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Taller de alimentación anticáncer en Elche, 27 Octubre

Alimentación anticáncer y macrobiótica

Me complace anunciaros la celebración en Elche del primer taller de alimentación anticáncer impartido por la doctora Odile Fernández. Su estilo es sencillo y claro, dejando ver las razones del porqué hablar de la alimentación cuando alguien es diagnosticado con cáncer.  Existen multitud de estudios que respaldan la relación entre cáncer y alimentación, y sin embargo esta relación no se refleja en nuestras visitas al oncólogo.

Odile tuvo que aprender esta relación por si misma cuando el diagnóstico de un cáncer la llevó a concentrar sus esfuerzos en saber qué hacer para superarlo. De estos esfuerzos surgieron sus “recetas anticáncer” y no sólo recetas de cocina sino de otros factores incluidos en el estilo de vida: ejercicio físico, hábitos mentales, métodos de cocina, etc. Después de superar su propio cáncer Odile decidió compartir lo aprendido con la gente. En su libro “Alimentación Anticáncer dice lo siguiente acerca de su deseo de compartir:

Quiero contaros lo que sirvió para mí con el deseo de que sirva para vosotros. Quiero transmitiros los conocimientos adquiridos durante este tiempo y los que día a día sigo adquiriendo. Dicen que lo que no se da se pierde.  Yo no quiero que se pierda  mi experiencia, si esta  puede ayudar e infundir esperanza a otras personas. Quiero contaros lo que a mí me habría gustado que me contasen cuando me dijeron que tenía cáncer. Toda la información que yo no recibí y tuve que buscar quiero que vosotros la tengáis. Habrá personas que pensarán que esto es una tontería y lo que me curó fue la quimio y otras, entre ellas yo, que pensarán que el pensamiento positivo, el deseo de sanar y la alimentación obraron el milagro. No sé que me curó, pero lo importante es que estoy aquí con muchas ganas de vivir y de disfrutar del día a día con mi familia, exprimiendo al máximo todas las oportunidades que me da la vida.

Los descubrimientos científicos acerca de la dieta y el cáncer coinciden con muchas de las recomendaciones que difunde la macrobiótica. Algunas de estas recomendaciones son evitar el consumo de ciertos alimentos como azúcar, alimentos procesados, un exceso de carne y productos lácteos. Por otro lado se recomienda el consumo de cereales integrales, legumbres, semillas, fruta y verdura. Debido a estas coincidencias la labor de un consultor macrobiótico puede representar una ayuda fundamental para la organización y diseño de una dieta anticáncer.

Para más información acerca de Odile Fernández podéis leer la entrevista que mantuvimos con ella en la entrada Alimentación anticáncer, entrevista a Odile Fernández

Si estás interesado en inscribirte al taller puedes llamar a los números que aparecen en la imagen o bien escribir al correo mariolopezpomares@gmail.com

 

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Remedios macrobióticos para el estreñimiento

atasco en intestinos y macrobiótica
La macrobiótica te da soluciones naturales para los atascos

En la entrada titulada “Estreñimiento según la macrobiótica” escrita hace unos meses, se describía los dos tipo de estreñimiento que reconoce la teoría macrobiótica (estreñimiento tipo yin y estreñimiento tipo yang) y además se ofrecían recomendaciones generales para aumentar la frecuencia con la que vamos al baño. En esta entrada ampliaremos los remedios macrobióticos que podemos utilizar como solución puntual.

Los remedios macrobióticos son preparaciones elaboradas con la intención de equilibrar una condición. Por ejemplo: estoy estreñido, tomo algo para estarlo menos; estoy con diarrea, tomo algo para no tener tanta; me duele la cabeza tomo algo para que no me duela, etc. No son medicamentos sino alimentos tomados con la intención de compensar nuestro estado de tal forma que corrija síntomas molestos.

