Publicado el 4 comentarios

¿Qué diría George Ohsawa de un dulce de Navidad?

Ohsawa y macrobiótica
George Ohsawa                                                  Principal difusor de la macrobiótica en el siglo XX

La alimentación macrobiótica se caracteriza por evitar  el consumo de algunos alimentos, como por ejemplo:

  • Las carnes, especialmente las rojas
  • La leche y los productos lácteos
  • El azúcar y alimentos que la contengan

¿Por qué no tomarlos?

Porque todos estos alimentos pertenecen a un extremo u otro del continuo energético yin-yang, o lo que es lo mismo, energía expansiva-energía contractiva. Comer habitualmente alimentos extremos lleva, tarde o temprano, a desequilibrios que pueden manifestarse a través de nuestro cuerpo o nuestra mente. Además de este motivo encontramos otros adicionales:

CARNE

El consumo habitual de carne se relaciona con enfermedades como el cáncer y los accidentes cardio-vasculares. Contiene gran cantidad de sustancias químicas añadidas para su conservación: nitritos, nitratos y sulfitos. Producción de ácido úrico, cuya presencia se relaciona con dolencias como la artritis, la neuritis y la gota. Genera sustancias tóxicas que pasan a la sangre a medida que permanecen en nuestros intestinos. Post que relaciona el consumo regular de carne con una vida más corta: Menos carne y más vida con macrobiótica.

LECHE Y PRODUCTOS LÁCTEOS

La leche y los alimentos lácteos contienen sustancias químicas derivadas de los medicamentos y hormonas suministradas a los animales, cuyas condiciones en las que viven a menudo son penosas. Es un alimento “diseñado” para otra especie, con una proporción de nutrientes no conveniente para los humanos. Algunas de sus sustancias provocan cada vez más alergias e intolerancias entre la población mundial, por ejemplo, la  caseína y lactosa (para ampliar ver: Macrobiótica sin leche)

AZÚCAR

Y el azúcar tiene una falta absoluta de nutrientes, por ello se dice que los alimentos que la contienen son “calorías vacías”.  Tiene un efecto acidificante en el organismo y nos roba los minerales necesarios para otras funciones vitales del organismo. Su consumo habitual se relaciona con el cáncer, la diabetes y la obesidad. Para más información ir a los posts: Por qué NO-azúcar en macrobiótica y Supera la adicción al azúcar con macrobiótica.

Todos estos datos nos pueden hacer pensar que la persona macrobiótica perfecta evitaría completamente el consumo de azúcar, leche, carne y otros “alimentos prohibidos”, lo que nos puede llevar a un sentimiento de culpa si en algún momento nos damos un “gusto”. ¿Pero es eso verdad? ¿Qué diría Geroge Ohsawa, principal difusor de la macrobiótica en el siglo XX, al vernos tomar un dulce?

Para dar respuesta a esta pregunta os transcribiré un fragmento dictado por Michio Kushi en 1974,  una auténtica pieza de museo:

ESTUDIANTE: ¿Podemos trasnformar la comida de mala calidad?

MICHIO: Si comemos una pequeña cantidad, sí. Si masticamos muy bien, sí. Incluso chocolate o helado, si lo masticamos muy bien y sólo comes una pequeña cantidad, de vez en cuando… entonces está bien.

A menudo George Ohsawa, después de sus clases, acudía a una cafetería… Él y yo [Michio Kushi] nos sentabamos juntos. Yo nunca pedía primero. Esperaba para ver qué pedía él. Él pedía, por ejemplo, tarta de queso. Entonces, yo pedía tarta de queso. Era una manera de evitar su ataque. Entonces él empezaba a comer con una gran sonrisa, comentando lo buena que estaba la tarta. Y me miraba y decía: “Michio, estás comiendo demasiado yin”.  Y yo pensaba: “¿Pero… si es la misma tarta de queso? ¿Y aún así yo estoy comiendo muy yin y él no? No lo entiendo”. Pero él estaba hablando sobre la forma de comer.  ¿Mastiqué la tarta de queso 100 veces? No, no lo hice, pero él sí. Esa es la diferencia.

