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¿Es la macrobiótica una secta?

Como experto en macrobiótica me veo obligado a comunicar y comentar este tipo de noticias.

El 14 de marzo la página web de la BBC News publicó una noticia en la que daban cuenta de la desarticulación de una secta en Italia donde se forzaba a sus integrantes a seguir una dieta macrobiótica estricta y cortar toda comunicación con el mundo exterior. En la imagen puedes ver un recorte de tal noticia.

El enlace a la noticia es este: http://www.bbc.com/news/world-europe-43407696

Y aquí puedes descargar mi traducción al español: La policía italiana desarticula una secta macrobiótica

Aunque la noticia desde el punto de vista periodístico no es del todo buena, pues es escueta, no explica suficientemente lo acontecido y mezcla varias cosas (dieta, evasión de impuestos, maltrato, etc.), abre el debate sobre algunas características de la macrobiótica de Michio Kushi.

Entiendo que si sigues las recomendaciones de la macrobiótica o estás empezando a conocerla te preocupen noticias como esta. Te preguntarás si debes ponerte en guardia y distanciarte de la misma, o bien pasar de tales noticias y seguir profundizando en sus enseñanzas.

Con este post quisiera ayudarte a responder a estas preguntas y aportar algo verdad al asunto.

¿Es la macrobiótica una secta?

Mi respuesta simple y directa sería esta: La macrobiótica no es una secta, pero algunas de sus versiones tienen rasgos sectarios.

Un ejemplo de la psicología que nos puede servir aquí: Una cosa es tener depresión y otra tener rasgos depresivos. Que estés triste un día o que no te apetezca hacer nada no es tener depresión, aunque ambas cosas son rasgos depresivos. Para diagnosticar depresión se deben dar al mismo tiempo, y durante un período de tiempo determinado, una series de síntomas o rasgos depresivos que se encuentran en los manuales de diagnóstico como, por ejemplo, el DSM.

Durante mi formación en la macrobiótica de Kushi percibí los siguientes rasgos sectarios:

  • Rechazo social a conductas que se saliesen de lo recomendado. Pedir un plato con carne o sacar un dulce era respondido con mala cara o con argumentos de lo malo que era todo eso. No te dejaban vivir.
  • Recomendación de abandonar un tratamiento médico, por ejemplo la quimioterapia, para seguir solamente la dieta porque así sería más efectiva.
  • La existencia de una autoridad sin métodos que nos permitan contrastar lo afirmado por la misma. En la medicina y otras ciencias el método está por encima de las individualidades. Sin embargo, lo dicho por Michio iba a misa. Sus recomendaciones no se cuestionaban, como tampoco se cuestionaban las de George Ohsawa, aunque fuesen desacabelladas (ver el post El Zen Macrobiótico).

No comparto ninguno de estos puntos, pero debo reconocer que sucedieron.

Al igual que ocurre con la depresión ocurre con la macrobiótica. Que tenga rasgos sectarios no siginifica que sea una secta. Para que fuese considerada una secta tendría que ser muy difícil salir de ella, podrían aprovecharse de tu trabajo o dinero, se limitarían tu libertad y, en algunos casos, podrían existir actividades delictivas como el tráfico de drogas o la prostitución. Nada de esto ocurrió en mi experiencia.

Incluso en los 70 y 80, donde existían casas estudio, charlas todos los días y una comunidad cohesionada, la macrobiótica no cumplía los criterios para poder llamarse secta, al menos en el sentido destructivo de la palabra. Hoy en día la macrobiótica consiste en una serie de enseñanzas sobre una alimentación y un estilo de vida saludables, con un toque oriental y una cocina peculiar, espartana a la japonesa.

Mi objetivo con este blog es ir depurando la macrobiótica, quedarnos con lo útil y deshacernos de aspectos que no sirven, como en este caso, los rasgos sectarios citados más arriba.