Una vez pregunté a una profesora experimentada si los remedios macrobióticos harían efecto en una persona que llevase una alimentación convencional. Me dijo que le harían menos efecto, pues su organismo habría perdido la capacidad de respuesta a remedios naturales. Tiene sentido, ya que de la misma manera que somos menos sensibles a los sabores naturales cuando comemos “de todo”, nuestro organismo será menos sensible a los efectos que de forma natural ciertos alimentos provocarían en él. En definitiva,  cuanto más natural sea nuestra dieta más efecto tendrán los remedios macrobióticos.

Para el estreñimiento tipo yin (falta de fuerza en los intestinos) podemos preparar los siguientes remedios:

  1. Una pequeña taza de Ume-sho kuzu o Ume-sho bancha todas las mañanas durante 10 días; después tomar 2-3 veces a la semana durante otras 3-4 semanas
  2. Cocinar  soja negra con kombu y daikon seco. Puedes tomar un bol una vez al día durante 1 semana
  3. Una pequeña cantidad de verdura cocinada con el estilo kinpira todos los días

Para el estreñimiento tipo yang (los intestinos están rígidos) podemos preparar:

  1. Verdura cruda en forma de ensalada
  2. Zumo de manzana templado
  3. Gelatina de fruta preparada con copos de agar-agar

Para los casos urgentes podéis probar con aceite de sésamo -4 cucharadas- con un poco de shoyu y jengibre rallado. Se calienta y se toma templado. Otros medios como medicamentos y enemas podrían usarse puntualmente, pero evitar utilizarlos de forma regular ya que podríamos hacernos dependientes de ellos.

aceite-de-sesamo-finestra-cielo
Aceite de sésamo + shoyu + jengibre = remedio macrobiótico de urgencia para el estreñimiento

La macrobiótica nos ofrece soluciones a ciertos trastornos como el estreñimiento, pero estos remedios implican una condición previa: comer de forma natural para que lo natural nos haga el efecto deseado cuando lo necesitemos.

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El eBook sobre macrobiótica ya está marcha

ebook de macrobiótica
El proyecto “eBook de macrobiótica” crece a buen ritmo

Me alegra comunicaros que el eBook de macrobiótica ya está en marcha. Doy las gracias a todos aquellos que habéis decidido participar en su creación a través de preguntas que, en muchos casos, han servido para seleccionar contenidos y descubrir nuevas formas de expresarlos. Dejaremos 10 días más para que todo aquel que quiera formular preguntas lo haga, y a partir del 7 de octubre nos dedicaremos exclusivamente a relacionar la información recogida y a escribir.

Vuestras preguntas aportan la esencia viva a este proyecto. Junto a esta esencia salida del diálogo también estoy utilizando material escrito (libros, apuntes), varios vídeos y mi experiencia personal en diferentes centros internacionales. Confiemos en que el resultado contenga lo esencial de cada cosa.

Como muestra de las cuestiones que me enviáis he seleccionado varias preguntas y sus respuestas. Ahí van:

¿Los tomates, pimientos y berenjenas como se las puede consumir… o debemos evitarlos?

¿Qué te dice tu experiencia? ¿Cómo te sientan? Prueba a no comerlos y comprueba si existe alguna diferencia. En caso de una condición delicada (enfermedad) recomiendo no tomarlos, pero estando sano los introduciría pero no en demasiada cantidad. En macrobiótica puedes encontrarte personas que le hacen la señal de la cruz, como si de un vampiro se tratase, mientras que otros lo incorporan en sus recetas, por ejemplo los libros de Montse Bradford. Se suelen saltear con aceite unos minutos cuando se añaden a una receta. En teoría cocinándolos al horno se compensaría su parte más yin pero yo no he notado diferencia, de todas formas noto su acidez.

¿Voy a tener carencias nutricionales al dejar de comer tanta carne y pescado?

