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Estrategias para aumentar la salud con macrobiótica

dieta macrobiótica y salud
Una alimentación macrobiótica nos ayuda a recuperar la salud

¿Qué comer cuando uno padece una alteración de la salud? En muchos casos dependerá del tipo de enfermedad. Por ejemplo, si alguien padece diabetes entonces se evitarán los dulces, los productos refinados… y se aumentará el consumo de productos integrales, frutas y verduras. En otros casos la enfermedad que padecemos no recomienda un régimen alimenticio particular. ¿Qué comer en esos casos? Esa es la pregunta a la que intenta responder esta entrada.

En la entrada “Una dieta macrobiótica para superar la enfermedad” describíamos los tantos por cien recomendados de cada tipo de alimento (cereales, verduras, legumbres, etc.) para diseñar una dieta macrobiótica cuyo objetivo fuese el superar una enfermedad. Aquí seremos más específicos, dando una serie de recomendaciones. Para ello nos dejamos aconsejar por Verne Varona, consultor macrobiótico de reconocido prestigio internacional.

  1. Consume cereal en grano, al menos 2 veces al día. En la macrobiótica tradicional el cereal más usado es el arroz integral. Puedes utilizarlo como cereal más frecuente y combinarlo o alternarlo con otros cereales como el mijo o la cebada. Para ver recetas con estos cereales puedes visitar las entradas Recetas macrobióticas con cereales (1), Recetas macrobióticas con cereales (2), Recetas macrobióticas con cereales (3)
  2. Toma verdura preparada con diferentes estilos: al vapor, en sopa, salteada en aceite o en agua o cruda. Incluye sobre todo las verduras dulces como cebollas, zanahorias, calabaza, col, maiz, etc. Estas verduras ayudará a reducir los deseos de dulce y relaja en caso de nervios.
  3. Usa de 1 a 2 cucharadias de aceite diariamente. Recordar que esta cantidad es para dietas destinadas a la recuperación de una enfermedad o estado de salud delicado. Si se goza de buena salud las cantidades aumentan. Puedes utilizar el aceite en ensaldas o para saltear cereales, verduras o legumbres. El aceite de oliva virgen extra o el aceite de sésamo pueden ser una buena opción.
  4. Consume una fuente concentrada en proteínas como legumbres o productos derivados de las mismas (tofu, tempeh). En verano una fórmula que funciona son las legumbres en ensalada. Se pueden utilizar para preparar patés o bien añadir una pequeña cantidad en sopas.
  5. Prueba las algas. Para la mayoría de la gente las algas son algo nuevo que la macrobiótica está introduciendo en nuestra sociedad, atrévete a experimentar con ellas o simplemente añade una pequeña cantidad (del tamaño de un sello) cuando vayas a cocer tus cereales o legumbres, así aportará minerales al agua de cocción.
  6. Procura que los platos sean variados en cuanto a sabores y métodos de preparación. La cocina debe serguir siendo divertida a pesar de estar delicados de salud.
  7. Sigue utilizando la sal, pero no la refinada sino la sal sin refinar que aporta una cantidad importante de minerales que ayuda a alcalinizar los alimentos.
  8. Come de cuatro a seis veces al día, así reducirás las probabilidades de comer demasiado. Eso sí,  no te hinches las cuatro/seis veces que te sientes a comer, sino toma pequeñas cantidades. De este modo también se reducen las ganas de tomar dulce.
  9. Disfruta de un té, infusión o café de cereales después de cada comida, así mejorará tu digestión y el cuerpo aprenderá que ha llegado el final de la comida.
  10. Come una pequeña cantidad de alimentos fermentados cada día. Los alimentos fermentados como el chucrut o los encurtidos (pickles) mejoran la actividad de las bacterias intestinales encargadas de digerir los alimentos. El miso es otro alimento que cumple la misma función. Puedes utilizarlo en la elaboración de sopas. Para ver recetas de sopas con miso ir a las entradas Recetas con sopas macrobióticas (1)Recetas con sopas macrobióticas (2)

Con estos diez puntos nos queda más claro qué hacer en la cocina cuando nuestra salud flaquea. En caso de necesitar instrucciones más específicas ya recurriríamos a los servicios de un consultor macrobiótico.