El que hayan alimentos nada recomendados en macrobiótica no quiere decir que no los comamos nunca o que nos obsesionemos y les hagamos la cruz como si de vampiros se tratasen. Una dieta macrobiótica es una dieta flexible, donde consumimos alimentos centrales a diario (cereales en grano, legumbres, verduras, semillas, etc.) y hacemos breves incursiones en otros más extremos (pescado, carne, lácteos, dulces, etc.). De esta manera, se respetan varias áreas de nuestra vida al mismo tiempo y se consigue un equilibrio global aún mayor.

Publicado el 4 comentarios
Publicado el Deja un comentario

Reglas de Michael Pollan…¡Ampliadas!

Hace unos días El País publicó en su versión digital un artículo titulado “Coma con el cerebro”. En él podíamos leer 7 reglas propuestas por Michael Pollan, un escritor estadounidense archiconocido por su labor para mejorar la alimentación actual. Este experto es una referencia de la familia Obama, la cual sigue muchas de sus recomendaciones.

En el post de hoy a citaremos las 7 reglas que  Michael Pollan nos propone, pero no sólo eso, sino que les añadiremos notas y comentarios venidos desde la macrobiótica que las harán aún más valiosas.  Para quien esté interesado en el artículo original de El País, le remito al enlace del final del post.

1. NO COMA NADA QUE NO SE PUDRA

Con esta primera regla Michael Pollan dirige nuestra atención hacia la gran cantidad de artículos alimentarios que contienen tanta química que se comportan más como un objeto inanimado que como un alimento vivo. ¿Cómo respondería nuestro cuerpo si nos alimentásemos de piedras, plástico o papel? Nuestro cuerpo es algo temporal y necesita de cosas temporales para poder seguir vivo. No es la permanencia, los objetos que durarán siglos y siglos, lo que nos hacen durar más, sino aquello que antes desaparece, los alimentos más frescos y perecederos. ¿No es eso una paradoja?

Sin embargo, alguien podría decir: “Pero la macrobiótica recomienda consumir una gran cantidad de cereales en grano y de legumbres, y eso son alimentos que por naturaleza tardan mucho en pudrirse. ¿Cómo encaja esto con la regla nº 1 de Michael Pollan?”  En este caso me gusta pensar que la naturaleza se nos adelantó e inventó hace miles de años los conservantes. De esta forma, las semillas podrían permanecer fértiles hasta que las condiciones idóneas apareciesen. Una vez que la semilla germina, se convierte en un alimento perecedero. Es esto lo que conseguimos al poner a remojo los cereales en grano y las legumbres 6-8 horas antes de cocinarlas.

Hace ya muchos meses publicamos el caso de la hamburguesa biónica, una hamburguesa que duraba años sin inmutarse. Si te gustaría ver un vídeo y descubrir qué pasó con ella ve al post “Hamburguesa biónica, la anti-macrobiótica

2. COMPRE EN LAS PAREDES DE LOS SUPERMERCADOS, NO EN LOS PASILLOS

“Álejate de los alimentos procesados” es lo que quiere decir el autor con esta regla. En los supermercados los alimentos que hay que reponer con más frecuencia suelen ponerse en las paredes (más fáciles de acceder), mientras que los alimentos que duran más, están en los pasillos.