Los procesos del organismo están muy entrenados para extraer los nutrientes de los alimentos que llegan habitualmente. Si de pronto empiezas a tomar productos nuevos que sustituyes por otros antiguos, el organismo no extraerá todo el alimento y entonces puede que sientas que vas a medio gas. Por esa razón se recomienda hacer una transición donde la sustitución de alimentos sea progresiva. Al menos que no sientas la necesidad de un cambio inmediato o que la salud del organismo esté en una situación límite, te aconsejo ir poco a poco.

Podéis acudir a las siguientes entradas para saber más sobre la transición:  Transición de la antigua dieta a una macrobiótica, Transición hacia la dieta macrobiótica mediterránea 

¿Por qué no se pueden comer frutas?

Se recomienda no comer frutas cuando estas no favorecen la adaptación al entorno. Las personas nos adaptamos porque comemos aquello que se cultiva en nuestra zona. Por poner un ejemplo extremo, un esquimal se moriría pronto comiendo frutas y verduras. ¿Qué hay en el polo norte? Animales. Por tanto alimentarse de aquello que existe de forma natural en un lugar sería favorecer nuestra adaptación al mismo. Lo que ocurre con las frutas es que existe un mercado donde aquí tenemos frutas de allí. Existen multitud de frutas tropicales (kiwi, piña, mango, etc.) que nacen en el trópico y son adecuadas para vivir allí pero no para un clima templado como el mediterráneo. Además hoy en día cogen las frutas verdes y se utilizan muchos productos químicos en su cultivo, lo que le resta calidad al alimento. También se argumenta que la fruta acidifica el organismo, pero según Christopher Vasey en “La importancia del equilibrio ácido-básico”, la fruta es un alimento ácido pero cuyo efecto en la mayoría de las personas es la de alcalinizar, por lo tanto el que la fruta acidifique el organismo podríamos calificarlo como “mito macrobiótico“. [La cuestión de la acidez de las frutas la veremos en una entrada próxima que completará las dos anteriores sobre el tema: Alimentos acidificantes en macrobiótica, Alimentos alcalinizantes en macrobiótica ].
De todas formas, yo no recomendaría eliminar del todo la fruta. En numerosos estudios se destaca el efecto positivo de su consumo. Trata de tomar aquella que aparece en el terreno de forma natural (no exportada), que se coge madura y que no se trata con pesticidas.

Con estas preguntas podéis comprobar el interés y la buena acogida que el proyecto eBook de macrobiótica ha despertado. Gracias una vez más por vuestro interés y colaboración.

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Alimentos alcalinizantes en macrobiótica

tabla alcalino-ácida en macrobiótica
La macrobiótica prefiere los alimentos alcalinos porque compensan la gran cantidad de alimentos acidificantes de la dieta convencional

En la entrada publicada el 20 de septiembre, Alimentos acidificantes en macrobiótica,  enumeramos una lista de alimentos cuyo consumo frecuente acidificaba el organismo. En la entrada de hoy daremos una lista de los alimentos que provocan el efecto contrario: alcalinizar el organismo.

En macrobiótica se ensalza el valor de los alimentos alcalinos, no porque sean mejores que los acidificantes, sino porque compensan la gran cantidad de alimentos acidificantes que se consumen en la dieta convencional: el pan blanco, el azúcar blanco, la pasta, la carne, el pescado, los huevos, los quesos, los dulces, los refrescos, el café, etc. Siguiendo la forma de pensar macrobiótica, en la cual en el equilibrio está la salud, el aumento del consumo de alimentos alcalinizantes equilibraría el alto consumo de los alimentos acidificantes.  No es necesario decir que un abuso de alimentos alcalinos sería igual de perjudicial que un abuso de alimentos acidificantes.