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Macrobiótica sin aspartamo

Macrobiótica sin aspartamo y otros edulcorantes
Aprende los peligros de los edulcorantes artificiales y las alternativas que te ofrece la macrobiótica

Desde este blog hemos mencionado en varias ocasiones los inconveninentes de tomar azúcar y porqué hemos de evitarla para llevar una alimentación macrobiótica (ver la entrada: Por qué no azúcar en macrobiótica). En esta ocasión nos gustaría resaltar los peligros de una dieta con productos “sin azúcar” que contienen aspartamo como sustituto. Para ello utilizaremos el libro de Jean-Luc Darrigol titulado “El aspartamo y otros edulcorantes“.

El libro es un texto breve y que va al grano acerca de los peligros que representan los edulcorantes artificiales, especialmente el aspartamo. El propósito del libro, como el autor escribe en la introducción, es informar sobre los numerosos motivos que nos recomiendan leer cuidadosamente las etiquetas de lo que comemos y abstenerse de consumir productos edulcorados, ya que sus perjuicios sobre la salud son innumerables. Del aspartamo se han identificado 92 efectos perjudiciales. Estos son algunos ejemplos:

  • Fatiga general
  • Insomnio
  • Depresión
  • Migraña
  • Alteraciones cognitivas
  • Pérdida de memoria
  • Dificultades en el habla
  • Falta de concentración
  • Alteraciones emocionales
  • Irritabilidad
  • Agresividad
  • Cambios de humor repentinos
  • Miedos irracionales

¿QUÉ ES EL ASPARTAMO?

El aspartamo, también conocido como E951, es un edulcorante artificial que al ser digerido da como resultado 3 sustancias: fenilalanina, ácido aspártico y metanol.

(1) La fenilalanina constituye un 50% de la masa de los tres elementos. Es un aminoácido que también está presente en la carne, el pescado la leche, los huevos y otros productos. Es importante para un correcto funcionamiento del sistema nervioso, pero una cantidad excesiva de fenilalanina se vuelve tóxica, llegando a provocar tumores cerebrales.

(2) El ácido aspártico representa un 40% de la masa de los tres elementos. También es un aminoácido y también es importante para el buen funcionamiento del sistema nervioso, ya que facilita la transmisión entre neuronas. Pero un exceso de esta sustancia altera el proceso de transmisión nerviosa, pudiendo llegar a destruir poco a poco las neuronas si el consumo masivo se prolonga.

(3) El metanol representa un 10% . Al ser absorbido se descompone en 3 elementos: (a) Formaldehído: se considera formalmente como cancerígeno; (b) Ácido fórmico: desencadena una acidosis nociva en el organismo; (c) Dióxido de carbono.

¿DÓNDE PODEMOS ENCONTRARLO?

Para responder a esta pregunta decidí realizar una investigación personal. Me adentré en uno de los supermercados cercanos a casa y fui a la busca y captura de productos con aspartamo. He de decir que me esparaba encontrar más. No habían tantos como pesaba, creo que estaba condicionado por la lectura del libro y otras fuentes de información que consulté. “Bueno, la cosa no está tan mal como se pinta” pensé. Aún así es importante saber cuáles son esos productos y evitar su consumo. Ahí va:

productos con aspartamo , no macrobiótica
Fotografías resultado de mi investigación (1ª parte): productos con aspartamo, no recomendables en una alimentación macrobiótica
Fotografías resultado de mi investigación (2ªparte): productos con aspartamo, edulcorante a evitar en una alimentación macrobiótica