Desde la macrobiótica se ve de forma clara la necesidad de consumir productos frescos, pero al mismo tiempo se intenta avanzar en la cuestión. ¿Qué alimentos frescos? ¿Todos? ¿Existen algunos mejores que otros? De forma resumida y didáctica podemos sugerir lo siguiente:

Alimentos frescos a reducir y/o evitar

  • Leche y productos lácteos
  • Carnes (sobre todo roja)
  • Embutidos
  • Fruta de otros climas

Alimentos frescos recomendados para consumo frecuente

  • Verduras
  • Frutas (las locales y de temporada)
  • Pescado
  • Huevos (según la versión de macrobiótica que adoptemos se recomiendan tomar más o menos)

3. EVITE LAS COSAS QUE SU ABUELA NO ENTENDERÍA COMO COMIDA

La macrobiótica es recuperar aquello que hemos perdido por el camino y que necesitamos para seguir avanzando. Nuestras abuelas sabían como alimentarse de la tierra, entendida esta como los alimentos tal y como nos los da el planeta. En muchas ocasiones se consumían tal cual, mientras que en otras existían medios para procesarlos respetuosos con nuestra salud (p.ej. encurtidos, masa madre para hacer pan, etc).

Hoy en día, los jóvenes no saben como alimentarse de la tierra. Existe una desconexión en medio de la cual se encuentra la industria alimentaria, en palabras sencillas: el supermercado de la esquina. Como seres humanos necesitamos estar conectados con la tierra y una de las principales formas es mediante la comida. Seguir el criterio de nuestra abuela o bisabuela es acercarnos a nuestra naturaleza.

4.  COMA SÓLO ANIMALES QUE HAYAN COMIDO BIEN

En las tablas de composición de alimentos no aparecen todos los componentes del filete de carne que hay enfrente suya. Tampoco los de la leche, y en muchas ocasiones los del pescado. Lo que comen los animales nos llega, queramos o no. A este respecto, la investigadora Jane Plant, persona que se recuperó del cáncer de mama tras eliminar de su dieta los lácteos, dice:

Si siempre has pensado que la leche es un compuesto puro, blanco e inerte, lleno de vitaminas, minerales y otros productos beneficiosos para nuestro cuerpo, tal vez te cueste imaginarla de esta otra forma: una fuente concentrada de mensajeros químicos, cada uno de los cuales desempeña una misión concreta para favorecer el crecimiento y desarrollo del bebé.

Desde la macrobiótica no sólo se contempla la dimensión nutricional de los alimentos, sino también la energética. Por ello, el estado en el que se críe un animal que vayamos a consumir también nos afecta. Las granjas actuales mantienen muchas veces a los animales en condiciones deprimentes. Estamos consumiendo animales enfermos.

5. CUÁNTO MÁS BLANCO SEA EL PAN, MÁS JOVEN MORIRÁ USTED

Los alimentos refinados son alimentos descompensados que llevan a nuestro organismo a más desequilibrio. Las harinas blancas están desprovistas de fibra que nos sacia y facilita el tránsito intestinal. Su presencia en la dieta está relacionada con una menor aparición de la diabetes y con menores tasas de obesidad.

El pan blanco tiene el mismo comportamiento en el organismo que el azúcar, cuyos efectos hemos tratado ya ampliamente en otros posts: Por qué NO-azúcar en macrobiótica y Supera la adicción al azúcar con macrobiótica.

Desde la macrobiótica se recomienda una dieta basada  en alimentos vegetales integrales, lo que incluye:

  • Cereales integrales en grano
  • Legumbres
  • Verduras
  • Frutas
  • Frutos secos
  • Semillas
  • Algas

6. COMA PLANTAS, SOBRE TODO SI TIENEN HOJAS

Esta regla enlaza con el último párrafo. Los científicos actuales dicen: “Si tuviesemos que definir en pocas palabras cuál sería la dieta más saludable, sería esta: una dieta basada en plantas y alimentos integrales”.

¿Por qué la importancia de las verduras con hojas?

Porque con las verduras de hoja conseguimos equilibrar la gran cantidad de alimentos concentrados que están presentes en la dieta convencional. Las verduras de hoja compensan este desequilibrio sin las desventajas de otros alimentos yin o expansivos como los edulcorantes, el azúcar o los refrescos. Al mismo tiempo, y desde el punto de vista nutricional, las hojas nos aportan la clorofila, elemento que se han comprobado de especial importancia para la prevención de enfermedades.