El encapsulamiento por aprendizaje

Me gustaría definir un fénomeno que sucedió conmigo cuando quise aprender macrobiótica y que podría confundirse con un comportamiento sectario.

A este fenómeno le llamo “encapsulamiento por aprendizaje” y se da cuando estás estudiando algo con intensidad.

En un primer momento me aislé de todo lo demás, de todo lo que sabía, para poder absorber al máximo los nuevos contenidos. En el caso de la macrobiótica, que consiste en la comida y el estilo de vida, cambié gran parte de lo que hacía habitualmente. Tras varios meses, casi un año, abandoné el experimento y puse en común lo aprendido en otras áreas y momentos de mi vida (la licenciatura de Educación Física, la de Psicología,  las diferentes lecturas y cursos, etc.). Con este último paso puse los contenidos macrobióticos en perspectiva y ello me permitió darles un mejor uso.

En algunos casos se podría dar un encapsulamiento crónico, lo que supondría una insensatez, pues sería negar los conocimientos que se han adquirido antes de la formación macrobiótica.

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Diagnóstico oriental

macrobiótica y el diagnostico facial
Imagen del libro Your Body Never Lies, de M. Kushi (2007)

El diagnóstico oriental hace referencia a la disciplina que determina desequilibrios de salud a través de los rasgos físicos, principalmente los rasgos del rostro. Ha formado parte del curriculum de la macrobiótica desde principios de los 70. Michio Kushi escribió un libro entero sobre el tema: Your Body Never Lies.

DIAGNÓSTICO ORIENTAL SEGÚN KUSHI

En otro de sus libros, The Macrobiotic Path To Total Health, escrito con Alex Jack, Kushi realiza una breve pero completa descripción sobre el tema.

Dice así:

La fisionomía, el arte tradicional de juzgar carácteres y tendencias  a partir de los rasgos de la cara o del cuerpo, está basado en el entendimiento de la relación dinámica entre las estructuras y funciones complementarias y antagonistas del cuerpo y la mente. En el embrión todos los sistemas principales contribuyen en la formación de la estructura facial. A medida que el bebé crece, la parte superior e inferior del cuerpo experimentan un desarrollo paralelo, de la misma forma que lo hacen las regiones interna y externa, las partes blandas y las duras, y las más expandidas y contraídas. Cada área de la cara corresponde con un órgano y función, también con rasgos emocionales y de personalidad. Cuando aparecen desequilibrios internos, éstos se reflejan en el rostro. Por ejemplo, la nariz se corresponde con el corazón, los cuales crecen y se desarrollan juntos en el útero. Problemas en el corazón se reflejarán enseguida en la nariz. Una nariz roja e hinchada indica que el corazón está expandido e hinchado por tomar demasiada azúcar, frutas, líquidos o alcohol. Una punta de nariz endurecida indica que grasa y colesterol están acumulados en las arterias coronarias, lo que podría llevar a un ataque cardíaco. De esta manera, la enfermedad puede ser diagnósticada antes de que el dolor u otros síntomas aparezcan. Las relaciones básicas son las que siguen:

  • Las mejillas muestran la condición de los pulmones y las funciones respiratorias, también los pechos.
  • La punta de la nariz se corresponde con el corazón y las funciones circulatorias, mientras que las fosas nasales muestran la región bronquial de los pulmones.
  • La parte media de la nariz se corresponde con el estómago. La parte alta de la nariz con el páncreas
  • Los ojos muestran la condición de los riñones y los testículos en los hombres, y los riñones y los ovarios en las mujeres. El ojo izquiedo se asocia al bazo y las funciones linfáticas, y el derecho con el hígado y las funciones circulatorias.
  • El área entre las cejas muestra la condición del hígado y la vesícula biliar.
  • La frente en su totalidad muestra el intestino delgado, y la región periférica de la frente muesrta el intestino grueso.
  • La parte alta de la frente representa la vejiga.
  • Las orejas representan los riñones: la oreja izquierda el riñón izquierdo, y la oreja derecha el riñón derecho.
  • La boca muestra el sistema digestivo completo. El labio superior se corresponde con el esófago y el estómago, la zona interior del labio inferior se corresponde con el intestino delgado, y la parte exterior con el intestino grueso, y las esquinas muestran la condción del duodeno.
  • El área de alrededor de la boca y la barbilla muestra los orgános sexuales y sus funciones.