ALTERNATIVAS

Para finalizar la entrada me gustaría enumerar algunas alternativas que se nombran en el libro de Jean-Luc Darrigol, “El aspartamo y otros edulcorantes”. Para el autor estas serían las alternativas más saludables:

  • Stevia
  • Inulina
  • Jarabe de arce
  • Miel
  • Fructosa
  • Maná

Desde la macrobiótica tradicional cabe incorporar la melaza de arroz y la melaza de cebada, ambas provienen de la fermentación del arroz y la cebada respectivamente. Otras alternativas a tener en cuenta podrían ser el concentrado de manzana y los frutos secos como orejones y pasas que al triturarlos endulzan la receta que estemos preparando con ellos.

 

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Fibromialgia y alimentación, testimonio de Marta

Ayer fui a visitar a una amiga, y para mi sorpresa me la encuentro tumbada boca abajo y sin apenas moverse. “¿Qué te pasa?” Le pregunté. “Me sentó mal el alioli. Estoy fatal”. Más tarde, cuando ya podía mantener una conversación normal, los dos reconocimos la influencia de lo que comemos en cómo nos sentimos.

¿Y si ese ejemplo con el alioli se trasladase a un grupo de alimentos que hemos tomado desde pequeños, sin la oportunidad de poder comparar con ninguna otra forma de sentirnos? ¡Pensaríamos que somos eso que hemos sentido desde siempre! ¿Y si buscasemos la solución a nuestros males en otras direcciones, simplemente porque no a todo el mundo le sienta igual de mal lo que comemos? Entonces, estaríamos condenados a seguir enfermos y deprimidos, convencidos de que la vida es sólo eso.

Hace dos meses publiqué una entrada –Macrobiótica para la fibromialgia– en la que comentaba el libro titulado “Manual de Fibromialgia. Basado en la recuperación de Marta”, escrito por Vicente Estupiñá y Maribel Ortells, padres de Marta, una niña que con 12 años fue diagnósticada de fibromialgia. Marta sufrió desde pequeña dolores en los pies, en las rodillas, casancio extremo, contracturas musculares, ruturas fibrilares… y otros síntomas que los médicos no lograban contrarrestar. Gracias a la inquietud de sus padres, que se pusieron a investigar por su cuenta, dieron con la pieza clave, el punto crítico que le daba la vuelta a todo el sistema: la alimentación.

Nueve años después Marta nos habla sobre su recuperación. Se trata de un vídeo de pocos minutos, pero suficientes para poder transmitir con fuerza su mensaje. Los médicos le dijeron que no iba a poder llevar una vida normal, y sin embargo, a través de cambios en la alimentación, ahora está haciendo realidad sus sueños.

Para colgar el vídeo en Macrobiótica Mediterránea, le pedimos permiso a Maribel Ortells, que tras la recuperación de Marta se formó en Nutrición y ahora comparte lo aprendido a través de su página web. Pincha en el siguiente enlace para visitarla:

Manual de Fibromialgia

En la página de Maribel podrás encontrar información acerca de la fibromialgia y cómo tratar esta mediante la alimentación. También podéis tener acceso a una serie de boletines que se escriben regularmente y preguntar a Maribel  vuestras dudas.

¿Qué tiene que ver la macrobiótica con la recuperación de Marta?

Para recuperarse Marta cambió de dieta, introduciendo alimentos más naturales y sin procesar como los cereales, las legumbres, las verduras, semillas, algas, etc. Al mismo tiempo evitó los alimentos precocinados, los aditivos, el azúcar, los productos refinados, etc. Todos estos cambios coninciden con la propuesta macrobiótica. Más allá de los nombres y etiquetas hemos de reconocer la verdad que se esconde tras ellas, y llame y como se le llame, una alimentación basada en cereales, verduras y legumbres, trae en la mayoría de los casos consecuencias positivas para la salud.

