- Limitar el consumo de alimentos ricos en energía y evitar las bebidas azucaradas.
- Consumir principalmente alimentos de origen vegetal.
- Limitar el consumo de carnes rojas.
- Comer gran cantidad de cereales integrales, legumbres, frutas y verduras.
- Limitar el consumo de alimentos hipercalóricos (ricos en azúcar y grasa) y evitar las bebidas azucaradas.
- Evitar la carne procesada y limitar la carne roja y alimentos con mucha sal.
- Utilizarla como punto de partida.
- Ajustarla a las necesidades nutricionales del paciente. Para ello es necesario conocimientos de dietética y nutrición.
- Ajustarla en función de las circunstancias del paciente, sobre todo, teniendo en cuenta los efectos adversos de los tratamientos médicos.
- No caer en la creencia de que la dieta, por sí sola, curará al paciente. Ni tampoco en el poder absoluto de ningún alimento de forma aislada.
La macrobiótica, como modelo dietético centrado en alimentos vegetales, integrales y poco procesados, sí sirve para el cáncer. La macrobiótica como movimiento anticultural, que te aleja de la medicina, no sirve para el cáncer.
[2] Foto de Hoja creado por wayhomestudio – www.freepik.es
Apúntate a nuestra lista de correo
¿Quieres recibir mis actualizaciones sobre macrobiótica? Déjame tu correo electrónico y te informaré de todas las novedades.
Te he enviado un correo. Haz clic en el enlace y estarás suscrito a mi boletín.