanahoria rallada y ajo troceado, pero también se puede añadir otras verduras. Yo recomiendo, si es tu primera vez, empezar con col y zanahoria.
  2. Utiliza poca sal, y según el resultado aumenta o disminuye. “Que el sabor sea tu guía”. En la receta que yo he preparado (ver más adelante) he utilizado una cucharada rasa de sal para 1/2 col lombarda y 5 zanahorias.
  3. En un bol grande se mezclan y aprietan todas las verduras durante 2 minutos, hasta que generen líquido (el agua que contienen las verduras que sale al exterior por la acción de la sal).
  4. Meter la verdura en un tarro de cerámica o en uno de cristal. No utilizar metal o plástico porque ambos materiales se corrompen con el medio ácido del líquido que envuelve las verduras.
  5. Presionar hasta que las verduras se cubran con su líquido.
  6. Asegurarse que la verdura está toda sumergida en el líquido. Se puede utilizar un vaso para sumergir la verdura. Poner una gasa por encima para que no caigan insectos.Si decides taparla con la tapadera del tarro, ábrela cada día para que salga la presión que se genera por la actividad de las bacterias que fermentan la verdura.
  7. Dejar en la cocina al menos 24hrs. Después de estas 24hrs en los meses más calurosos aconsejo meter los tarros en la nevera, en invierno pueden estar fuera.
  8. Si se forma moho en la superficie, lo cual es un problema frecuente, retíralo, el resto de la verdura sumergida estará bien.
  9. ¿Cuánto tiempo se deja fermentar? No hay una cifra exacta. Sandor recomienda probarlo pasados 2-3 días, y volver a probar pasados otros tantos… hasta que uno descubre cuál es su cifra exacta.
  10. Finalmente nos anima a preparar nuestros propios encurtidos y nos anuncia su web Wild Fermentation y su libro.

Mi experimento

Siguiendo el video de Sandor Katz decidí hacer mi propia prueba. Utilicé los siguientes ingredientes:

  • 1/2 col lombarda
  • 5 zanahorias
  • 1 cucharada rasa de sal

Corté muy fina la col, rallé la zanahoria y lo mezclé todo con la sal apretando bien. El resultado lo podéis ver en la fotografía (tarro de la derecha).

pickles en macrobiótica
Dos tarros de encurtidos caseros, un ingrediente importante de la cocina macrobiótica

El tarro de la izquierda son 2 pepinos que decidí encurtir siguiendo una receta que aprendí en el Instituto Kushi con eneldo, clavos, semillas de mostaza, vinagre de umeboshi y agua.

Dentro de unos días actualizaré la entrada para contaros cómo salió el experimento.

Actualización -22/9/2013

Hola. Hoy os escribo para informar de cómo fue el experimento. Hice la receta tal cual la explicaba Sandor Katz en su video. Utilicé las cantidades que podéis ver más arriba.

Probé la col y la zanahoria al día siguiente y hacía buen sabor pero algo salado. Conforme han ido pasando los días el sabor salado se ha rebajado y el sabor ácido, típico de los encurtidos, ha aumentado.

He utilizado el encurtido de col y zanahoria de las siguientes maneras:

  • En ensaladas, añadiendo una pequeña cantidad al resto de ingredientes.
  • Como aperitivo, tomado 10 minutos antes de la comida, mezclada con manzana o con uva.
  • Como guarnición, acompañando a cereales y/o pescado.
  • Como acompañante de pequeños bocadillos que tomo entre comidas.

Dado el resultado positivo del experimento, he preparado otro bote que tengo fermentando hace ya varios días. A este le he añadido una pequeña cantidad de cebolla.

Espero que vuestros “experimentos” también hayan dado  buenos frutos 😉

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¿Te gusta la comida macrobiótica? Elige un SÍ

Gustos y comida macrobiótica
Aprende a disfrutar de una dieta sana

La macrobiótica es un asunto que engloba muchas cosas de las que hacemos a lo largo del día –comida, ejercicio, higiene, etc.- por ello está directamente relacionada con la ciencia de los hábitos.

En pasados posts os presenté a Leo Babauta, autor del éxitoso blog ZenHabits, donde nos habla semanalmente sobre los hábitos; qué hacer para desechar los que no nos llevan a ninguna parte y qué hacer para mantener los que nos aseguran un buen futuro. Con frecuencia sigo su blog, no pudiéndome resistir a traducir de vez en cuando algunos de sus artículos (con su permiso por supuesto).

En el post  que traduzco hoy  nos habla sobre cómo nuestro gusto también es una cuestión de elección. Podemos elegir qué comida nos gusta. Al final del post tenéis un enlace al artículo original.

 EL QUE TE GUSTE LA COMIDA SALUDABLE ES UNA ELECCIÓN

Por Leo Babauta

Tengo una teoría que yo mismo he comprobado: si te gusta una comida particular es porque lo has elegido.

Estoy seguro que hay cosas a las que le daríamos la espalda: verduras (un montón de gente), o col rizada (mis hijos), berenjena (Eva), tofu (muchos no vegetarianos), quinoa (gente loca), siempre hay algo.

Pero lo que yo he aprendido es que los gustos pueden cambiar. De hecho, nosotros podemos cambiarlos a propósito:

  • Solía odiar las verduras. Ahora me encantan.
  • Odié la bebida de soja la primera vez que la probé. Ahora la bebo a diario.
  • Hace 10 años no me gustaba el arroz integral, ahora lo prefiero mucho más al arroz blanco (el cual no tiene sustancia)
  • Me solían encantar los dulces, pero los he dejado hace unos pocos meses y ahora todavía los comería pero no me darían tanto placer.

Y hay otros ejemplos. Docenas de veces he cambiado mis gustos.

Por tanto, si el gusto por la comida puede cambiar, ¿por qué a las personas no les gustan ciertos alimentos? Porque no se han acostumbrado a ellos. Una vez que te has acostumbrado, esos mismos alimentos pueden saber genial.

¿Por qué no nos gustan los sabores a los que no estamos acostumbrados? Porque esperamos que la comida buena esté dentro de un cierto rango de lo que a nosotros ya nos gusta. Dentro de nuestra zona de confort. Esto es lo que esperamos y cuando la comida no responde a lo que esperamos, sencillamente no nos gusta. No significa que la comida tenga mal sabor por sí misma. Por ejemplo, a mucha gente no le gustan los alimentos amargos… pero a mi me encantan. ¿Ciruelas umeboshi? ¿Cerveza amarga? ¿Hojas de diente de león? Me encantan. La comida nos sabe mal porque no estamos agusto con ella; no cumple nuestras expectativas.

¿Pero y si nos deshacemos de nuestras expectativas? Y si decimos: “La comida no necesita saber a nada. Vamos a ver cómo sabe”.

Oí decir que un experto en vinos quería desarrollar su paladar, y entonces probó todo tipo de cosas. Incluso la tierra. Puso tierra en su boca y comprobó cómo sabía. A mucha gente le repugnaría, ¿pero y si sólo probamos  e intentamos descubrir?

Sé curioso. Explora los sabores de las comidas. Deja a un lado las expectativas y los prejuicios. Puede que encuentres algunas cosas interesantes.

Y además: esto funciona con todo en la vida, no sólo con la comida.

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