Lunares, manchas, decoloraciones, al igual que durezas o partes blandas, muestran el desarrollo de problemas en los correspondientes órganos y funciones.

El diagnóstico macrobiótco es simple, seguro y efectivo.

EXPERIENCIA PERSONAL Y MODO DE USARLO

Cuando conocí la macrobiótica, y con ella el diagnóstico oriental, también llamado algunas veces diagnóstico facial, quedé fascinado: Era la prueba que confirmaba que todo está conectado. Me permitía viajar a ese mundo , posiblemente idealizado, del viejo Oriente y su sabiduría. Y porque no decirlo, me daba una sensación de poder, de saber más que los otros, pues sólo con observar el rostro de una persona podía ver cosas que otros eran incapaces.

En la práctica, y tras observar a cientos de personas, he advertido que con el diagnóstico oriental se dan infinidad de casos de falsos positivos y falsos negativos, es decir, que el rasgo dice que debes de tener algún problema de hígado pero no lo tienes, o que el rasgo dice que tienes los pulmones perfectos pero existe un efísema pulmonar. ¿De qué sirve una herramienta diagnóstica si el número de falsos negativos y positivos es tan grande?

Pasé de la ilusión a la desilusión.

Pienso que el diagnóstico oriental pudo ser una herramienta útil en el pasado, donde los chamanes o médicos antiguos iban a ciegas, porque sí es verdad que existen muchos casos donde aparecen tales relaciones, pero hoy en día un diagnóstico de ese tipo no será suficiente para aplicar un tratamiento. A nadie se le ocurre medicarse para la diabetes por tener una línea horizontal en la parte alta de la nariz, o tomar medicamentos para el colesterol por tener una línea vertical en el entrecejo. Es anecdótico, y una pieza más de la histroia de la medicina de Oriente, pero inútil hoy en día.

Aunque estoy de acuerdo con Michio Kushi en que es un método simple y seguro, disiento en cuanto a que es un método efectivo. No lo es. Mi práctica, con cerca de 900 personas al año, me confirma que el diagnóstico oriental no es una herramienta diagnóstica efectiva. ¿De qué me sirve que sea simple y seguro si en su objetivo, que es diferenciar lo sano de lo enfermo, falla?

Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora, si ya sabes algo sobre diagnóstico oriental, puedes utilizarlo para encontrar signos que apunten a ciertas enfermedades o trastornos en una exploración inicial, pero que debes corroborar en todos los casos con pruebas médicas. Un consultor macrobiótico nunca debe diagnósticar un problema de salud.

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Remedios macrobióticos: La historia de Yoshio

El alimento es nuestra mejor medicina, y todos los alimentos tienen efectos medicinales. Esto me fue demostrado durante una crisis en casa en 1964. Por aquel entonces, nosotros viviamos en Cambridge, Massachusetts. Una hermosa mañana de otoño, mi hijo de cinco años, Yoshio, estaba durmiendo una siesta en los dormitorios del segundo piso. Michio y yo estabamos abajo cuando oímos a Yoshio gemir. Subimos inmediatamente y encontramos a Yoshio retorciéndose de un lado para otro de dolor. Nunca habíamos visto a nadie actuar de esa manera antes, pensamos que podría haberse pinchado con una aguja.

