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Macrobiótica vs Alimentación Consciente

A mi vuelta de EEUU empecé a trabajar como consultor macrobiótico y conferenciante en un centro de terapias holísticas. El dueño del centro, un hombre con bastante experiencia en todos estos temas, etiquetó a las actividades que yo realizaba como “Alimentación Consciente”; lo puso en la web, en los carteles, en los folletos publicitarios… Ello me hizo pensar en la relación de esos dos conceptos: Macrobiótica versus Alimentación Consciente.

La macrobiótica es un movimiento. La macrobiótica es un conjunto de libros. La macrobiótica es lo que hacen un grupo de consultores. No es universal. Sin embargo, existe algo muy relacionado con la macrobiótica que sí es universal: Comer conscientemente.

Uno puede alimentarse conscientemente sin necesidad de conocer la macrobiótica. Un macrobiótico puede serlo toda la vida sin llegar a alimentarse nunca de forma consciente.

Desde mi punto de vista, la macrobiótica es un trampolín, una herramienta que nos lleva de una alimentación automática a una consciente donde sabemos qué efectos tiene en nosotros lo que comemos.

En esta línea, Thich Nhat Hanh y la Dra. Lilian Cheung han escrito un libro que trata sobre la alimentación consciente. Lo enfocan para aquellas personas que quieren perder peso, aunque sus lecciones sirven para todos los que deseen ser más conscientes al comer. Entre los diferentes capítulos del libro me ha parecido interesante para este post una sección llamada “Las 7 prácticas del comensal consciente”. En esta sección se trata el “Cómo” comer, una parte de la que la macrobiótica también se encarga. A continuación cito las siete prácticas y comento cada una de ellas.

LAS 7 PRÁCTICAS DEL COMENSAL CONSCIENTE

– Adaptado del libro Saborear, de Thich Nhat Hanh y Lilian Cheung –

1.- HONRA LOS ALIMENTOS

Agradece la presencia de los alimentos porque por ellos estás vivo y de ellos se harán realidad los proyectos que tienes en mente.  Thich Nhat Hanh propone varias fórmulas para decir o pensar  antes de cada comida:

  1. Estos alimentos son el regalo de todo el universo: la tierra, el cielo, los numerosos seres vivos y mucho trabajo intenso y cariñoso.
  2. Comamos con atención plena y gratitud, para merecer recibirlos.
  3. Aceptemos estos alimentos para nutrir nuestra hermandad y fraternidad, reforzar nuestra comunidad y alentar nuestro ideal de servir a todos los seres vivos.

El momento de comer es importante, no sólo lo que se come. En todos los centros de macrobiótica donde estuve prestaron atención a este aspecto, desde el curso para principiantes en mi ciudad hasta el curso para profesores especializados en la otra punta del mundo. Incluso en ocasiones el modo de comer transforma el efecto perjudicial de algunos alimentos (ver ¿Qué diría George Ohsawa de un dulce de Navidad?). Los autores del libro afirman que en Vietman existe la costumbre de no reñir a nadie que esté comiendo, ya que si no se perjudicará su digestión. Una forma sencilla de empezar con esta práctica sería liberarse de las distracciones durante la comida, como por ejemplo, la televisión, el ordenador o el móvil.

2.- UTILIZA LOS SEIS SENTIDOS

Utiliza todos tus sentidos a la hora de comer. Advierte como huelen los alimentos, qué colores tienen, sus texturas y sonidos, incluso la respuesta mental a ellos. Al dar el primer bocado detente por un instante y comprueba el sabor como si fuera la primera vez que pruebas ese alimento.

3.- SÍRVETE RACIONES PEQUEÑAS

Comer con moderación es un hábito que nos beneficia. Varios de los pueblos más longevos del planeta tienen esta sana costumbre (Longevidad, consecuencia de una vida macrobiótica). Comer de forma consciente nos llevará a comer aquello que necesita el cuerpo. Normalmente comemos de más porque estamos distraidos. Al reducir la distracción, también reduciremos la cantidad de comida que ingerimos.