7. NO COMPRE COMIDA QUE SE LLAME IGUAL EN TODO EL MUNDO

Última regla con la que Michael Pollan nos advierte sobre ese tipo de alimentos de reciente creación, que se distribuyen a nivel mundial. Los menús de conocidas cadenas de comida rápida, refrescos, patatas fritas, etc. Alimentos que no tienen para nosotros ningún mensaje. No nos ayudan a adaptarnos a nuestro medio, como lo hacen los alimentos locales y de temporada, ni contienen cantidades importantes de nutrientes, ni tampoco la frescura de lo recién cosechado, sino numerosos aditivos químicos que les permiten “viajar” por todo el mundo. Nuestras abuelas lo considerarían golosinas, comida de mentira para tomar muy de vez en cuando.

Fuentes:

  • Plant, Jane (2001). Tu Vida en Tus Manos. Barcelona: RBA libros
  • Artículo del periódico El País (19 noviembre 2013): Coma con el cerebro, por Tom C. Avendaño
Publicado el Deja un comentario
Publicado el 6 comentarios

Lo que Harold McGee nos cuenta sobre las legumbres

Las legumbres siempre estarán en el corazón del famoso químico culinario Harold McGee. Por ellas ha dedicado su vida a la ciencia de la cocina.

Hace más de 30 años, un amigo preguntó en voz alta porque las legumbres le daban tantos gases, algo que le impedía disfrutar de una de sus pasiones: arroz con alubias rojas. La pregunta fue tan buena y divertida -cuenta Harold- que tuvo que ir inmediatamente a la biblioteca en busca de una respuesta. Allí descubrió que la mayor parte de la información provenía de un estudio que la NASA había realizado, pues los gases podían comprometer la calidad del aire de las cápsulas espaciales. A partir de ese momento, quedó prendado de la combinación “química+cocina”.

Harold McGee nos aporta conocimientos fundamentales y generales. No son recetas, ni un estilo específico, sino lo que la ciencia nos enseña acerca de la alimentación. En la entrada de hoy quisiera compartir con vosotros lo que este autor nos cuenta sobre las legumbres, parte importante de la cocina macrobiótica.

MEDIDAS DE HIGIENE Y SEGURIDAD

  • Las legumbres se conservan perfectamente en seco, al igual que los cereales, pero una vez que se han cocinado pueden acoger gran cantidad de bacterias. Para evitarlo no mantener legumbres cocidas a temperatura ambiente más de 4 horas. Mantenerlas a 55ºC o superior, o bien refrigerarlas.
  • Si las las preparas para un plato que has de llevarte fuera de casa, como por ejemplo, una ensalada con legumbres, añádele un  ácido (unas gotas de limón o vinagre podría bastar) ello inhibirá el crecimiento bacteriano. Si se te olvida un plato durante toda la noche, al día siguiente tíralo porque ha desarrollado toxinas resistentes al calor.
  • El consumo de habas puede hacer que algunas personas enfermen: favismo. Vigila que no sea tu caso.

PARA REDUCIR LOS GASES

Para reducir el gas intestinal que producen las legumbres se nos recomienda:

  • Elegir cuidadosamente el tipo de legumbres. Los garbanzos, la alubias negras y las lentejas contienen menos sustancias difíciles de digerir que la soja o las alubias blancas.
  • Poner las legumbres a remojo toda la noche con bastante agua.
  • Si no te acuerdas de ponerlas toda la noche a remojo, puedes probar con esto: Pon las legumbres en agua abundante a temperatura ambiente, enciende el fuego y cuando empiece a hervir para el fuego, tápalas y déjalas reposar durante 1 hora. Después tira el agua y cocinarlas como de costumbre.
  • Para saber más y reducir los gases que nos provocan las legumbres, puedes visitar los comentarios de la entrada Dieta macrobiótica sin gases; encontrarás 10 consejos que te ayudarán.