Según Christopher Vasey en su libro “La importancia del equilibrio ácido-básico”,  los principales alimentos que alcalinizan nuestro organismo son:

  • Patatas
  • Hortalizas verdes, crudas o cocidas
  • Hortalizas coloreadas: zanahoría, remolacha (excepto el tomate)
  • Maíz
  • Leche, nata, mantequilla
  • Plátanos
  • Almendras
  • Castañas
  • Uvas pasas, los dátiles
  • Aguas minerales alcalinas
  • Bebidas de almendra
  • Aceitunas negras conservadas en aceite
  • Aguacate
  • Aceites de primera presión en frío
  • Azúcar integral

Estos alimentos son alcalinizantes porque no contienen sustancias ácidas y porque al ser metabolizados en el organismo no producen ácidos.

Alguien familiarizado con la cocina macrobiótica puede quedar sorprendido al comprobar que alimentos como la leche, el queso, la nata, la mantequilla y el azúcar integral están considerados alcalinizantes. Respecto a ello Christopher Vasey apunta que NO son alimentos alcalinizantes en sí mismos, pero que tomados con moderación no acidifican. Esto quiere decir que si tomásemos a menudo estos alimentos al final SÍ producirían un organismo ácido.

col rizada macrobiotica
Las verduras de hoja verde nos transmiten ligereza, frescura y alcalinizan nuestro organismo

La principal fuente de alimentos alcalinizantes son las verduras, tanto verdes como coloreadas. Esto me recuerda lo aprendido en Kushi Institute en Becket. Allí en todas las comidas estaban presentes los “greens”, es decir, las verduras verdes que se servían escaldadas. En ningún otro sitio había visto que se pusiese tanto énfasis en  las verduras de hoja verde. Mi experiencia me dice que comer de esta manera las verduras le da a uno una cualidad de ligereza y frescura, cualidad por la que destacan las hojas verdes. Eso sí, no pasarlas cuando las cocinéis, sino se irá esa cualidad tan preciada. Escaldarlas muy poco tiempo, de forma que crujan al morder (acelgas 30 seg; zanahoria 2min; brocoli sacarlo cuando el agua empiece a hervir).

En cuanto a las aguas serán alcalinas las que tengan un pH superior a 7. En España algunos ejemplos de este tipo de aguas son las siguientes marcas: Panticosa (pH 9.3), Aguavida (pH 8.8), Solares (7.95), Neval (7.59)

Es útil saber qué alimentos son acidificantes y alcalinizantes porque si sospechamos tener una de estas dos condiciones podremos compensarlas con los alimentos del grupo opuesto. Un consultor macrobiótico podría ayudarnos en esta labor y prescribir las recomendaciones más oportunas para cada caso.  No censurar un alimento porque esté en la lista de los alimentos prohibidos, pues lo prohibido estará en función de la condición particular de cada persona y ésta por definición es cambiante.

 

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Fase 1 en macrobiótica: el período de reajuste

 aprendizaje espiral y macrobiótica

Cuando empezamos en macrobiótica “retrocedemos”

Decidimos hacer algo nuevo, algo diferente de lo habitual con la intención de mejorar, pero en ocasiones la vida no nos recibe con los brazos abiertos, llenándonos de cumplidos y “enhorabuenas” por ser lo suficientemente valientes como para cambiar. Por el contrario, nos ofrece tiempos peores que los precedentes al cambio.

Cambiar de un estado a otro nos obliga a pasar a veces por un incómodo período de tiempo en el que no estamos ni aquí ni allí. Es un período de transición que se da de múltiples formas, veamos 3 ejemplos:

  1. Decidimos ir al gimnasio porque ya estamos cansados de esos kilos que nos sobran. Después de la primera semana no hay nadie que me pueda mover. Estoy peor que antes.
  2. Decidimos irnos a vivir a un país extranjero. Añoro mi antigua ciudad, amigos, incluso trabajo… ¡Qué caray, si llevaba 3 años queriendo realizar el cambio!
  3. Quiero comer más sano. Leo Macrobiótica Mediterránea y me convenzo de su importancia. Me armo de valor, lleno los armarios con arroz integral, cebada, mijo, lentejas, adzuki, alubias, garbanzos, sésamo, miso,… Me pongo manos a la obra, pero tras varios días cocinando compruebo que estoy peor que antes; tengo gases, me duele la cabeza, algo de fiebre… ¿Y esto es sano? Ahora mismo voy a ponerle una reclamación a ese tío del blog, vaya timo.

