“En el pasado, la mayoría de la gente apreciaba la textura y el sabor natural y simple del pan integral”.
Michio Kushi
Hoy en día la alimentación está orientada a los sentidos, por eso: pan blanco, arroz blanco, azúcar añadida… Dieta que sirve para separarnos de la naturaleza.
Si destruimos a nuestro entorno, y comer alimentos refinados es una forma de destrucción, nos destruimos a nosotros mismos.
Michio Kushi comenta que en el pasado la mayoría de la gente apreciaba la textura y el sabor natural y simple del pan integral, del arroz integral y de otros alimentos integrales. Ahora, para estimular los sentidos, el pan de trigo integral ha sido reemplazado por el pan blanco, con frecuencia azucarado, mientras que el arroz integral está a menudo refinado y pulido, convirtiéndose en arroz blanco nutricionalmente deficiente [1].
Según Jan Chozen, autora de Comer atentos, existen varios tipos de hambre [2]:
- Hambre visual
- Olfativa
- Bucal
- Estomacal
- Celular
- Mental
- De corazón
La industria alimentaria estaría orientada a satisfacer las tres primeras, las dedicadas a los sentidos, mientras que la macrobiótica estaría orientada a satisfacer el hambre celular, que es la que nos ayuda a mantener el equilibrio interno a pesar de los cambios en el clima y en nuestras actividades.
Habría que macrobiotizar a la industria e industrializar a la macrobiótica. De forma que lo que nos llegase de la industria fuese más sano y la comida macrobiótica fuese más accesible, práctica y sensorial, sin reducir sus beneficios.
NOTAS
[1] Kushi, M. y Jack A. (1983). The Cancer Prevention Diet. New York: St. Martin’s Press. P. 21.
[2] Chozen, J. (2015). Comer atentos. Boulder, Colorado: Shambhala Español.
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