Al sacarle la ropa, encontramos que parte de su intestino estaba sobresaliendo. Un segmento de un dedo de longitud estaba saliendo de su abdomen izquierdo. No sabíamos qué hacer, pero de forma instintiva corrí a la cocina y preparé un té bancha con una cucharadita de tamari, media ciruela umeboshi y un poco de jengibre fresco rallado. Mientras que Michio mantenía la boca de Yoshio abierta, yo le daba el té con una cuchara. En el instante en que una o dos gotas del té tocaron su lengua, el intestino de retrajo. Pasó muy rápido, como una serie de fotografías a cámara rápida mostrando como se abre y se cierra una flor. Todavía quedaba la mayor parte del té en la cuchara. Michio y yo quedamos sorprendidos de esta poderosa energía. Yoshio inmediatamente paró de llorar, se quedó dormido, y la hernia nunca regresó. Yo estaba muy agradecida e hice una reverencia al jengibre. En Japón, esta bebida se llama ume-sho-bancha, y es a menudo usada apara estimular la circulación y mejorar problemas del aparato digestivo. Aplicado externamente, en forma de compresas, el jengibre es usado a menudo para liberar el estancamiento y suavizar bloqueos en la parte baja del abdomen. Debido a que el jengibre calienta, lleva energía a todo el cuerpo. Pero nunca habíamos visto un efecto tan poderoso en tal corto período de tiempo.

Los dos parráfos anteriores pertenecen al libro de Aveline Kushi y Alex Jack (1985). Aveline Kushi’s Complete Guide To Macrobiotic Cooking .

He querido empezar esta entrada con un fragmento de un libro clásico de la macrobiótica de Kushi. Se cuenta un acontecimiento de la vida de Michio Kushi y Aveline Kushi, narrado por ésta última.  En él se hace mención especial a los remedios macrobióticos.

Los remedios macrobióticos son bebidas, cataplasmas, condimentos o platos, preparados con alimentos que se utilizan con fines terapéuticos. A lo largo de su obra, Michio y Aveline Kushi,  nos enseñaron una amplia variedad de ellos.

Ejemplos de estos remedios macrobióticos son los expuestos en las entradas Té de umeboshi y Qué son los remedios macrobióticos.

A partir de hoy tienes la posibilidad de encontrar una colección de estos remedios en la sección “Productos” del blog Macrobiótica Mediterránea. Una colección de 19 remedios que irán aumentando a lo largo del año.

remedios macrobióticos
Nueva colección de vídeos donde se muestra cómo preparar los remedios macrobióticos más conocidos.

Con los remedios macrobióticos le darás un toque terapéutico a tu alimentación. Algunos ejemplos de los que ya puedes disfrutar en esta colección son:

  • Té agar-agar: para compensar la tendencia al estreñimiento
  • Té ume-sho-kuzu: para compensar tendencia a la diarrea, mejorar la digestión o reducir el reflujo gastroesofágico.
  • Té de daikon seco: para ayudar a expulsar el exceso de mucosidad.
  • Compresa de sal: para calentar una zona del cuerpo y aliviar el dolor.
  • Té de zumo de manzana con kuzu: para relajarse después de un día agitado y para aliviar dolores de cabeza en la parte posterior de la cabeza.

Utilizados puntualmente, y combinados con una alimentación saludable, te permitirán mantener y gozar de una salud de hierro.

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Julio Basulto, el enemigo

En una visión dicotómica de la realidad, donde solo existiesen buenos y malos, Julio Basulto sería nuestro enemigo.

Julio Basulto, es nutricionista. Su labor labor fundamental es el consejo nutricional a través de los medios de comunicación (Rne, El País, Cadena Ser). Es un francotirador que apunta a la dieta macrobiótica con el rifle de la ciencia. Hace una semana publicó en la sección digital del periódico El País, Nutrir con Ciencia, un artículo que criticaba duramente a la macrobiótica. El vídeo del principio de este post pertenece a dicho artículo. Este texto supone una respuesta a Basulto.