QUÉ SABER A LA HORA DE COMPRAR LEGUMBRES

  • Intenta comprar las legumbres más recientes. Mira los paquetes y evita aquellos donde veas legumbres rotas o descoloridas. Las legumbres antiguas, cultivadas en un clima caluroso y seco, o almacenadas durante mucho tiempo pueden desarrollar el defecto  “duro-de-cocinar” que convierte a las legumbres en imposibles de ablandar, aunque las tengamos en la olla 3 ó 4 horas.  No tiene remedio, hay que encontrar otra marca.
lentejas en macrobiotica
Revisa el paquete y asegúrate que no hay legumbres rotas o descoloridas
  •  Guárdalas en un sitio seco, frío y oscuro. El calor y la humedad puede causar también el defecto “duro-de-cocinar” y hacer que se echen a perder.
  • Intenta comprar legumbres de buena calidad. Aunque son más caras pero comparándolo con otras compras (pescado, carne, vino, etc.) suele salir bien.
  • Las legumbres en botes son muy prácticas pero no suelen saber tan bien como las frescas. Las legumbres en conserva han estado calentadas a altas temperaturas, pueden haber perdido sabor y cualidades nutritivas. Elige las marcas con menos aditivos y menos cantidad de sal. Si aún así las encuentras muy saladas, puedes enjuagarlas y tenerlas durante 1 ó 2 horas en remojo con agua caliente.
garbanzos y macrobiotica
Para que nuestra cocina macrobiótica no pierda calidad, úsalos en los momentos justos ¡Qué no te venza la comodidad!

 LO BÁSICO PARA COCINAR LEGUMBRES

Las legumbres se cocinan de forma muy simple: se lavan, se ponen a remojo, se colocan en una olla con agua y otros ingredientes y se cuece hasta que estén blandas.

Para que las legumbres queden blandas hay que tener en cuenta:

  • Ponerlas a remojo la noche anterior con agua. Se puede añadir 10 gramos de sal por litro de agua.
  • La sal no endurece las legumbres o dificulta que se ablanden, pero sí puede enlentecer su cocinado. Si la sal la añadimos al agua del remojo, acelera su cocinado. Si la añadimos al agua con que las cocinamos, sin haberlas puesto a remojo, enlentecerá la absorción de agua de la legumbre y esta tardará algo más en estar en su punto. Este tema es  importante ya que en macrobiótica tradicional se insiste en no añadir sal al agua para que las legumbres no se endurezcan.
  • El agua dura (alta en calcio) dificulta que las legumbres se ablanden. Prueba con agua mineral.
  • Elige una olla lo suficientemente amplia como para que las legumbres puedan disponerse en una fina capa, así se calientan todas por igual.
  • Añade el agua suficiente para que la absorban las legumbres y aún quede una poca en la que queden sumergidas. Como referencia: Para legumbres sin remojar la proporción es 2 de agua por 1 de legumbres. Para las legumbres que ya han sido remojadas: 1 de agua por 1 de legumbres.
  • Para preservar el color en las legumbres negras y rojas, no pongas demasiada agua. Empieza cubriendo apenas las legumbres y ve añadiendo agua caliente cuando lo necesite.
  • Para evitar que se destrocen: ponerlas a remojo, llevarlas a ebullición progresivamente y no hervirlas demasiado rápido. Una vez cocinadas, dejarlas enfriar un poco y que se asolen con el resto del líquido

Los conocimientos que he aprendido de McGee no los he encontrado en ningún curso de macrobiótica, y sin embargo, son fundamentales para una buena cocina. ¡Enriquece con ellos tu macrobiótica!

 

Publicado el 6 comentarios
Publicado el Deja un comentario

Los pilares de una vida macrobiótica

Algunas cosas de las que hacemos a lo largo del día condicionan los contenidos de nuestra experiencia. Hace unos días advertí que si me aseguraba de realizar dos o tres cosas específicas al día, todo lo demás iba a ir mejor. ¿Qué cosas eran esas?