¿Qué sucede? ¿Por qué estoy peor que antes? Mi intención era mejorar pero esto es un desastre

En muchas situaciones el avance sigue un patrón en forma de espiral. Retrocedemos un poco para luego avanzar más allá de donde nos encontrábamos. Siguiendo con nuestros 3 ejemplos sabemos que:

  1. …después de una semana de gimnasio las agüjetas empiezan a desaparecer y el cuerpo nos devuelve sensaciones gratificantes
  2. …después de unos meses en un nuevo lugar de residencia comenzamos a hacer amigos y a adaptarnos a la cultura del país
  3. …después de unas semanas de comer diferente nuestro cuerpo comienza a funcionar a las mil maravillas, se ha deshecho de tóxicos acumulados durante años y recibe energía fresca de alimentos naturales

En macrobiótica existe lo que llamamos un período de reajuste que comienza en el momento en que iniciamos una alimentación con un enfoque macrobiótico. Ese período, que puede durar de 1 semana a 4 meses, lo aprovecha el cuerpo para “ajustarse” a la nueva situación. De la misma manera que el cuerpo se adapta a las condiciones externas lo hace a las internas, en este caso los alimentos ingeridos. Estos ajustes en muchos ocasiones son experimentados como síntomas físicos. La doctora Olga Cuevas realiza un magnífico análisis de dichos síntomas. En su libro “El equilibrio a través de la alimentación” expone que las señalaes más frecuentes del período de reajuste son:

  • Hormigueo en las manos
  • Orina oscura con aumento de glucosa, urea y lípidos
  • Alteraciones de la temperatura corporal
  • Fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre, especialmente hipoglucemias, con la correspondiente fatiga
  • Pérdida del apetito sexual, el organismo está muy “entretenido ” con sus labores de limpieza
  • Anemia, sobre todo en personas muy carnívoras
  • Estreñimiento
  • Dolores de cabeza y articulares y picores en la sangre producidos al ser liberados a la sangre tóxicos hepáticos
  • Dolores varios: pecho, corazón, riñones
  • Eliminación de mucosidades del aparato respiratorio

También existen síntomas relacionados con el consumo elevado de determinadas sustancias:

  • Si hemos consumido mucha azúcar en el pasado podemos experimentar: cansancio, depresión, falta de coordinación, irritabilidad, ansiedad, insomnio, taquicardia y palpitaciones.
  • Si hemos abusado del café: dolores de cabeza, temblores, nerviosismo, depresión, fatiga, estreñimiento, náuseas
  • Si hemos tomado mucho alcohol: tensión, imposibilidad para relajarse, ansias de beber, náuseas, vómitos, trastornos gastrointestinales, irritabilidad, mareos, fiebre, escalofríos y alucinaciones.
  • Si consumíamos muchos lácteos: abundante mucosidad a través de la piel, órganos sexuales, senos, me mbranas mucosas y pulmones.
  • Si la carne, grasas y proteínas frecuentaba nuestro menú: mal olor corporal, lengua “sucia”, erupciones en la piel.

Espero que todos estos síntomas no desanimen a nadie para empezar a comer de forma macrobiótica. Creo que vale la pena. Yo mismo pasé una semana en la que perdí el apetito, tenía gases, se me hincharon los dedos de las manos y tuve dolor de cabeza. Pero tras esa semana… lucidez y bienestar pasaron a formar parte de mi rutina diaria. No creas, experimenta.

En las siguientes entradas podéis encontrar algunas pautas de cómo realizar la transición hacia una alimentación macrobiótica:

 

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