En el modelo antiguo uno sentía un dolor e iba al médico. Hacía lo que este le prescribía, se curaba y ya está, hasta la próxima. Hoy en día, somos cada vez más conscientes de que lo que hacemos y lo que comemos influye en nuestra salud. No es un marco neutro. Las enfermedades o dolencias no caen del cielo, sino que existen causas escondidas en eso a lo que llamamos vida y que parece inofensivo.
La macrobiótica aparece en este contexto para ayudarnos a coger las riendas de nuestra salud. Nos enseña que si comemos esto y no lo otro, o si hacemos esto y no lo otro, nos sentiremos mejor y mantedremos a las enfermedades y los malestares lejos de nosotros. En este sentido, hace unos días, me encantó la forma de hablar de Irina Matveikova sobre la responsabilidad que tenemos sobre nuestra salud. Matveikova lo cuenta de una forma clara en su libro, Inteligencia digestiva. Dice así:
Estar sano y prevenir el desarrollo o avance de tus enfermedades es un derecho tuyo y si no eliges ese camino, la sociedad puede que no te rechace; al contrario, te cuidará como pueda (dirás que nunca es suficiente, por su puesto), te asignará un médico, te proporcionará los medicamentos y un hospital si hace falta.
Los expertos aseguran que el 80 por ciento de los cuidados que necesita un enfermo crónico podría proporcionárselos él mismo con la preparación y formación suficiente. Y el 90 por ciento de las enfermedades y los problemas que causan la visita al médico se pueden prevenir solamente con una alimentación sana, una mínima actividad física y una higiene adecuada.
Tu cuerpo es tu vehículo: requiere pasar la ITV, un buen combustible y un buen trato. Conocer tus problemas y cuidar tu salud tiene que ser tan imprescindible como trabajar o tener una cuenta bancaria. Prevenir la enfermedad debe tener el mismo valor que prevenir una bancarrota.
Parece una obviedad pero… ¿Quién te enseña hoy en día cómo comer y qué hacer para estar sano? ¿Y quién te anima a ello?
La macrobiótica es un puente que nos conecta con las tradiciones antiguas, aquellas que profundizaron en las bases de la salud, no sé si porque eran los inicios del conocimiento humano o porque eran conscientes de que antes de ir a los detalles de algo, hay que asegurarse que lo básico está hecho. Una de esas tradiciones antiguas es la Medicina Griega, la cual nos recomienda cuidar los siguientes aspectos que enumero en forma de preguntas:
¿CUÁL ES LA CALIDAD DEL AIRE QUE RESPIRO?
El aire es más importante que la comida, la bebida o el ejercicio, pero como no es algo tangible, no es un objeto ni una actividad, la mayoría de las veces nos pasa desapercibido. La calidad del aire es uno de los pilares básicos para una buena salud. Recuerdo que, al leer la biografía de Jiddu Krishnamurti, me llamó la atención la elección del lugar de residencia en función de la calidad del aire y la humedad del lugar, de forma que fuese lo mejor para su salud. Normalmente no caemos en ello, sobre todo, porque la mayoría de nosotros no puede permitirse cambiar de residencia así como así. Sin embargo, sí podemos mejorar la calidad del aire que respiramos con simples ajustes como:
- Pasar más tiempo en la naturaleza.
- Evitar pasear por la ciudad en las horas punta.
- Mantener una casa aireada, con plantas.
- Regular la humedad del hogar con humidificadores o cuencos con agua.
Otro aspecto muy importante respecto al aire, inimaginable para los griegos antiguos, es la contaminación electromagnética. En relación a ella existe un interesantísimo post que puedes visitar, titulado: Contaminación electromagnética y macrobiótica.
¿QUÉ COMO Y BEBO?
En numerosas entradas de Macrobiótica Mediterránea podemos comprobar la importancia de una alimentación sana que cumpla, en gran parte (siempre hay un hueco para el pecado), los siguientes puntos:
- Alimentos integrales.
- Alimentos poco o nada procesados, sin aditivos.
- Dieta basada en plantas, con pequeñas cantidades de productos animales de buena calidad.
- Alimentos de la estación.
- Productos locales.
- Con ajustes según la salud y tendencias de la persona concreta.
En cuanto a la bebidas, siempre se recomienda agua. Alrededor de 1.5 o 2 litros al día, en forma de agua, zumos o infusiones no diuréticas.
¿REALIZO EJERCICIO FÍSICO? ¿CUÁNTO DESCANSO?