Lo que nos ocurre una vez puede estar ocurriendo desde siempre, y por ese mismo motivo -está ocurriendo siempre- no nos damos cuenta de que ocurre. No solamente el alioli puede sentarnos mal, pueden ser muchas más cosas. Y puede que esas cosas no den síntomas tan claros como le ocurrió a mi amiga, que tuvo que acostarse. Puede que sean molestias ligeras o aturdimiento o falta de energía. Ser capaz de ver lo que nos rodea es el primer paso para ser libres.

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Cosas de Ferran Adriá para nuestra cocina macrobiótica (3)

ferran adria y macrobiótica
Aprendemos de los grandes cocineros para enriquecer la macrobiótica

Para terminar con la serie de entradas dedicadas al libro “La comida de la familia”, de Ferran Adriá, voy a mostraros dos recetas incluidas en el libro. Así ampliamos nuestro repertorio de recetas macrobióticas.

La primera de ellas es una receta para cocinar noodles (tipo de pasta oriental similar a los espagueti). La segunda es una sopa de miso preparada de forma distinta al que habitualmente utilizamos en macrobiótica.

NOODLES

Ingredientes para 2 personas:

  • Panceta de cerdo 80g [lo sustituimos por seitán  80g]
  • Cebolla tierna pequeña  1 unidad
  • Brotes de soja  1 cucharada
  • Jengibre fresco [en Elche ya se puede encontrar en las verdurerías de barrio]
  • Noodles  120g [si los encontramos podemos utilizar la pasta que conocemos]
  • Para la salsa: Aceite de sésamo 1 cucharada, salsa de ostras 3 cdas., vino chino shaoxin 3cdas.
  • Shoyu o tamari 1 cucharada
  • Pimienta negra o especias sichimi togarashi
  • Shitake seco 6 unidades
  • Aceite de oliva
  • Sal

Elaboración:

(1) Poner a remojo los shitake. Podéis poner un plato encima para que se sumerjan, ya que flotan; (2) Mezclar en un bol el shoyu, el aceite de sésamo, la salsa de ostras y el vino chino; (3) Cocer los noodles siguiendo las instrucciones del paquete; (4) Cortar el seitán y saltearlo con el aceite de oliva, incorporar la cebolla, el jengibre picado, el shitake cortado a tiras finas. Dorar; (5) Añadir a la sartén los brotes de soja y los noodles ya escurridos. Saltear 5 minutos y al final añadir la salsa. Añadir pimienta al gusto o especias sichimi togarashi

Comentarios sobre a receta:

  1. Los shiitake podéis encontrarlos en tiendas de productos chinos, o bien en herboristerías, pero en estas últimas resultan bastantes caros porque son de muy buena calidad (mejor utilizarlos para remedios terapeúticos). Para la receta intentar encontrarlos en supermercados chinos. Tienen un sabor fuerte y su presencia en el plato es importante.
  2. El aceite de sésamo le da un aroma especial, pero no es imprescindible para la receta. Podemos sustituirlo por aceite de oliva virgen extra.
  3. Los ingredientes para la salsa pueden ser difíciles de encontrar, por ello podemos hacerla únicamente con el shoyu y el aceite de sésamo, también saldrá bueno. Ideal podría ir el aceite de sésamo tostado, muy utilizado en la la macrobiótica que aprendí en Estados Unidos.

SOPA DE MISO CON CHIRLAS

Ingredientes para 2 personas:

  •  Chirlas 30 unidades
  • Tofu  200g
  • Dashi en polvo 1/2 cucharadita
  • Miso rojo  2 cucharadas
  • Agua   425ml

Elaboración:

(1) Ponemos el agua en la olla con el dashi y el miso rojo, y trituramos con la batidora; (2) Cuando empiece a hervir añadir las chirlas y cuando se abran, apartar la olla del fuego; (3) Cortar el tofu en dados de 2cm y poner la mitad en un bol. Poner encima del tofu las chirlas; (4) Batir el resto de tofu con el caldo y vertirlo por encima de las chirlas y el tofu

Comentarios sobre la receta:

  1. Para evitar la arena de las chirlas Ferran recomienda ponerlas a remojo con agua fría y una concentración de 3% de sal
  2. En macrobiótica tradicional se añade el miso en los últimos instantes de la receta y al añadirlo le bajamos el fuego al mínimo para que no llegue a hervir y “mate” las basterias vivas que contiene. En esta receta se usa como un ingrediente más, sin tener en cuenta que las bacterias que contiene se destruyen al hervirlo.
  3. No sé a que tipo de miso se refiere Ferran con la palabra “miso rojo”. Supongo que será el miso de cebada y soja, al que se le suele llamar mugi miso.
  4. La receta no especifica qué tipo de tofu utilizar; yo recomendaría el tofu fresco tal cual, sin ahumar y sin hierbas aromáticas
  5. El dashi en polvo es una especie de pastilla o sobre con polvos de caldo concentrado, elaborada con alga kombu, que da un toque de sabor a mar. Está hecha de forma natural y no contienen la cantidad de aditivos que aparecen en las pastillas convencionales. Se puede encontrar en algunas herboristerías pero no en todas. Si no lo encontráis podéis hervir un trozo de alga kombu (5cm) con el agua indicada en la receta antes de comenzar con su elaboración
lacomidadelafamilia en macrobiótica
Libro que se revisa en tres entradas para dotar a la macrobiótica moderna de más recursos

 

Aquí os muestro los enlaces a las otras dos entradas que componen la revisión del libro:

Si alguien interesado en llevar una alimentación macrobiótica me preguntase “¿Compro el libro?”, yo le diría: “No es necesario. El libro enseña conceptos interesantes que podemos utilizar en macrobiótica, como la elaboración de las recetas base y otros conceptos, y también nos da ideas sobre recetas nuevas, pero es poco específico (es un libro de cocina pero no de cocina macrobiótica) y nos obligaría a estar adaptando continuamente las recetas, ya que se utilizan gran cantidad de alimentos no recomendados, como por ejemplo la carne, los lácteos y el azúcar. Es un buen libro para consultar en la biblioteca u hojear en las librerías”.

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Cosas de Ferran Adriá para nuestra cocina macrobiótica (2)

Hace unos días saqué de la biblioteca el libro de Ferran Adriá titulado “La comida de la familia”; tras leerlo tomé varias notas que nos pueden ayudar a hacer más práctica la cocina macrobiótica.

El libro consta de una primera parte en la que Ferran explica cuestiones relacionadas con la organización y los ingredientes. En la segunda parte del libro encontramos los menús, que a veces se adaptan a la propuesta macrobiótica, otras veces no, y otras veces pueden ser fácilmente adaptadas.

Uno de los comentarios más oídos en los talleres de cocina es: “Pero yo no tengo tiempo, ¿Qué hago entonces? ¿Cómo me las arreglo para cocinar todo esto?”

En ocasiones el ideal es tan alto que quedamos paralizados sin poder dar un solo paso para aproximarnos a él. Cuando acudimos a un taller o curso de macrobiótica nos enseñan el ideal (cocinar cada día, alimentos biológicos, nada de azúcar, etc.) y cuando comprobamos lo difícil que es llevarlo a la práctica, nos damos por vencidos y rechazamos la posibilidad de ser “macrobióticos”. La macrobiótica no es un todo o nada. No hay unos requisitos mínimos para poder llamarnos “macrobióticos”. La macrobiótica es una herramienta que usamos en la medida en que cada uno pueda o quiera. Puedo comer cada día arroz integral, y seguir tomándome un helado de chocolate de postre porque, simplemente, me gusta, o bien comer una ensalada con tomates y pimientos porque es la opción más sana que sirven en el restaurante al que voy a comer.

Dicho esto veamos que nos explica Ferran Adriá acerca del preparar algunos platos con antelación y, de este modo, hacer nuestra cocina más práctica.