4.- TOMA BOCADOS PEQUEÑOS Y MASTICA CUIDADOSAMENTE

Masticar cuidadosamente tiene múltiples beneficios: mejora nuestra digestión, hará que comamos menos, saborearemos mejor los alimentos. Para ampliar ir al post Masticar: Una solución para el malestar emocional

5.- COME LENTAMENTE, ASÍ NO COMERÁS DE MÁS

Si comemos atentos lo más seguro es que comamos lo suficiente pero no demasiado. En la medicina china, de donde viene parte de los conocimientos de la macrobiótica tradicional, se recomienda comer hasta que nuestro estómago esté un 80% lleno y nunca llenarse hasta el límite. Comer demasiado de una sentado debilitará nuestro poder digestivo y nos agotará en vez de darnos energía.

6.- NO TE SALTES LAS COMIDAS

Saltarse las comidas nos puede llevar a tener tanta hambre que nos será difícil ser conscientes de lo que hacemos. Elegiremos alimentos que no nos convienen o comeremos hasta que ya no podamos más. El cuerpo humano es un organismo de costumbres y le estaremos ayudando siempre que sigamos los mismo ritmos. El terapeuta Andreas Moritz, tras recomendar unas horas concretas para desayunar, comer y cenar, las ideales para el cuerpo, acaba afirmando: “Comer a diferentes horas durante la semana y durante el fin de semana es todavía peor que tomar la comida principal por la tarde. Es importante mantener un horario regular a fin de evitar crear confusión en el cuerpo a la hora de secretar las hormonas y los jugos gástricos”.

7.- SIGUE UNA DIETA BASADA EN PLANTAS, POR TU SALUD Y POR LA DEL PLANETA

En numerosos posts hemos explicado en qué consiste una dieta basada en plantas y porque de su conveniencia, por ejemplo ver Lecciones de “El estudio de China” para perder peso. De nuevo, en boca de Thich Nhat Hanh y Lilian Cheung encontramos la misma recomendación:

Cuando los comensales conscientes miran profundamente la comida que están a punto de tomar, ven más allá del borde del plato. Ven el daño que ciertos alimentos de origen animal pueden causar en sus organismos: el elevado riesgo de cáncer de colon derivado de la ingestión de carne roja o carnes procesadas, por ejemplo, o el alto riesgo de enfermedades cardiovasculares que provoca la grasa saturada que encontramos en la carne y los productos lácteos. Y también tienen presente la peligrosa influencia destructiva que la producción de carne y la industria láctea ejercen en el medio ambiente.

 

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2 comentarios en “Macrobiótica vs Alimentación Consciente

  1. Realmente estoy viendo que el movimiento macrobiótico está creciendo.
    Yo personalmente hace unos meses que estoy empezando a cocinar comida macriobiotica y encuentro que es muy sana y rica.
    Se me ha hecho un poco difícil encontrar ingredientes específicos, como las algas ya que vivo en un pueblo pequeño.
    Desde que he encontrado Sha Boutique lo tengo más fácil.

    Un sano saludo,

    Xantal

    1. Hoy mismo leí unas líneas del último libro de Francisco Varatojo -Macrobiótica, una revolución sana- en la que respondía a la pregunta “¿Es necesario utilizar productos japoneses para hacer macrobiótica?” En su respuesta decía que no era necesario, ya que la macrobiótica aboga por tomar productos de la propia cultura y área donde se vive. Aún así, acaba añadiendo que algunos productos tradicionales de la macrobiótica tienen importantes beneficios, y por ello sería conveniente incorporarlos. Además, muchos de esos productos ya se producen/cultivan en varias partes del mundo, como por ejemplo el miso o las algas.
      Me alegro que haya empezado a cocinar de forma macrobiótica, seguro que ello le permitirá disfrutar aún más de la vida.
      Un cordial saludo

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