LO POSITIVO Y LO NEGATIVO DE LA MACROBIÓTICA

En primer lugar hemos de intentar comprender el porqué del mensaje de Basulto, cuyas intenciones hemos de suponer no son malignas, sino que intentan protegernos de algo.

¿De qué intentan protegernos las palabras de Basulto? Creo que de un comportamiento alimenticio sectario que suponga un peligro para nuestra salud. ¿Se refleja eso en la macrobiótica? Siento decir que, según mi experiencia personal, SÍ.

Estos son algunos de los rasgos de la macrobiótica que yo considero negativos:

  • Las barbaridades afirmadas por el fundador de la macrobiótica, George Ohsawa, y otros profesores. Existen ejemplos, y gordos, como afirmar que los que adoptan un régimen macrobiótico están inmunizados contra las enfermedades, o que puedes comer los cereales estropeados y descompuestos sin ningún peligro, o que el cuerpo puede transmutar los elementos químicos (producir potasio a partir de sodio). Para más detalles puedes visitar la entrada El Zen Macrobiótico.
  • Las recomendaciones de profesionales dedicados a la macrobiótica de no acudir ni seguir el consejo médico. Es habitual que las personas asociadas a la macrobiótica vean la medicina occidental como un enemigo, opuesta a lo natural y lo biológico. Por esa razón, desaconsejan lo que la medicina puede ofrecer que, desde mi punto de vista, es mucho.
  • La insuficiencia de la macrobiótica de Michio Kushi, que en muchas ocasiones no aporta los nutrientes necesarios para disfrutar de una salud sólida, lo que lleva a menudo a síntomas de deficiencia del tipo: frío, delgadez extrema, mal aspecto, hipotiroidismo, artritis, hipotensión arterial, aspecto pálido, anemia, etc. Ver la entrada Cómo la macrobiótica me congeló las manos.
  • Deshidratación debida a la recomendación de no beber agua, a no ser en forma de té o sopas. Esta práctica es cada vez menos frecuente, por suerte.

Que Julio Basulto intente protegernos de los puntos anteriores lo considero acertado por su parte. Pero también me gustaría destacar que la macrobiótica no es sólo lo que Basulto critica, sino mucho más. Estos son algunos de los elementos que hacen de la macrobiótica una buena opción:

  • Predominancia de lo vegetal sobre lo animal.
  • Recomendación de los productos biológicos.
  • Utilización de los alimentos como remedios que pueden ayudar a mejorar la salud, pero sin sustituir nunca a un medicamento que prescriba el médico. Ver la entrada Qué son los remedios macrobióticos.
  • Nos mueve a tomar la responsabilidad de nuestra propia salud y no ser un ente pasivo. Por ejemplo, si nos diagnostican colesterol, movemos ficha e intentamos cambiar la dieta y el estilo de vida para reducirlo.
  • Estar abiertos a otras formas de ver la vida, diferente a la adoptada por nuestra cultura, en este caso la cultura oriental y sus conceptos de yin-yang, cinco transformaciones o elementos.
  • A preferir lo menos procesado, sin caer en el error que lo natural está exento de peligros.

EVOLUCIÓN DE LA MACROBIÓTICA

Me gustaría tranquilizarte y decirte que para disfrutar de lo positivo de la macrobiótica no es necesario acarrear con lo negativo. ¿Por qué? Porque la macrobiótica ha evolucionado y existen, y se están elaborando, nuevas formulaciones de la misma que intentan dejar fuera esos aspectos más sectarios y opuestos a los paradigmas médicos.

Las críticas de Basulto a la macrobiótica, desde mi punto de vista, son parcialmente correctas, o incorrectas, porque ignora la existencia de varias versiones de la misma. Las críticas que él arroja en su post encajarían muy bien con la macrobiótica de George Ohsawa, a veces la más nombrada por sus extravagancias, pero no tanto con las versiones posteriores.