LA MISE EN PLACE

La mise en place consiste en tener preparados de antemano todas las elaboraciones posibles en el momento de comenzar a cocinar. Es una estrategia que utilizan en la cocina profesional y que nosotros podríamos utilizar en casa en el caso que no tengamos el tiempo suficiente -si nuestro ritmo de vida no nos lo permite, tenemos que hacer la macrobiótica más práctica- Las recetas se elaboran y se guardan en el congelador hasta el momento de utilizarlas. Existen varios platos que podemos elaborar con antelación.

LOS CALDOS

Los caldos podemos adquirirlos ya preparados o prepararlos nosotros con antelación. Veamos las opciones una a una:

  1. Caldo en pastilla. En las herborísterías tenemos concentrados de miso. La casa Naturgreen tiene varios productos de ese tipo
  2. Caldos envasados. También podemos encontrar en las herborístería. Reconozco que no he usado nunca, pero podría ser una buena opción para cuando no hay tiempo, al menos más sana que la de otros caldos comerciales con multitud de aditivos.
  3. Caldos hechos en casa. Sería la opción más recomendable. Se hace en casa y se congela en porciones para cuando tengamos que usarlos.

Un ejemplo de caldo preparado en casa que aparece en el libro de Ferran Adriá  “La comida de la familia”, es el caldo de pescado. A continuación os pongo la receta.

Ingredientes para 3 litros:

  • Pescado para sopa 1,7 kg
  • Cangrejos 400g
  • Aceite de oliva 25ml
  • Agua  4 litros

Elaboración:

(1) Rehogar los cangrejos con el aceite de oliva; (2) Poner el pescado y el agua. Cuando empiece a hervir sacar la espuma; (3) Cocer 20 minutos y colar

LA PICADA

Consiste en una serie de ingredientes triturados que serán utilizados más tarde como ingrediente de algún plato. Ferrán lo utiliza en arroces y sopas y lo añade al mismo tiempo que pone el arroz a hervir. El modo de prepararla es como sigue:

Ingredientes para 100g:

  • Perejil  25g
  • Aceite de oliva  40ml
  • Azafrán en hebras  0,5g
  • Ajo pelado  1 diente
  • Avellanas tostadas y peladas  35g

Elaboración:

(1) Envolver las hebras de azafrán en papel de aluminio y tuesta ligeramente en una sartén durante 2 segundos; (2) En un recipiente poner el ajo pelado, el perejil y las hebras de azafrán y el aceite de oliva; (3) Triturar con la batidora hasta conseguir una textura granulosa; (4) Añadir las avellanas y triturar

EL SOFRITO

Ferrán Adriá describe un sofrito con tomate. En macrobiótica no solemos utilizar tomate por su acidez y la presencia de alcaloides, por ese motivo podríamos modificar la receta y elaborar los sofritos que creamos más convenientes. Una receta sencilla podría ser esta:

Ingredientes para 100g:

  • Aceite de oliva  1 cucharada
  • Ajo   1 diente
  • Cebolla  300g
  • Una pizca de tomillo, romero
  • Una hoja de laurel
  • Zanahoria rallada  2-3 unidades
  • Sal

Elaboración:

(1) Triturar el ajo y la cebolla con la batidora. Sofreír; (2) Cuando este dorada añadir las hierbas aromáticas y mover; (3) Poner la zanahoria rallada y un chorrito de agua; (4) Añadir la sal y cocer durante 20-30 minutos, añadiendo agua si fuese necesario. En vez de sal podemos utilizar shoyu o tamari

Estos han sido tres ejemplos de recetas de base que podemos tener ya preparadas para usar durante la semana. Si nuestra semana nos deja poco tiempo para cocinar, no tenemos porque renunciar a la macrobiótica, sino encontrar formas de superar los obstáculos. En este sentido, un cocinero experimentado como Ferran Adriá nos echa un cable y nos acerca a nuestro objetivo: una dieta sana y las fuerzas necesarias para cumplir nuestros sueños.

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