1. DORMIR

Me dí cuenta que si dormía cada día 8 horas, mi estado de ánimo era mejor, mi concentración y lucidez me permitían desempeñar mi trabajo con más eficacia, mi cuerpo llegaba recuperado a la siguiente sesión de entrenamiento. En el inicio del día, es decir, los primeros instantes después de abrir los ojos, llegaban sensaciones de bienestar, generales y difíciles de verbalizar. Estas sensaciones las recuerdo de la infancia y ahora han vuelto.

2. HACER EJERCICIO

El hacer ejercicio, en mi caso musculación, me estabiliza el ánimo, me permite estar más horas en la mesa de estudio, me abre el apetito, mi digestión mejora, incluso en los momentos de fatiga existe bienestar, el bienestar del cuerpo cansado al que se le permite descansar. Mediante el ejercicio físico entreno mi voluntad, pues cada repetición, cada serie, cada ejercicio supone tener que contestar a una pregunta: ¿A dónde quieres llegar?

3. CUIDAR LA DIETA

Cuando cuido mi alimentación existe más equilibrio y estabilidad en muchas otras áreas: en las relaciones personales, en mi humor, en mis pensamientos y emociones, en mi organismo. Para mi, cuidar la dieta significa comer cereales, verduras, legumbres… aquellas recomendaciones generales de la macrobiótica más algunos ajustes de mi caso particular.

¿Cuándo descuido mi alimentación?

  • Cuando por trabajo o falta de organización me salto comidas.
  • Cuando tomo azúcar refinado en dulces u otros alimentos.
  • Cuando me dejo llevar por un apetito voraz.
  • Cuando intento compensar emociones negativas con la comida; comiendo demasiado, rápido o sin masticar correctamente.
  • Cuando ceno muy tarde.
  • Cuando por prisas no me preparo un tentempié para pasar la mañana o la tarde y no como nada o cojo lo primero que pillo.
  • Cuando por distracciones no bebo lo que debo.

Al darme cuenta de que estas practicas han permitido cambios en los demás contenidos de mi vida me he concentrado en hacerlas bien. Ya no tengo que preocuparme por un montón de cosas, basta con centrarme en tres: dormir, hacer ejercicio y cuidar lo que como. Estas tres cosas permiten que exista paz, un buen estado de ánimo, sensaciones de bienestar, concentración y lucidez. A medida que vaya dominando estas 3 áreas, mi atención podrá dirigirse a otras áreas que aporten aún más equilibrio. Algunas de las que se me ocurren podrían ser: meditar, pasar más tiempo con la gente a la que quiero, pasear por el parque, la playa o la montaña, escribir un diario…

¿Cuáles son los pilares de tu vida?

Publicado el Deja un comentario
Publicado el 2 comentarios

Lecciones de “El Estudio de China” para perder peso

Bill Clinton come macrobiótica
“¿Qué dieta está siguiendo?” le preguntaron a Bill Clinton tras una pérdida de peso importante. “Vivo básicamente de legumbres, cereales, verduras, fruta y evito los lácteos”

En una entrevista reciente en la CNN al ex-presidente de los EEUU Bill Clinton, este abordó la cuestión de los rumores acerca de su dramática pérdida de peso y el cambio en sus hábitos alimenticios. Cuando se le preguntó sobre qué tipo de dieta estaba siguiendo, respondió: “La respuesta más corta es que estoy siguiendo una dieta basada en plantas. Vivo básicamente de legumbres, cereales, verduras, fruta y evito los lácteos”.

¿PUEDO PERDER PESO CON UNA DIETA BASADA EN PLANTAS?

En el Estudio de China, el Dr. Colin Campbell responde de forma rotunda a esta pregunta:

La solución a la pérdida de peso es una dieta basada en plantas y en alimentos integrales, unida a una cantidad razonable de ejercicio físico. Esto supone un cambio a largo plazo del estilo de vida, mas que una solución de moda, y ello puede proporcionar una perdida de peso duradera mientras que minimiza el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.