Presento un esquema, escrito a mano, sobre la evolución de la macrobiótica según mi formación y experiencia. Lo explico en los párrafos siguientes.
macrobiótica evolución

1.-George Ohsawa (1893-1966)

En mi opinión el principio de la macrobiótica. Aunque en otras fuentes se cite que la macrobiótica es mucho más antigua que Ohsawa y se remonte a Hipócrates, la macrobiótica tal y como nos llega empieza con Ohsawa. Lo que se remonta a Hipócrates es una forma de alimentarse y de vivir que se parece más a las formas citadas en los libros que tratan las Zonas Azules (Dan Buettner) que la práctica macrobiótica.

2.-Michio Kushi (1926-2014)

Principal estudiante de Ohsawa. Gran labor divulgativa en forma de libros, charlas y escuelas (Kushi Institute). Sus recomendaciones son menos estrictas que las de Ohsawa, no tan peligrosas, pero en ocasiones siguen llevando a casos de deficiencia nutricional.

a.-Continuadores

Con este término me refiero a estudiantes de Kushi que, una vez convertidos en profesores, han seguido las enseñanzas del mismo. Aquí podrían encajar consultores macrobióticos como Denny Waxman, Francisco Varatojo o el Dr. Jorge Pérez Calvo-Soler. Con el tiempo algunos de los continuadores se han ido suavizando, pasando así a la siguiente categoría.

b.-Suavizadores

Hace referencia a estudiantes de Kushi que, a la hora de impartir sus propios contenidos, han suavizado los originales de Kushi, haciéndolos así menos estrictos. Este sería el caso de Verne Varona, Montse Bradford o Simon Brown.

3.-Nuevas formulaciones

Una vez se ven claras las deficiencias de la macrobiótica de Ohsawa y Kushi, comienzan a surgir nuevas formulaciones de la misma. Una de estas formulaciones es la llevada a cabo por el profesor John Kozinski, que distingue entre una macrobiótica a la que llama pseudomacrobiótica o macrobiótica estrecha de finales del siglo XX, y otra macrobiótica amplia que refleja la práctica de los pueblos tradicionales y que siempre está relacionada con una mayor longevidad. Este enfoque es el adoptado en Macrobiótica Mediterránea.
 ∞
Lo que Basulto hace en su artículo, con muy buenas intenciones por cierto, es advertirnos y protegernos de las versiones estrictas de la macrobiótica (Ohsawa, Kushi y Continuadores), mientras que, por desconocimiento, deja fuera otras versiones (Suavizadores y Nuevas formulaciones) que encajarían perfectamente en lo que hoy en día llamamos “dieta saludable”.

NOTAS
  1. Enlace al artículo escrito por Julio Basulto y publicado el 19 de Octubre de 2017 en la sección digital Nutrir con ciencia, del periódico El País. Título: Los riesgos ocultos de la dieta macrobiótica. https://elpais.com/elpais/2017/10/19/ciencia/1508411268_172778.html
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La macrobiótica según Grande Covián

Grande Covián y macrobiótica

Francisco Grande Covián (1909-1995), médico e investigador, especializado en nutrición. Miembro de numerosos comités, consejos y sociedades internacionales. Autor de multitud de libros y referencia de todos aquellos que se dediquen al mundo de la nutrición. Fundador y primer presidente de la Sociedad Española de Nutrición. Considerado el padre de la dietética.

En el primer capítulo de su libro, Nutrición y salud (1988), dedica un apartado a la dieta macrobiótica. Transcribo algunos fragmentos y los sigo con mis comentarios.

NOTA IMPORTANTE

La dieta macrobiótica de la que habla Grande Covián es la dieta macrobiótica de  George Ohsawa, continuada en parte por Michio Kushi. Grande Covián escribe el libro en 1988, momento en el que la macrobiótica de Kushi está en pleno apogeo y cuyas prácticas en ese momento se aproximaban a las George Ohsawa. Con el paso de los años la macrobiótica de Kushi se suaviza.