Otra entrada del blog nos habla de la importancia del ejercicio físico para nuestra salud: ¿Por qué actividad física en una vida macrobiótica?
Saber elegir qué tipo de ejercicio es el que más nos conviene y alternarlo con períodos de descanso es fundamental para conservar nuestra salud.
¿CUÁNTAS HORAS DUERMO Y CUÁNTAS ESTOY DESPIERTO?
En consulta advierto frecuentemente que la falta de sueño es una de las principales causas de tener una energía débil. En la mayoría de los casos aparecen las ojeras que, según la medicina china, indica una energía general baja, frecuentemente llamado también energía de riñón baja. Aquí cabe resaltar diferentes aspectos que se agrupan bajo el nombre de higiene del sueño:
- Dejar entre la cena y la hora de acostarse, al menos, 2-3 horas.
- No tomar estimulantes, sobre todo, en la segunda parte del día.
- Acostarse siempre a la misma hora del día.
- Realizar siempre la misma rutina a la hora de dormir. P.ej. me pongo el pijama, me lavo los dientes, la cara, me cepillo el pelo, me relajo en la cama 2 minutos y me duermo.
- Pasar, al menos, 15 minutos al Sol durante el día.
- No dormir siesta.
- Utilizar la cama sólo para dormir o actividad sexual, nada de ver la televisión, leer o visitar internet.
- Procurar que la habitación esté a oscuras y libre de ruidos.
- No ver la televisón/ordenador/móvil, al menos, 2 horas antes de acostarse.
¿EXISTE UN EQUILIBRIO ENTRE LO QUE ENTRA Y LO QUE SALE?
Nuestro cuerpo se mantiene porque constantemente hay un equilibrio entre lo que entra y lo que sale, sea oxígeno, alimentos o bebidas. En cuanto ese flujo de entradas y salidas se detiene pueden acontencer problemas. A nivel de alimentación el problema más frecuente es el estreñimiento, consecuencia de una dieta rica en harinas refinadas, carne, azúcar, productos lácteos y una hidratación deficiente. Para evitar el estreñimiento, asegúrate de estar haciendo lo siguiente:
- Beber, al menos, 1.5 litros de agua al día.
- Tomar alimentos ricos en fibra (p.ej. cereales integrales, verduras de hoja y de raíz, legumbres, etc.).
- Evitar el consumo excesivo de los alimentos citados más arriba.
- Tomar verduras de raíz: nabo, remolacha o zanahoria, incluidas sus hojas.
- Incluir semillas en la dieta, por ejemplo, de lino o sésamo.
- Para remedios específicos puede mirar en la entrada Remedios macrobióticos contra el estreñimiento.
¿CUÁL ES EL ESTADO DE MI MENTE Y MIS EMOCIONES?
En muchas ocasiones el cuerpo sigue a la mente. Al acudir ciertos pensamientos a nuestra cabeza, notamos como el cuerpo empieza a alterarse, sentimos nervios que se convierte en ansiedad. Por ello, para tener un cuerpo sano nuestra cabeza ha de estar bien amueblada. Cientos de estudios demuestran como una mente en calma favorece la recuperación de distintos tipos de enfermedades y constituye un ingrediente importantísimo para una vida sana.
Para la gestión emocional y mental, existen diferentes métodos. Uno que me gusta por su sencillez es el mindfulness. El mindfulness se basa en ser consciente plenamente de lo que nos ocurre. Ese darse cuenta va transformando aquello que reconocemos. Por ejemplo, estoy nervioso, me doy cuenta de que estoy nervioso, y ese “darme cuenta” hace que cada vez esté menos nervioso. El truco es saber mantener ese “darse cuenta”. Para ayudarnos a ello, y en relación a la alimentación, el maestro budista Thich Nhat Hanh tiene un libro estupendo que analizamos en la entrada Macrobiótica vs Alimentación consciente. Puedes visitarla para profundizar en ello.
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En este post hemos dado herramientas para pasar del esquema:
“Estoy malo. ¿Qué tomo para curarme?” [me curo y me olvido]
Al esquema:
“Estoy malo. ¿Cuáles son las condiciones a partir de las cuales ha surgido la enfermedad? ¿Qué remedio específico puedo tomar para paliar los síntomas? ¿Qué condiciones he de cambiar para prevenir estar malo en el futuro?” [me curo, reviso las bases de salud y, si es necesario, las modifico para asegurar más salud en el futuro]
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