Numerosos estudios científicos confirman la cita de Campbell:

  • Estudio de Shintani, Hughes, Beckham y cols. publicado en American Journal of Clinical Nutrition 53 (1991). Personas con sobrepeso podían comer todo lo que quisieran de alimentos bajos en grasa, integrales y basados en  plantas. En 3 semanas perdieron una media de 6 kilogramos.
  • Estudio de Barnard R.J. publicado en Archives of International Medicine nº151 (1991).En el Centro Pritikin -centro que aplican la nutrición y el ejercicio para la prevención de enfermedades cardiovasculares- 4500 personas que estaban asistiendo a su programa de 3 semanas obtuvieron resultados similares a los del estudio anterior. A través de una dieta en su mayor parte basada en plantas y realizando ejercicio físico, el centro encontró que sus clientes perdían un 5.5% de su peso.
  • Nicholson, Sklar, Barnard y cols. publicado en Prevention Medicine nº29 (1999). En este estudio personas con diabetes son puestas bajo una dieta basada en plantas baja en grasa y logran perder una media de 6 kgrs. en 12 semanas.
  • Ornish, Scherwitz, Billings y cols. publicado en JAMA (The Journal of the America Medical Association) nº 280 (1998). Personas puestas bajo una dieta basada en plantas con el objetivo de  prevenir enfermedades cardíacas, pierden una media de 9 kgrs.después del primer año.

Estos estudios demuestran que una dieta basada en plantas nos ayuda a perder peso.

¿EN QUÉ CONSISTE UNA DIETA BASADA EN PLANTAS?

Por “plantas” entendemos:

  • Cereales
  • Legumbres
  • Verduras
  • Frutas
  • Semillas
  • Frutos secos
  • Algas

Y “basada” quiere decir que la mayor parte de la dieta está compuesta por los alimentos anteriores, pero estos no son los únicos que se incluyen. En la dieta también puede figurar pequeñas cantidades de productos animales como huevos, carne, pescado, etc.

¿POR QUÉ PUEDE QUE NO FUNCIONE LA DIETA BASADA EN PLANTAS?

La macrobiótica tal y como la entendemos en este blog, se puede considerar una dieta basada en plantas. Por esta razón hemos de señalar su utilidad si tu objetivo es perder peso. Pero antes de iniciar una dieta de estas características hemos de advertir tres aspectos que pueden anular sus efectos adelgazantes. Estos aspectos son:

  1. La ingestión de carbohidratos refinados, como por ejemplo: dulces, galletas, pastas y harinas blancas, etc. Los alimentos refinados son ricos en azúcares y almidón, en ocasiones también en grasas (galletas, bollería), lo que contribuye al aumento de peso Además el azúcar produce otros efectos adicionales que dificultan la pérdida de peso (ver la entrada “Supera la adicción al azúcar con macrobiótica“). Aunque alguien sea estrictamente vegetariano, si consume este tipo de alimentos refinados tendrá problemas para perder peso.
  2. La falta de ejercicio físico. El no practicar ejercicio físico de forma regular contribuye notablemente al aumento de peso y en consecuencia a la dificultad de perderlo cuando ponemos medidas para ello, como por ejemplo una dieta basada en plantas.
  3. Predisposión genética a tener sobrepeso. En estos casos se recomienda ser muy riguroso en la dieta y en el régimen de ejercicio físico.

Por último el Dr. Campbell recomienda que para perder peso se realicen cambios en la dieta y el estilo de vida de forma que se puedan mantener a largo plazo. Las dietas “rápidas” y famosas en muchas ocasiones acarrean problemas de salud: alteraciones renales o hepáticas, complicaciones cardíacas, cáncer, problemas óseos y otros. Considerar la pérdida de peso como una carrera no funciona; sólo hace que la persona que se pone a dieta tenga más prisa para terminarla y volver a los hábitos alimenticios que la puso en la necesidad de perder peso.

Si te interesado/a en perder peso a través de una alimentación macrobiótica puedes visitar también los posts:

Publicado el 2 comentarios