Revisar el texto aparecido en la obra de Grande Covián te ayudará a detectar formas de macrobiótica estricta, y así poder frenarlas a tiempo. Simultáneamente, también te servirá, por comparativa, para definir una macrobiótica distinta, más flexible e inclusiva, lo que he venido a llamar macrobiótica amplia (ver el texto De la macrobiótica de Michio Kushi a la macrobiótica amplia, accesible al suscribirte al blog de forma gratuita en Empieza aquí).

FRAGMENTO 1: Primera definición

La dieta macrobiótica Zen

Se trata de una forma extrema de vegetarianismo, combinada con ideas derivadas de la filosofía Zen-budista, que ha encontrado aceptación entre los creyentes en la alimentación natural y los alimentos biológicos, así como entre muchos descontentos con el orden social establecido y la moderna industria de la alimentación.

Grande Covián acierta de pleno con esta primera deficinición de la macrobiótica. A excepción del pescado, que se recomienda una vez a la semana, la macrobiótica de Ohsawa-Kushi no incluye ninguna otra forma de animal o alimento derivado de los mismos.  Las personas que nos hemos sentido atraídos por ella somos personas con intereses por lo natural, y que nos cuestionamos el sistema establecido, principalmente el uso de los medicamentos. La macrobiótica cuestiona la medicina, nos ofrece una dieta natural, un sistema con una lógica interna que nos gusta aprender y llegar a dominar, sin embargo, ese mismo sistema contiene elementos contraproducentes: bajo consumo de proteínas, escaso consumo de agua, creer que la dieta lo puede todo, la marginación de tradiciones distintas a la japonesa y otros.

FRAGMENTO 2: Asunción de la propia ignorancia

La novedad de la dieta macrobiótica actual [Grande Covián se refiere a la de 1988] consiste en la incorporación  a los principios dietéticos de los conceptos de la filosofía Zen, principalmente por George Ohsawa (1893-1966). De acuerdo con esta filosofía, los alimentos son clasificados en dos categorías: Yin y Yang. Los alimentos Yin son pasivos, mientras que los Yang son activos. La salud y el bienestar físico y mental dependen del equibrio entre Yin y el Yang, a cuyo mantenimiento contribuye la proporción adecuada entre las dos clases de alimento. En este sentido la macrobiótica es una forma simplificada de la idea hipócratica de los cuatro elementos.

El lector comprenderá que esta clasificación carece de sentido alguno desde el punto de vista del conocimiento científico de la nutrición. Quizá la tiene para los creyentes en la filosofía Zen, mas como yo no  soy experto en los  conceptos de esta filosofía, espero que el lector me perdone sin no me ocupo de esta cuestión.

El autor de Nutrición y Salud está formado en la medicina y en la bioquímica, por tanto mira a los alimentos desde esa perspectiva, pero reconoce que puede haber algo que se le escape, pues no es experto en la filosofía Zen. Otros autores han desestimado los conceptos de Yin-Yang aludiendo a que no son científicos. A mi juicio, estos elementos no son científicos porque son metáforas de las que se vale la Medicina China para orientarse sobre el tipo de remedio o alimento que le conviene a una persona en un momento dado. De la misma manera, los 4 humores hipocráticos servían a los antiguos griegos para dar remedio a las enfermedades. No hay nada de malo en usar metáforas, siempre y cuando no pasemos por alto lo que ya sabemos desde el punto de vista de la nutrición y la medicina, como ocurrió en el caso de Ohsawa (ver siguiente fragmento).

FRAGMENTO 4: La ignorancia de Ohsawa

Según Ohsawa, no hay enfermedad que no pueda curarse empleando alimentos naturales y restringiendo el agua de bebida. “Ninguna enfermedad es más fácil de curar que el cáncer, mediante el empleo de la dieta macrobiótica de grado 7”, afirma. Ohsawa dice también que ningún macrobiótico debe morir de apendicitis si emplea esta dieta. El lector habrá advertido que estas ideas de Ohsawa hacen caso omiso de los conocimientos médicos actualmente vigentes.

Por si eso fuera poco, sostiene Oshawa que el organismo humano es capaz de llevar a cabo la transmutación de los elementos químicos. Así, por ejemplo, afirma que nuestro organismo puede producir potasio (peso atómico 39) a partir de sodio (peso atómico 23) y el oxígeno (peso atómico 16). Semejante desatino supone una increíble ignorancia de los conocimientos de la química, y una negación del sentido común. Es difícil comprender la aceptación que estas fantasías encuentran por parte de algunas personas.

Grande Covián pone en evidencia la “ceguera” intelectual de la que en algún momento hemos sido presa cuando nos hemos acercado a la macrobiótica. En el post en el que analizo El zen macrobiótico, libro de Ohsawa, hablo de las declaraciones descabelladas de Ohsawa. Aún así, he de reconocer que cuando comencé a estudiar macrobiótica aprendí muchas verdades, cogí inercia y, en movimiento, se me colaron falsedades difíciles de detectar. Necesité parar, distanciarme y aplicar el sentido común.

FRAGMENTO 5: Los peligros de la dieta macrobiótica

Las deficiencias nutritivas detectadas entre los consumidores habituales de la dieta macrobiótica son: anemia, escorbuto, hipocalcemia e hipoproteinemia, como cabía esperar, dada la composición de la dieta que a cabo de reseñar.

La limitación de agua de bebida aconsejada por el sistema macrobiótico constituye otro peligro que se manifiesta por deshidratación e insuficiencia renal. […] La dieta macrobiótica es, pues, peligrosa y el lector puede cerciorarse de esta realidad consultando la literatura médica en la que, como ya se ha dicho, se describen repetidos casos de muerte en personas que consumían dicha dieta.

Un preparado macrobiótico destinado a la alimentación infantil ha causado grave retraso del crecimiento y malnutrición de niños, según se describe en la revista médica inglesa Lancet (9 de junio de 1973).

Es preciso, pues, advertir el peligro que corren quienes deciden adoptar la dieta macrobiótica en sus formas más avanzadas.

Las formas avanzadas de la dieta macrobiótica a las que se refiere Grande Covián son aquellas en las que se consume un procentaje mayor de cereales. George Ohsawa estableció una graduación en las dietas, donde el nivel  “más elevado”, según sus palabras, era el consumo único de cereal.

dieta numero 7 macrobiotica
Niveles de dieta macrobiótica (George Ohsawa, 1961).

La aplicación de versiones estrictas de la dieta macrobiótica, como las propuestas por George Ohsawa, pueden traer consecuencias devastadoras para la salud. Versiones como la de Michio Kushi, más flexibles, no llegan a ser peligrosas, aunque sí nos puede llevar a condiciones deficientes si somos personas con tendencia a ello (al frío, a la anemia, a estar muy delgado, a la debilidad) o si la prolongamos en el tiempo.

Desde mi punto de vista, solo recomendaría una alimentación basada en la macrobiótica de Kushi en casos concretos, donde por razones de salud no convenga el consumo de proteína animal ni de grasas ni lácteos ni alimentos procesados. En todos los demás casos recomendaría una macrobiótica amplia, basada en la práctica de los pueblos tradicionales.


NOTAS

  1. Referencia completa del estudio que cita Grande Covián en el fragmento 5: Zen Macrobiotic Diets. The Lancet, Volume 301, Issue 7815, 9 June 1973. Autores: J.R.K. Robson, J.E. Konlande, F.A. Larkin, P.A. O’Connor, Hsi-Yen Liu, J.M. Horner.
  2. En relación a la macrobiótica y el crecimiento de los niños también puedes consultar el post Deficiencias en niños con una dieta macrobiótica.
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